CAPÍTULO I: NOCHE DE PAZ, NOCHE DE AMOR

Llegado el mes de diciembre, todas las alarmas a nivel mundial se empiezan a encender, un evento tan grande y hermoso esta por venir, es el mismo del año anterior y del anterior del anterior, pero cada diciembre es diferente quizás porque hay un integrante nuevo en la familia que acaba de nacer y es su primera navidad, pero también puede ser una fecha para recordar la partida de un ser querido, si en un día tan lleno de fiesta y jubilo, también hay penas, total los que estamos vivos lo celebramos en cambio la muerte continua trabajando.

Un día tan especial para dar el abrazo que tanto esperamos, para dar el perdón que durante más de 350 días no pudimos darlo, solo el 24 y 25 son válidos, solo ese día mi corazón se libro de aquel rencor de tantos meses, solo ese día recuerdo que existe la bondad, la justicia, el amor, el cariño, la sinceridad.

¿Por qué esperamos tanto para hacerlo?

Es necesario mostrar el cariño mediante un regalo, o es más que necesario la compañía de ese ser amado, envidio a aquellos que tienen regalos de su papá, mamá, hermano, tío, abuelo, o yo soy la envidia de muchos por no tener ni un regalo, pero si a toda a mi familia disfrutando de una navidad más a mi lado.

La tecnología nos ha apartado tanto que, de lo que en mi niñez la cena del 24 era comida y dialogo, ahora solo es comida un par de comentarios y cada uno a su celular a ver los estados de medio mundo, a ver que cosas le han regalado, quizás es el único día que tienes a tu hermano a tu lado, debido a que trabaja en el extranjero, pero aun así lo desperdiciamos.

Tantas llamadas, tantas videollamadas y cuando están presentes solo conversamos unos cuantos minutos “la ausencia nos genera la necesidad de obtenerlo, la presencia nos hace olvidar lo valioso que poseemos”

Tantas formas de envió y comunicación, que incluso creo que Papa Noel envía los regalos por alguna página de comercio en línea, es más fácil que desempolvar su trineo de tantos días de estar en desuso, solo sale con el los 24 en las noches con una bolsa enorme llena de regalos para los niños del mundo, corrección, para los niños que se portaron bien en todo el año, no sé cómo Papa Noel sabe cuando y cuantas veces me porte mal, pero yo de niño obviamente en mi inocencia lo creía, que salía desde el polo norte, en un trineo con regalos, con renos hermosos y elegantes con narices rojas iluminando el cielo nocturno del polo norte, recorría todos los continentes que bajaba de mi chimenea…….

Un momento yo no tengo chimenea, porque en mi país no hay nieve, bueno si la hay, pero no en la ciudad en la que yo vivo, tengo que mudarme a esos sitios para tener el privilegio de poder verlo llegar en la madrugada, después de haber reventado uno que otro cuetecillo.

Me empecé a cuestionar mucho sobre ese personaje tan misterioso, pero a la vez tan querido, con seis años de edad, dije, le da el tiempo para visitar cada casa de cada niño, el mundo es sumamente grande como para en una noche abarcar tantos países, ciudades, hasta que hice lo que debí haber hecho desde el principio.

-Mamá, ¿Papa Noel existe? - pregunte a mi madre.

No hijo es solo un cuento que tiene muchos años de edad, desde que yo soy niña imagínate, la verdad es que Papa Noel es tu papá, es por eso que los niños hacen cartas, listas grandes a sus papás y ellos ya ven que le pueden regalar.

Una gran ilusión se rompió en mí, no exagerada porque ya tenía mis sospechas, además este año yo no me había portado tan bien, siempre mi alma rebelde salía a relucir desde pequeño, y a diferencia del personaje del cuento, mi padre si había estado presente en muchas de mis travesuras, iba a borrar algunas cosas de la lista pero dicen que la esperanza es lo último que se pierde y en navidad todo se perdona, pero que buena historia realmente, llevaba mucha ilusión a muchos niños que no disfrutan la navidad como yo, gracias a Dios siempre tuve una cena, algunos años había una que otra cosa más para degustar en otros solo lo que se podía, realmente mi momento favorito de la noche no era la comida sino ver a toda mi familia reunida, mis dos hermanos, mi papá y mi mamá.

Ellos realmente esperan a un Papa Noel, no aun ser de mitología, con barba larga, una gran barriga y vestimenta roja y blanca, ellos esperan a hombres de carne y hueso que puedan llevar un poco de alegría, no importa si esos hombres son de su país o vienen del mismísimo polo norte, eso es lo que representa este personaje un hombre que no importa la lejanía, no importa el mal clima, el peso que deba cargar, porque todo lo hace para darle a los niños felicidad.

Realmente solo a los niños, porque yo a mis quince años así tenga el conocimiento de que papa Noel es solo un cuento, me emociona abrir una caja ya sea grande o pequeña, la emoción por estas fechas esta intacta, no solo en mi casa también en el colegio, a fin de año se realiza una chocolatada al medio día, si, así como lo oyen al medio día en pleno verano, seria catalogada como una crueldad, una quemadura directo a la lengua pero lo que disminuye esa tensión, esos calificativos, es por el delicioso sabor del chocolate, así este hirviendo y estemos a cuarenta grados centígrados me podría tomar un barril entero.

Entonces por simple lógica, vemos que la tradición fue traída de países de invierno y no me quejo, a mí me encanta la navidad, disfruto de todo lo que trae esta fecha tan especial.

Y más en el colegio porque siempre el día de la chocolatada, también era el último día de clase, entonces eran vísperas de fin de año escolar y unas merecidas vacaciones, después de un largo año de estudio, donde hacia de todo menos estudiar y solo rogaba al cielo para que los profesores tengan piedad, era también una fecha muy especial y nostálgica, muchas veces durante un poco más de dos meses no ibas a ver a tus compañeros con lo que compartiste casi un año entero, algunos incluso se despidieron porque se cambiaron de residencia y tiene que buscar un nuevo colegio, otros porque sus padres quieren darle una educación superior y sienten que en otro colegio le pueden enseñar mejor, más temas que le sirvan para su próxima universidad.