Nefilim almas en guerra

Capítulo 2

CAPÍTULO 2

Las alas.

Yanis

Mis clases con Kiara han concluido. Han pasado ya seis meses de comprender el mundo mortal y el espiritual. Se lo que soy, lo que somos ella y yo. Y porque el mundo se niega a nuestra existencia. Ella dice que debo meditar antes de empezar a experimentar mis habilidades, que le de un descanso a mi mente aunque no esté cansada. Así que me deja deambular por los jardines de la casa blanca mientras ella se ocupa de sus deberes como general. Se comporta de forma distinta cuando esta conmigo, obedece con fe ciega a Coab y según los veo juntos no se comportan como una pareja normal, ella odia literalmente que me refiera a ellos dos como pareja o novios, algo que me encanta es sacarla de quizio, es como provocar a un gato montez.

Los aliados de Kiara ya se acostumbraron a verme rondar por el pasto verde. Pararme bajo la lluvia solo para sentir su textura. A veces cuando no esta nublado veo la estrellas. Intento descifrar que figuras hay en ellas. Lo mas estraño es que me limito a dormir durante las noches cuando Kiara no esta. No es que lo necesite. El problema es que mis sueños son algo perturbadores e intentado descifrar que son. Incluso se han acostumbrado a mis sueños, sobre todo a esas noches cuando lucho contra mis demonios y cuando lloro por esa voz que dice mi nombre. Me he negado a no pronunciar su nombre, me he negado a sentir dolor, estoy rodeada de tanto odio que poco me afecta, estoy librando mi propia batalla contra recuerdos que quieren presentarse cuando estoy distraída y lucho constantemente por bloquearlos, y en esas noches cuando mi cuerpo me pide que recuerde estoy persiguiendome ami misma en un bozque tenebroso donde las ramas me arañan la piel.

Pero cuando sueño con el, recompensandome siento que algo, que me acaricia como una pluma, recorriendo cada sentimetro de piel y trasmitiendo una serie de descargas eléctricas, cuando me despierto en la mañana solo recuerdo ese extraño olor almendras y a tierra limpia y humeda. Es lo que mas presente y lo unico que me mantiene cuerda, es pensar en el, porque todo lo de mas desaparece con los sueños que decido no analizar, a veces logro atrapar destellos de luz. Recuerdos. Alguien que me sostiene en el aire.

Es como volar… puedo sentir la adrenalina corriendo por mis venas. El vigor. El calor del sol acarisiando mi piel. Como si alguna vez ya hubiera experimentado esta sesacion. Desde que desperté ciento un vacio como si algo me hiciera falta, en ese lugar donde ciento una oprecion en mi pecho. A veces cuando despierto es como su mi corazón se dividiera en dos. A veces mi tiempo con ella es insoportable como hoy, vuelvo ala casa pasando por sus pasillos despejados llenos de sus alidos, la mayoría vigilan los cielos que nadie intente cruzar nuestra barrera.

Llevan sus alas desplegadas y surcan los cielos como side encontrar un tesoro importante se tratase. Siento un poco de envidia porque yo no he podido desplegar mis alas y nose si posea esa habilidad. Es algo que también extraña a Kiara y cada vez que me lo pregunta veo como sus ojos destellan un brillo siniestro. Mira hacia otro lado menos ami, como si por alguna razón fuera encontrar las respuestas en otro lado y no en mi. Regreso a los pasillos iluminados por una luz casi natural de mañana. He estado recorriendo los últimos días los tuneles de la casa blanca en busca de algo emocionante. Me aburro de masido en esta mancion. Voy pasando por las puertas secretas bajando unas escaleras como si me dirijiera acualquier sotano de una casa abandonada. Puedo oler la humedad y moho conforme me voy acercando hasta que me ecuentro con un túnel subterráneo. Mientras doy unos pasos vacilantes, hacia adelante escucho un quejido lento como si alguien se hubiera callado un grito ahogado. Intento agudizar al oído cuando Kiara me atrapa entre sus manos.

– ¿Que haces aquí? no deberías de bajar… es muy peligroso – su voz resuena por las paredes y esta vez las cadenas chocando contra algún fierro suena.

– Solo quería saber…

– Vamos, sube arriba – dice ella interrupiendome de nuevo mientras escruta la oscuridad del lugar. Me deslizo aun lado de ella, ¿Que será lo que oculta?. Durante el camino de regreso no dice nada, esta mas que tenza. Cuando la luz de los pasillos y puertas de madera y metal vuelven a rodearnos, ella se pone frente ami con la cara desencajada por la frustacion.

– Escucha. Hay cosas que hago que no debes saber… lo ultimo que quiero es que tu me tengas miedo… ¿Entiendes? – exije con brusquedad siempre esperando que le obedesca. E de admitir que me molesta.

– ¿Que estas ocultándome?… ¿Que tienes ahí?

– Eres ala única Criszar , de todos mis soldados que no quiero que me tema… no vuelvas a bajar ahí.

Se da la vuelta dejándome con las palabras en la boca y las dudas en mi cabeza, siempre dice eso cuando quiero acercarme demasido, ella huye de mi. Lo que sea que no quiere que vea ¿Sera tan malo como para que me mantenga alejada?

Un grupo de recién llegados pasan ami lado mirandome con una descarada curiosidad. Uno de ellos me lanza un beso y eso me pone la piel chinita. Aun que lo dejo pasar mientras vuelvo mis pies para subir a los peldaños. Mientras camino entre la galería de fotografías de presidentes antiguos siento un calor sofocante. Mi piel empieza arder por alguna extraña razón, como si fuera enfermar. Me quedo en medio de las escaleras iintentando apartar la sensación, conforme mi cuerpo se tensa, algo mas cambia en mi cuerpo, una sensación de ardor entre mis omoplatos que va creciendo y creciendo, hasta que no puedo evitar llevarme las manos a mis hombros, el ardor se a concentrado ahí. Como si mi piel estuviera quemándose justo en mis musculos. Pasando por mis omoplatos y bajando por toda mi columna. Cuando el ardor se vuevle mas intenso no puedo evitar quejarme, mi cuerpo lo ciento mas pesado como si estuvieran cargando algo muy pesado, que empieza aplastarme.




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