Necróxus

El del espíritu de fuego

El olor del chocolate recién hecho lo despertó.

El estómago le rugió. Aún así, prefirió quedarse en cama haciendo pereza. Estaba tan calentito metido entre sus suaves cobijas que no quería salir.

<<De todas maneras hoy es fin de semana -Pensó -Puedo levantarme de la cama a cualquier hora>>.

Parece que su madre no pensaba lo mismo.

-¡Jaack! -Gritó, llamándolo con una voz suave y tranquila, mientras entraba en la habitación.

El joven durmiente se tapó la cabeza con la almohada en cuanto su madre abrió las cortinas blancas de la ventana para permitirle la entrada a los alegres rayos del sol que pronto inundaron la habitación.

-Mamáá -Aulló pesaroso -Dejame dormir.

-Pero si hoy hace un día precioso hijo. además, hice huevos revueltos, pan y chocolate caliente, No querrás perderte el desayuno, ¿verdad?. Después de todo, es tu favorito.

El estómago le volvió a rugir, protestando por algo de comida. Ese había sido un golpe bajo, su madre sabía que tenía hambre. Se quitó la almohada de la cara y abrió lentamente sus ojos azules, oscuros como el océano profundo.

Mientras tanto. Su madre lo observaba con una dulce sonrisa formada por sus labios finos. Era una mujer delgada, su cabello castaño le caía en ondas hasta el pecho y hacia juego con sus amables ojos marrones claros.

-Está bien mamá -El recién despierto se incorporó en la cama -Dame un momento para vestirme y bajaré a desayunar, el hambre me está matando.

-Pero no tardes -su madre lo señalo con un dedo acusante mientras lo miraba fijamente -tu espíritu es fuego jovencito, pero eso no te librará de tener que comer frío si tardas.

<<Tu espíritu es fuego>>
Su madre le decía aquella frase constantemente desde que su padre había muerto hace siete años, cuando un necróxus se coló en el pueblo e intentó atacar a Jack, que en aquel momento contaba con tan solo ocho años.

El hijo nunca olvidaría aquel incidente. Estaba jugando en el jardín cuando vió unos colmillos que se dirigían hacia el. Pero, Antes de que logrará su cometido, Papá se interpuso y logró matar al animal, no sin recibir un mordisco en el proceso.

Lamentablemente, Resultó que el necróxus era una serpiente venenosa, y el herido murió nueve horas después, mientras los modestos médicos del pueblo hacían lo que podían para salvarlo, pero nada fué suficiente.

<<Me quedé paralizado, no supe que hacer. Tal vez, si hubiera sido más fuerte y lo hubiera ayudado aún estaría vivo>>.

Jack se torturaba pensando esto después de la muerte de su padre. Casi no hablaba y no se sentía capaz de nada, ni siquiera tenía apetito. su madre estaba sumamente preocupada y lo intentaba todo para tratar de animarlo, pero era inútil. Hasta que un día, después de ver por horas una vieja foto de su padre, estalló en llanto y confesó su culpabilidad. su madre entonces lo abrazó y después se encargó de dejarle bien claro que nada de lo que pasó había Sido culpa suya mientras le sostenía la cara entre sus suaves manos y lo miraba a los ojos.

<<Tu espíritu es fuego -Le decía - Eres fuerte, pero tan solo eras un niño pequeño, no había nada que pudieras hacer. Tu padre te amaba más que a nada en el mundo, dió su vida por ti, para que crecieras y te convirtieras en un gran hombre, Justo cómo el quería. Levantate cariño, y hazlo sentir orgulloso>>.

Aquellas palabras lograron penetrar en su alma e hicieron detener el llanto, desde entonces se lo decía cada día para hacerlo sentir mejor. Y funcionaba, poco a poco los miedos e inseguridades del hijo se fueron reduciendo y su confianza brotó, hasta que su sentimiento de culpabilidad desapareció.

Por eso amaba a su madre, no creía que pudiera existir una mejor madre que ella.

-¡Jaack! -otro grito de su madre, provenía desde el piso de abajo, dónde estaba la cocina -¿Que te dije?.

-¡Ya voy! -Respondió con otro grito.

Se desnudó y entro en la ducha rápidamente. El agua fría lo terminó de despertar, su cabello rojo oscuro, que tenía corto a los lados y largo en la corona, cubrió su rostro. Se preguntó si esa también sería también una de las razones por la que su madre le decía que su espíritu era fuego.
<<Seguramente -Pensó>>.

Después de lavarse bien, salió del baño y procedió a vestirse. Se introdujo en medio de unos jeans azules oscuros, calzó unas zapatillas negras, se puso una sencilla camiseta de lana blanca sobre la cual lució una camisa de cuadros azul con mangas largas, aunque el siempre se las recogía hasta un poco más abajo del codo y, por último, se adorno con su bien más preciado, un collar sumamente sencillo, que consistía en una cuerda con un dije de madera en forma de marco cuadrado con tres colmillos en su interior y una piedra celeste en el centro que formaban una especie de "y".

Antes de bajar, peinó echandose el cabello hacia atrás, pero este era rebelde, casi tanto como su portador, y aunque quedó levantado, estaba arqueado hacia adelante. Jack suspiró, su pelo nunca le obedecía.

Decidió entonces ponerse en marcha hacia la cocina, y solo hasta entonces reparó en lo desordenada que estaba su habitación.

<<Wow... Tengo suerte de que mamá no se haya fijado en todo este desorden por estar hablando sobre el desayuno>>.

Había ropa tirada por todos lados sobre el piso de madera marrón y la cama gris. En las paredes blancas de la habitación se podían observar algunos dibujos suyos pegados, mientras otros se hallaban abandonados en el suelo. Le encantaba dibujar, sobre todo en clase de matemáticas, era cuando más se inspiraba y hacia sus mejores obras de arte. curiosamente, se le daba bien esa asignatura, pero no le gustaba para nada.

<<Ordenare todo esto más tarde -trató de convencerse>>.

Por fin, bajó las escaleras de madera y se dirigió a la cocina. Había un contraste muy grande entre esta y su habitación, su madre se encargaba de tener todo perfectamente ordenado y limpio, la vajilla de porcelana, los adornos con forma de flores en las paredes verdes, el piso de madera pulcro, la estufa electrica brillante. Y no solo ocurría con la cocina, el salón, con sus dos sofás grandes y la vieja radio de papá entre estos, sobre un sencillo mueble de madera lacada se encontraban perfectamente acomodados e impecables. Por no hablar del baño, completamente desinfectado.



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En el texto hay: fantasia, accion, aventura

Editado: 13.01.2023

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