CAPÍTULO 4
Viaje al pasado
No sabía si primero entristecerme o enojarme con ella. Era fría, sin emociones, esperaba otra mala noticia de su historia, algún ataque químico contra ellos, pero oirla decir que me había intentado matar, fue como un latigazo en mi cuerpo. La mire aterrada porque sabía de lo que ella era capaz, no necesitaba verlo para saber, su presencia lo decía todo.
–¿Pero…porque? – dije mientras me fallaba la voz.
– Tuve un mal presentimiento de ti ...creí que eras… que querías suplirme y preferí matarte primero – aguardó silencio, como no dije nada ella se apresuró añadir – No sabia lo que realmente eras, ni de tu existencia hasta que Jabel me ayudó a recordar.
– ¿Y porque quieres que recuerdes eso? – dije sobando mi cuello de frustacion.
– No es eso lo que quiero que recuerdes… quiero que los recuerdes a ellos – las palabras brotaban de su boca con puro odio..
– ¿Y si quiero regresar con ellos después de recordar?
– Te dejare ir… pero sin dejar de vigilarte….aunque se que no lo harás. No cuando veas la verdad después de todo lo que te he contado… tú misma veras lo malditos que son.
– Esta bien, acepto…pero no recordaré. No ahora, necesito tiempo para asimilar… Tengo que admitir que me das un poco de miedo – y agache la cabeza.
– No quiero que me temas. Quiero que confíes en mí.
– Quiero primero conocerte y acercarte a la luz. De verdad necesito sacar este nudo en la garganta y no se… quizá con el tiempo.
– Estás muy segura de eso – dice ella suspicaz o eso parece. En su mirada veo un destello de luz. Algo que no creo que los seres como ella tengan.
…………
1 año después.
Soledad y Erol están conmigo en una habitación, no hemos salido de Nueva York, buscamos refugios entre los edificios que sobrevivieron a los cambios climáticos y a las fallas en toda la ciudad durante este año, los humanos luchan por sobrevivir. Y durante este tiempo logré conseguirme de su compañía antes de que Kiara pudiera matarlos. Desde entonces me deben su lealtad y no puedo ignorarlos, son divertidos cuando discuten. También existe Carin, un antiguo amigo que me reconoce y que he tratado de proteger de Kiara. Ella lo ve como un esclavo, yo como un amigo.
– Oh terroncito… me gustaría comerte a besos – Erol se burla de Soledad mientras ella rebusca en unos cajones, escucho sus voces mientras entro ala habitación y lo encuentro recostado en la cama.
– ¿No se supone que iban arreglar el lugar para mi?
– Sol lo hace mejor que yo...ya casi ha terminado.
– Eres un idiota – le avienta con un cepillo que se estrella contra su pecho.
– Tenemos que irnos, prometimos ir al arca. Recuerdan. Mis memorias sufren.
– Por fin – dice Soledad en un suspiro soltando alguna prenda que pretendía usar – Tus sueños me tienen perturbada.
– Eso es gracioso – dice Erol.
El silencio que sigue después se me hace incomodo, soy la única que puede teletransportarse en sitios pequeños, Kiara me ha enseñado a controlar mis dones, no deja de mencionar a cada rato que sale a colación un tema “Ellos te controlaban demasiado” me gustaría saber quienes son ellos y la única forma de entender su guerra es recordar y lo are. Pero aquí no, a veces volver a la casa blanca es entretenido, me gusta recorrer sus pasillos a pesar de que no hay ningún humano dentro de ella, quizá no sepan que nos hemos retirado, hasta el pentágono está intacto, a menos que quieramos destruir cosas, lo cual hacemos muy a menudo por aburrimiento, ya que los humanos viven aferrados asus reliquias dignas de un museo.
Me materializo dentro de sus habitaciones, la luz martecina atraviesa las cortinas de color hueso para filtrar mas luz, a pesar de ser gruesas, sombrean la habitación que parece ser la presidencial. Soledad y Erol están conmigo en la habitación, el cuarto es de mármol y muebles frondosos, las lámparas recubren las paredes, con aleros de bronce. Todo parece tan nuevo y lujoso. He meditado por más de tres horas, sentada con las piernas cruzadas, miro a la cama que está cubierta con sábanas de un satén fino y suave como el terciopelo. En cuanto me recuesto puedo sentir su textura sobre mi piel y suspiro. Estoy intentando controlar mi respiración, escuchando la de Soledad y Erol, los latidos de sus corazones, los cuales poco a poco se convierten en un tic, tac,tic tac. El tiempo parece detenerse y siento como empiezo a retroceder en mi mente y la brecha se abre de una vez llenándome de agonía, un dolor que me parte… trato de olvidar esta sensación de pesar y me concentro en las palabras de Kiara, dice que si un humano tiene la fuerza de voluntad para despertar su cerebro con el entrenamiento adecuado o un invalido puede caminar con solo pensarlo. Hasta un hombre caído en coma puede despertar y recuperarse si su cerebro es fuerte… entonces para nuestra especie no será problema porque lo que ellos tardan en recuperarse de cualquier estado, cualquier especie inhumana puede hacerlo mejor que ellos, por eso somos superiores a ellos. Esto ya lo sabia, pero cada vez que despertaba de esos sueños confusos y cargada con ese peso insoportable me daba miedo recordarlo, sabía que del otro lado de mi memoria estaban esperándome mi pasado y no podía posponerlo más tiempo, tarde o temprano los recuerdos llegarían sin previo aviso. Estaba empezando a recordar, así que tenía que dejarlos venir.
Erol toma mi cabeza y me ayuda a acomodarme entre las almohadas… me siento paralizada por el miedo… en alguna parte de mi esto no va a ser fácil.
– Estás temblando – dice Soledad mientras toma mi mano y se arrodilló junto a mi como si orara y Erol hace lo mismo mientras se coloca a mi otro extremo y sujeta mi otra mano también arrodillándose.
– No te dejaremos sola nena – dice apretando mi mano y yo les devuelvo el gesto, que casi podría romperles las manos si nuestras fuerzas no se igualaran. Mi pecho sube y baja cuando empiezo a sentir como todo me da vueltas, esta sensación de borrachera. Cuando duermo o después de que despierto siempre está ahí y ahora no puedo escapar “Quiero recordar” aunque no se que es… Estoy asustada, un fino sudor cubre mi frente, pero ellos no lo notan. “Recordar” son las palabras que se repiten en mi mente y como si una luz cruzara mi mente todo se ilumina, deslumbrándome por completo y me entrego a esa luz… es algo que cae sobre mi… mis párpados pesan, se que no es un sueño, se que lo que viene a continuación y espero estar preparada para lo que viene… todo da vueltas y vueltas como en una rueda de la fortuna y esa luz explota en mi cabeza. Me desplazó hacia el pasado, volando al principio donde todo empezó y puedo oírlo, sentirlo y ver todo como si fuera una película de mi propia vida, desde todos los ángulos que me son posibles.