Me abrazó en el aire, se acercó a mis labios, susurrando un beso al espacio, camino con mi mano al lado y rompió la cerradura de las puertas prohibidas, hasta que finalmente volando en los aires durmió abrazado de sábanas blancas, dejando como herencia el vago amor que perdimos, llegando así a los cielos de mis sueños donde él murió.