Capítulo 32

Cuando el oficial termina con el interrogatorio, me acerco a Karen que sigue con Belinda.

Aunque trata de calmarla, parece algo imposible.

- Es que es mi culpa – escucho decir a Belinda -. Debí haberlo denunciado como me dijo Kate – pasa sus manos por su cabeza, desesperada.

Ella nos contó acerca de lo que ocurrió, no sólo esta noche, sino la vez que Kate la defendió después de que ese… tipo la había maltratado.

Aún no puedo creer lo tontas que fueron para enfrentarse a un tipo así, y sin siquiera decirle a nadie más.

¡Por dios!, Belinda tiene familia que trabaja en tribunales. Fácilmente pudieron refundir a ese en la cárcel.

Estábamos listos para arrancar cuando se me hizo extraño que la camioneta de Ricardo siguiera ahí, después de todo, Karen y yo nos habíamos entretenido un poco antes de subir a mi auto.

Así que, observando un poco más, veo como Belinda se acerca a un tipo que definitivamente no es mi amigo, ya que es más alto, por lo que la llamo.

Cuando noto que el tipo, al girar hacia nosotros, tiene una pistola, no se me ocurre más que prender las altas y evitar que nos dispare, mientras empujo a Karen para que nos agachemos.

Por eso ahora tenemos a una Belinda histérica, un Ricardo en ambulancia rumbo al hospital, y una Kate desaparecida.

Esta noche se ha convertido en una completa pesadilla.

- Deja de culparte – le digo a mi amiga, quien sigue sentada en el pavimento -. Ambas hicieron mal. También Kate debió decirlo – sé que soy un poco brusco, pero sigo molesto por sus acciones o, mejor dicho, la falta de ellas.

- Tranquila Beli – Karen es más indulgente, y lo maneja mucho mejor -. Aquí el único culpable es ese hombre – resoplo ante esa definición para un tipo como ese -. Vas a ver que pronto Kate estará con nosotros.

Veo como la tranquiliza con un poco de contacto, al acariciarle la espalda de forma conciliadora.

Aún no puedo creer que haya perdonado toda la mierda que le hice. Pero me alegro.

- Por lo pronto, vamos al hospital. La policía dice que sólo podemos esperar a que él se comunique.

- Pero van a buscarla, ¿verdad? – inclina la cabeza hacia arriba para poder verme.

- Por supuesto – veo hacia Karen -. ¿Ya les avisaron a sus padres?

Como era común, sus padres habían salido de viaje desde mediados de semana, y regresarían hasta el lunes.

Esa fue una de las razones del porque deseábamos animarla, entre eso y el regreso de Alex, vaya que lo necesitaba.

Sólo que no se suponía que terminaría así.

- Si – asiente -. Ya estaban en su casa – hace una mueca -. Querían darle una sorpresa.

Pues vaya sorpresa se han llevado ellos.

- Ok. Entonces vamos.

Ayudo a ambas a levantarse, y las llevo a mi auto.

Esto va para largo.