Segunda carta

Tonto Terry;

Jamás en mi vida he conocido a alguien con más ego que cerebro, así como tú. ¿Cómo puedes alegar algo tan patético como el hecho de que todos tienen cosas buenas que decir sobre ti? Quisiera que me presentaras a esas personas, para sacarlas de su error.

Aunque eso no es lo que me molestó de tu estúpida carta, y aun cuando sé que estamos obligados a hacer esto, no voy a permitir que desvalorices todos mis esfuerzos solo porque quieras burlarte de mí. Y es que, ¿de verdad crees que soy perfecto?, ¿de verdad puedes asegurar eso tan a la ligera? Puede que mi rostro y mi ropa se vea bien en la escuela, pero trata de verme a las ocho y media de la noche, encerrado en la cocina del restaurante de mi abuela, preparando hamburguesas taiwanesas y sopa de cerdo, rodeado de otras personas que se alegran de que no sea tan perfecto como tú también crees que soy y dándome órdenes a todas horas.

Supongo que eso no justifica el hecho de que fume y que, según dices, mis manos huelan horrible, pero tú te la pasas metido en una piscina la mayor parte del tiempo y no ando diciéndote que tienes el trasero irritado por el cloro.

Con más rencor que antes,

Li Siú.

P. D: Honestamente, sí creo que tienes el trasero irritado, me he fijado en el hecho de que te sientas en una postura muy rara, parece que vas a salir corriendo en cualquier momento. Yo no pienso detenerte, hazlo.