Nina
Explicarle a mi hermano no fue una de las cosas que más me ha gustado hacer en toda mi vida. Es decir, siempre entre los dos existía ese hábito de risa que no se puede callar en un cuarto, pero en el momento que le susurre --vamos a mi cuarto-- no sabía en lo que me estaba metiendo.
Apenas subimos y nos dirigimos a mi cuarto, se sentía una pared de tensión entre los dos que se podía cortar con un simple sonido.
Mi hermano no se lo tomó de la mejor manera lo que le dije. Primero quería decirles la verdad a mis padres, pero después de haberle rogado que no le diga nada se rindió, ¿porque? le rogué, porque cuando mis padres se enteren que no soy la hija perfecta en la universidad me van a matar o peor me dará un castigo que nunca olvidaré. No son palabras mías son de ellos mismo.
Pero hay una exención cuando alguien promete guardar un secreto, ¿no?, no se podía rendir como así, mi hermano, aunque le hubiera rogado, me hizo prometerle que no iba hacer otra travesura en la universidad, no quiere que pierda la carrera y que mis padres me castiguen de la peor forma posible.
Pues antes de ver echo la promesa con él, se preguntó, quien rayos se toma a la ligera la universidad pensando que es como el instituto, pues yo.
¡Sí, soy rara y que!
Mi hermano me hizo reflexionar sobre mis actos y con toda mi voluntad (no sabía de donde salió, pero bueno) prometí que no volvería hacer ninguna broma o travesura en la universidad comenzando con el otro lunes. Así que tengo esta semana para descubrir quién rayos me envió esas fotos.
Porque, aunque al principio pensé que fue Theo quien lo hizo, después me di cuenta que esas fotos provenía de un número que no tenía registrado y no pude averiguar más, porque después de la conversación con mi hermano, el muy canija, me quito mi celular por más que le rogué, le suplique, me dijo que no y eso es muy triste para mí.
Pueden creerlo, le prometí no meterme en más problema a partir del día lunes que viene y me quita el celular.
El amor de mi vida.
Ahora me encuentro muy enojada con Theo porque sé que del celular de él pudo provenir esas fotos ya que él fue el único que las tomo ese día.
¿Cómo es posible? que mi propio mejor amigo, me traicionara de esa forma. Él, me dijo que la había eliminado, pero por la consecuencia que obtuve me di cuenta que no fue verdad.
Desde el día de hoy le haré la ley del hielo por haberme enviado esta foto, pero no sin antes hacerle una pequeña broma.
Así que ahora me encuentro caminando sola, eso sí, a la parada de la metro.
Hoy no quise esperar a Theo por el simple hecho de que me siento un poco traicionada de parte de él. A mis padres se le hizo raro que no lo esperara, pero no preguntaron nada y eso hizo que mi día mejorara un poco ya que hoy paso otro día más si mi celular y volviendo al tema anterior no quería que me preguntara ya que no sabía que decirle porque la verdad no le iba a contar nada de lo que he hecho.
Llego a la parada de la metro y se me sale un bostezo intencionalmente del sueño que aun tengo, por culpa de Theo me tuve que levantar media hora antes para no encontrarme con él. Me pregunto qué le habrá dicho mis padres a él cuando me haya ido a recoger, pero eso si no me debería de interesar porque se lo tiene bien merecido por verme traicionado.
Me subo a la metro y me siento en el primer asiento que está cerca de la puerta y antes de que se cierre observó por las escalera a un apresurado Theo correr, pero llegó demasiado tarde ya que la metro cerró sus puertas justo en la narices de mi amigo. Mire con asombro y alivio lo que había pasado, pero no pude ver la expresión de Theo porque ya habíamos partido.
¡Oh rayos! Que buena y mala suerte tengo.
Paso como media hora cuando llegue a mi destino, me levanto de mi asiento y camino para salir no sin antes percatarme que no se me haya quedado nada, ya que a veces soy muy olvidadiza.
Paso al frente de la cafetería en la cual me trae recuerdo de la discusión que tuve el día de ayer con ese hombre mayor que tiene cara de Dios griego, pero actitud de amargado. Con solo recordar eso, me pone de mal humor.
Entro a la universidad y me dirijo a mi edificio para poder repasar algunas materias.
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Pasa como quiera tres horas cuando se termina la primera clase que tuve el día de hoy y salgo disparada del edificio, necesito llegar lo más pronto posible a mi otra clase.
--Nina – escucho por atrás la voz de Theo llamarme.
--Nina—vuelve a insistir.
--Nina –llama de nuevo pero esta vez escucho su voz más cerca --¡¿Por qué huyes?! -- coge mi mano haciendo que me detenga –¿Porque no me esperaste? -- pregunta un poco dolido, haciendo que me sienta un poquito mal ya que Theo siempre me ha ido a ver –Y.... -- suspira para luego seguir hablando --¿Porque no me contestaste los mensajes ayer? ¿acaso hice algo que te molestara? – termina de decir.
¡Oh! Theo, si supieras que has hecho, sabría porque estoy así, pienso.
Me volteo viéndolo mejor, me mira con el ceño un poco fruncido (vaya, parece que la única enojada no soy yo), me zafo de su agarre y me alejo unos dos pasos de él. Entrecierro mis ojos un poco y decido dar la vuelta para ir a clase.
--No huyas ¡NINA! -- grita Theo –¡Contéstame las preguntas que te hice! —lo escuchó decir un poco agitado.
No digo nada y como respuesta a sus preguntas sigo caminando para mi siguiente clase, pero antes de que pudiera caminar más, soy retenida (por segunda vez) por unos fuertes brazo que me alza y me ponen en un hombro (y no hace decir de quién es ese hombro) y me llevan a no se adonde, quiere que hable y lo ha conseguido.
--Suéltame— demando molesta mientras pataleo.
Adiós ley del hielo.
--¿Por qué estás tan molesta? --pregunta de nuevo–y no te soltaré, hasta que me digas, que te he hecho para que estés molesta— si supiera.