My dueño y señor

19 parte 2

.+Vladimir+.

—¡ERES UN ESTÚPIDO VLADIMIR! —me grita Adolfo mientras camina delante de mí, como tigre enjaulado. Y como sé que él tiene razón me mantengo sentado, con las manos entrelazadas y la mirada clavada en el suelo, igual que un crío al que descubrieron escapando de casa.

—¿Cómo se te ocurre dejar de ocultar tu olor? —me reclama. —¡SABÍAS QUE ELLA IBA A ESTAR ALLÍ! —exclamó en voz alta. Ciertamente sabía que ella iba a estar en el desfile, sin embargo, jamás imagine que usaría un vestido como ese.

La noche anterior Lore me dijo que Victoria sería la modelo de la joya de su colección, pero por la personalidad de mi damita, pensé que el atuendo consistiría en un pantalón largo y una camisa de vestir, algo que cubriera todo su cuerpo, por eso al ver tanta piel expuesta me quedé  con la boca abierta.

—Pero yo no esperaba verla vestida de semejante manera. —Me defiendo. —Se veía muy hermosa, parecía un ángel muy sexy y…

—Bajaste la guardia —me interrumpió Adolfo, frotándose la cara con ambas manos.

No era eso lo que iba a decir, pero por el bien de mi hombría es mejor que mi casi-suegro no lo sepa.

—Sí —admito cabizbajo.

<<Aunque de no haber sido por esa maldita llamada la aparición de Victoria no me habría tomado tanto por sorpresa>> —me digo a mí mismo al meditar que por culpa de Eliot fue que me descuide.

+Flashback:

—¿Esa es Victoria? —me pregunto por sexta vez mi papá.

—No, papá. Victoria es rubia ojos grises. —Le vuelvo a describir la fisionomía de  mi damita.

De mi familia los únicos que saben que la hija de Adolfo es mi alma gemela son mi papá, Amanda y Eliot, pero por órdenes mías ninguno la conoce en persona, porque conociéndolos como los conozco cometerían la imprudencia de insinuar algo que haría que Victoria descubriera la verdad.

—Ella es Ximena, la novia de Matteo.

—Disculpa que te pregunte tanto, es que estoy ansioso por conocer a mi pequeña nuera. —Dice emocionado.

Hacía mucho tiempo que no veía  tanta alegría en sus ojos  y eso me llenó de dicha y nostalgia, ya que sabía que dentro de poco él moriría y aún no estaba preparado enfrentar la vida sin él.

—Te entiendo, papá, pero no digas eso en voz alta porque alguien podría escucharte. —Le recuerdo mientras me aseguro que nadie lo haya oído.

—Lo siento, hijo, lo había olvidado.

—Cuando salga yo te aviso ¿Sí? —mi papá asiente con la cabeza y siento vibrar mi teléfono en el bolsillo de mi saco. —Es Eliot —le indico. —Debe tener noticias de Octavio.

—Adelante contesta. —Me apremia.

—¿Qué encontraste? —es lo primero que digo al responder la llamada.

En otras circunstancias no sería tan brusco con él, porque después de todo es mi mano derecha, pero últimamente hemos tenido algunos problemas ya que tuvo y tiene la desfachatez e imprudencia de frecuentar, de forma nada amistosa, a mi querida sobrina.

—Debes volar inmediatamente para acá—me responde en el mismo tono cortante que yo use.

A cuenta que nos criamos juntos cree que puede hablarme como se le dé la gana.

—Hablame con respeto, recuerda que soy…  —me interrumpió.

—Octavio se está ocultando aquí en Rusia.

Esa información me dejó sorprendido, ya que de todos los lugares del mundo, jamás pensé que esa escoria se escondería en mi territorio.

—Mi informante está por descubrir su escondite. —La voz de Eliot me trae de nuevo a la realidad.

—Entiendo, mañana mismo partimos mi padre, Iván y...

—Eso no es buena idea —me interrumpió nuevamente. —¿Cómo explicarías la presencia de ellos aquí?

—No tengo otra op…. —no me dejó hablar, otra vez, lo que comenzó a irritarme.

—Es mejor que ella se quede en su casa.

—No puedo dejarla, podría perderla para siempre. —Logro terminar la oración.

—Entiendo eso pero es necesario que regreses sin ellos. —Hace énfasis en el "sin ellos". —No queremos alertar a Octavio de que le estamos pisando los talones. —Aunque no quisiera admitirlo Eliot tenía razón y eso me llenaba rabia e impotencia.

No quería dejar a Victoria aquí, porque su amor por el miserable de Tobías crecería, pero si me la llevo correría el riesgo de que Octavio se esconda, como la rata escurridiza que es, en quién sabe dónde.

<<Prefiero que permanezca con vida, aunque sea en los brazos de otro, a que muera a mi lado en su cumpleaños número 21>> —Reflexiono.

—Ellos se quedaran aquí. —Tomo la decisión más sensata, en contra de mi voluntad por supuesto.

—Enviaré el jet para que los recoja mañana en la mañana —me informa Eliot y mi papá me codea en la costilla.

—Esa sí es Victoria ¿verdad? —pregunta mientras señala, con una sonrisa de oreja a oreja, la pasarela

En el momento que mis ojos se posaron en la modelo que camina, como si fuese la reina del mundo, todo pensamiento lógico murió y de mi boca solo salían balbuceos sin sentido.

—¿Vlad, estás ahí? ¿Vlad? —escuche que Eliot me llamaba, pero yo estaba tan absorto con la imagen que tenía delante que no le preste atención y deje caer el celular al suelo.

Victoria se veía como un ser caído del cielo con ese sexy y llamativo vestido blanco, que apenas le cubría sus atributos femeninos; lo que facilitaba la tarea de imaginarla sin nada de ropa.

No obstante, lo que más me sorprendía no era sus impresionantes curvas, sino lo cómoda, controlada, natural y hermosa que se veía modelando, como si ese escenario hubiese sido hecho para ella.

Estaba tan embelesado con ella que se me olvido ocultar mi olor y me di cuenta de mi desliz cuando Victoria giró su cabeza, como el niño del exorcista, y posó sus penetrantes ojos grises en mi dirección.

—Creo que te reconoció —dice mi padre, medio sacándome del trance en el que me encontraba. —Oculta de nuevo tu olor —añade después de tomarme la mano y guiarme hacia la salida. Pero antes de que diéramos diez pasos alguien nos cayó encima, frustrando nuestro escape.




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