Capítulo 10

Luego de que Alex fuera por mí en su Mustang negro, tuve que explicarle que teníamos que pasar antes a la casa de Belinda.

- Así que me invitaste para no estar sola con esos dos.

- Técnicamente, Belinda te invitó – alza las cejas -. Pero si, hay algo de eso – le sonrío en disculpa.

- Otra que me debes. Tu lista aumenta rápidamente.

- De acuerdo – pongo los ojos en blanco -. Ya con ésta, te debo dos.

- Tres.

- Dos – cuando niega con la cabeza -. Si, está la de la vez que Miguel me siguió hasta el estacionamiento y ésta – las enumero con los dedos para que quede claro -. No pensarás que lo que dijiste de volver a la cama cuando hablaba con Miguel, cuenta.

- No. Pero está la de la vez que me ofrecí para el trabajo de química, salvándote de quedar atrapada haciendo equipo con él.

Mis hombros bajan en derrota.

Tenía razón.

- Ok – cedo -. Tres – sonríe victorioso -. Espero que seas piadoso.

- Tendré que pensar bien cómo cobrármelas – incluso pone la mano en su barbilla, como si lo estuviera considerando.

Niego con la cabeza mientras no puedo evitar reírme.

En eso, escucho un ruido a mi espalda, y veo como Belinda sale de su casa acompañada de su mamá, quien nos saluda desde la puerta.

- ¿Y Dante? – pregunto cuando mi amiga abre mi puerta, apurándome a salir para pasarse al asiento trasero.

- Avisó que tardaría un poco, así que le dije que allá lo veríamos.

- Bueno – dice Alex antes de encender el auto, rumbo al cine.

Cuando la noche dio a su fin, luego de ver una película, y después ir a cenar. Alex se encarga de regresarme a casa.

Habíamos dejado a Belinda en compañía de su cita, los cuales se enfrascaron en su plática, mientras nosotros salimos del lugar.

Ya le hablaría mañana para saber los detalles.

- Entonces, gracias por ir.

- Gracias por invitarme.

- ¿Y qué piensas de Dante? ¿Crees que hacen buena pareja o, eso es algo de lo que no hablas? – le pregunto, molestándolo con eso de que jamás quiere inmiscuirse en esas cosas.

- Honestamente, el tipo se me hace un pedante.

- A mí me gustó – digo desconcertada -. ¿Por qué lo dices?

- No sabría explicarlo, pero algo en su actitud… - menea la cabeza -. No termina de convencerme.

- O sólo es esa vanidad que muchos tienen cuando ven a un hombre atractivo – se ríe -. En serio. Sólo falta que salga un chico guapo para que ustedes lo critiquen. Hasta cuestionan sus preferencias. Es como si lo hicieran en automático.

- Como si las mujeres se elogiaran unas a otras.

- No exactamente. Pero no cuestionamos sus preferencias – me mira fijamente -. Sólo hablamos de los arreglos que se han hecho.

Ambos reímos.

- Así que te parece guapo.

- Claro.

- Tal vez debería poner en aviso a Belinda – frunce el ceño.

- Ella sabe que no hay problema.

Parece querer decir algo, pero el timbre de su celular lo interrumpe.

Lo saca para ver quien llama, y en lugar de contestar, le da ignorar.

- Era Maggie – aclara al ver mi cara de sorpresa.

- ¿Debían verse hoy? – pregunto curiosa.

- No habíamos quedado en nada.

- ¿Puedo preguntarte algo? – espero a que asienta -. Sé que, por lo que dijiste el otro día, no le has prometido nada, pero ¿se lo has dicho? ¿Le dijiste que ustedes no tienen una relación?

- Si. Desde el inicio le dije que no quería nada de noviecitas, ni todas esas cosas.

- ¿Y ella estuvo de acuerdo?

- Si. De lo contrario, no hubiéramos pasado ni un minuto más juntos.

- Y no son exclusivos – digo recordando lo que habíamos platicado.

- No.

- ¿Ella te ha visto con otras?

- Se ha enterado. Incluso, algunas de esas veces han sido por mí.

- ¿Le dices que saliste con otra? ¿Así nada más? – no me imagino en una relación de ese tipo. No podría estar tranquila sabiendo que el chico con el salgo está con otras.

- Si – dice como si nada -. Eso es un free.

- No creo que yo pudiera.

- Cada quien – se encoge de hombros.

- Aunque, por como se ve, Maggie tampoco. Es obvio que ella quiere algo más.

- Yo no.

- Díselo.

- Ya te lo dije…

- Si. Que lo establecieron desde un principio. Pero las cosas han cambiado, al menos para ella. Si no quieres más problemas, sólo vuelve a dejarlo claro. Que sigues sin querer nada serio.