Nefilim almas en guerra

Capítulo 5

Capítulo 5

9 años y 4 meses

Yanis

Cuando desperté curvando mi espalda, aun sentía esa sensación de peligro, grite, grite buscándola en el aire, con el cuerpo bañado en sudor… ya nada parecía igual. Todo lo que creía había dejado de existir… Cuando desperté ese día entendí porque ella me hizo jurar. Porque sabía que cuando abriera los ojos lo único que me importaría sería la misma sed de venganza que ella sentía. Y como dije una parte inconsciente de ello tuvo su razón para odiarme, yo me odiaba por sobrevivir mientras ella estuvo en el infierno.

Me mintieron todo el tiempo, ellos jamás me amaron. Desde un principio iban a matarme y también entiendo su miedo cuando me encontró. Desde el primer momento en que supo de mi Y por primera vez en toda su vida, el amor, la luz. Yo era ese camino para encontrar un poco de paz en todo el tormento que ha vivido.

– Hey… estas bien… no podíamos despertarte – Carin aparta el cabello de mi rostro.

– ¿Qué haces aquí? – mi voz suena rota.

– Vine con tu hermana… no podíamos hacerte despertar.

– ¿Qué pasó?… ¿Pudiste? – Soledad se sienta a mi lado.

– Si – me limpio el sudor y las lágrimas. He estado llorando… el crecimiento crece y mi cuerpo se dobla. Pero no. Ellos no se merecen ni una lagrima de mi parte. Salto de la cama apartando las sábanas. Cruzó la puerta apartando al soldado que estaba junto a ella. La busco. La busco como si mi vida dependiera de ello.

– ¡Kiara! – grito desesperada entre las paredes las cuales amenazan con cerrarse y acortar la trayectoria, subo los dos pisos subterráneos. Se donde esta porque me está esperando y mientras corro para volver a verla, me ciento por un segundo presa de la claustrofobia. Es como una bomba dentro de mi cabeza. Como aquel dia en que nos alejaron una de la otra. El pasillo parece hacerse más pequeño. Y el miedo crece porque no podré llegar a ella y el tiempo se hace lento… todo este tiempo sintiendo ese vacío y ella está aquí. Nos queríamos desde que nos conocimos. Desde que formamos nuestro vínculo esta es la segunda vez que nos encontramos. Por mi mente cruzan los fragmentos de todos los recuerdos yo viviendo en una vida irreal, o al menos yo creía que era feliz. Ella siendo herida y encadenada. Yo siendo salvada y olvidada, y aunque nunca lo admitirá se sintió amenazada por mi existencia. Ella me odio desde el principio. Ella quiso matarme porque yo tuve una vida y a ella le arrebataron todo. Lo entiendo y no la culpo. Ya no puedo temerle. No puedo porque ella me necesita y yo estaré con ella hasta sacarla de la oscuridad. Es lo menos que puedo hacer. No la culpo a ella. Los culpo a ellos. Si ella no le hubiera apoyado desde un principio podríamos habernos evitado tanto dolor… pero no… ellos decidieron que vida vale más que otra…. Y me quisieron matar desde que me encontraron. Me encuentro al otro extremo de la sala. Ella parece perdida sin mi. Desesperada y cuando aparesco del otro lado del salón, la distancia se me hace tan larga porque podría aparecer Kenalke o Keila y arrebatármela de nuevo. Apartarme de ella, las mismas imágenes se golpean una y otra vez, mientras yo creía ser feliz, la verdadera verdad es que estaba siendo sacrificada, preparada para morir… cuando me lanzo sobre ella abrazándola… con tanta fuerza que podría hacerle daño… Ella no me devuelve el abrazo porque no está acostumbrada a esto, pero no me importa. La sostengo más con mis brazos… me jure protegerla desde ese momento en que Mitkel quiso hacernos daños y ya nada ni nadie nos iba a separar.

– Lo siento… lo siento tanto Kriszar. Siento haberte olvidado – lloro contra su cuello.

– ¿Como me dijiste? – me aparta para verme el rostro. Y aunque soy la única llorando. Vuelvo a repetirlo porque es la única verdad.

– Kriszrar – de mi boca se escapa una risa casi histérica, porque no puedo creer que la tenga de nuevo a mi lado. Y las lágrimas no paran de fluir. Escondo mi rostro en su cuello hasta que ella me devuelve el abrazo insegura. Se aferra a mí temblando. Pero ella no llora, ni siente mi abrazo.

– Lo recuerdo todo… Kriszar… todo – fijo mis ojos en ella pero ya no solo veo ira. En lo profundo de ellos veo dolor y rabia.

– Todo – dice ella en un murmullo.

– Si.

– ¿No me temes? – me aparto limpiándome el rostro con las mangas de mi camisa.

– ¿Temerte?… ¿Porque iba a temerte Kiara?

– Bueno… creí que me odiarías… después de que yo casi …– pongo mis manos en sus labios.

– No importa… es el pasado…entiendo lo confundida que debes sentirte. Yo me siento igual… pero no importa… te perdono porque nada de esto es tu culpa – digo desviando la mirada y dejando en claro a quienes sí culpo.

– Lose… cuando Jabel me ayudó a recordar… fue cuando intenté acercarme a ti para explicarte, pero nunca tuve la oportunidad… lo que te hice… Yanis… no tiene perdón.

– Ya basta. Voy…

– Me imagino que vas a irte – me interrumpe y quiero reirme pero me contengo – No te preocupes… are que..

– No voy a irme Kriszar – le digo sonriente.

– Creía …

– Kriszar no voy a dejar que nadie nos vuelva a separar…. No voy a buscar a Keila – tendría que hacer lo que nunca imaginé. Sobre todo acabar con cada rastro de mi humanidad porque vivir con Kiara significa vivir con la muerte. No importaba si me sumía en el proceso, estaba dispuesta a devolverle un poco de paz. No puedes estar expuesta a un veneno y no contaminarte.

– ¿Estás segura? – dice ladeando la cabeza esperanzada creo – Porque puedes irte… bajo mi guardia por su puesto, no te dejare sin escolta.

– No me iré… no ahora que me necesitas.

– Necesitarte – le sonrió un poco con una mirada traviesa para animarla. Quizá algún día logre hacerla reír.

– Me vas a tener muy cerca para causar todo tipo de problemas – le golpeó el hombro con cariño. Ella se inclina hacia mí.

– Te convertirás en mi esperanza – ella recargó su frente en la mía burlándose y cierra los ojos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.