CAPÍTULO 7
EL NACIMIENTO DE LOS ANAQ`S
YANIS…
El plan ya ha empezado y no hay nada que pueda hacer para detenerlo, se ha creído cada una de mis mentiras, aunque no lo que siento por él y el hecho de que hiciéramos el amor, entrege todo de mí en esos momentos hasta mi último aliento, aunque debía volver a la realidad, casi haber estado apunto de matarle fue suficiente. Claramente veo que está tan frustrado que no haya que hacer con la situación.
– Tengo que volver con ella – digo retrocediendo a la puerta, pero él se acerca y me detiene por el brazo frustrado – Es mi hermana.
– No…no lo es – dice con rabia, la cual está creciendo y intento cambiar la conversación, pero en su mirada veo cuantos reproches tiene que decirme, secretos que no me interesa saber.
– Es mi gemela, solo un estúpido como tu lo negaría ¿Cómo puedes comportarte así? – intento zafarme de su brazo pero él no me suelta.
– Ella seguramente te está usando – “oh Israel” si tan solo supieras mi verdadera naturaleza.
– Todo lo que hago yo… lo hago porque quiero – es tan fría mi voz, él dudó un instante y parece procesar la información que le he soltado, sin ningún rastro de emoción en mi voz. Es un desafío para defenderla, las muertes que ha habido bajo mis manos, los traidores tratando de confabular en contra de Kiara, mi única razón de existir, prisioneros dispuestos a morir bajo sus torturas que unirse a ella o a mi.
– Las muertes – murmura con voz queda. Poco a poco empieza a soltarme hasta poner algo de distancia – ¿Acaso sabes lo que ella ha hecho?
– Lo sé todo sobre ella. ¿Que creías, que acostarme contigo cambiaría algo? – me rio en su cara.
– ¿Y lo que te hiso a ti?
– Te repito, no lo entenderías, tú no tienes hermanos. Verdaderos hermanos.
– Ella te tiene por puro interés, ni siquiera creo que pueda amarte, No como Keila te ama – dice tratando de poner en duda mi decisión, quiere hacerme retroceder, pero oírlo hablar de ella me enfurece.
– Retractate – doy un paso amenazante hacia él, le falta información, está hablando sin pensar, yo no puedo pensar en amar a alguien mas, no después de tanto daño que he hecho.
– Ahora son una gran familia feliz – especta contrayendo la cara.
– Keyla – murmure despacio – ¿Que mas sabes de ella?
– Kiara manipuló la situación para tenerte a su favor ¿Que acaso no lo ves? – pero ya he hablado demasiado.
– Ella dijo lo que tenía que decirme y sin ayuda de nadie.
– ¿Entonces sabes de que te hablo? – da un paso hacia a mi, quiere que recuerdo algo.
– Kiara me lo contó todo… ella no me mentiría... Pero te propongo un acuerdo.
– ¿Ahora que? – retrocede
– Si sabes donde esta Keila. Dimelo.
– ¿Para hacer que?
– Me quedaré si me lo dices –
Piensa, me mira, le cambia la expresión, ahí por fin ve mi máscara. No es tan idiota despues de todo.
– Yo. No se donde esta.
– Entonces, tengo que irme – está mintiendo, doy media vuelta dándole la espalda y salgo de la habitación, bajando las escaleras a la luz nocturna de la noche.
– Espera… no puedes irte así sin más, ¿Como puedes volver hacer esto? – lo escucho vestirse mientras me sigue, no volteo hacia atrás hasta que tengo los pies en la cubierta del barco.
– Yanis espera. Detente por favor, te lo suplico.
El frío azorado, mechones de mi mi cabello, rozándome el cuello la brisa fresca y limpia llega a mis pulmones, cuando él me rodea con un brazo, lo apartó con brusquedad, no puedo dejar que vuelva a tocarme, Carin aparece poniéndose a mi lado. Listo para intervenir en cuanto se lo pida. Pero no me toca, sabe que estoy molesta.
– ¿Crees que esto se trata sobre ti? – le digo sin voltearme – No voy a quedarme, no si no hablas con verdad.
– Podemos, sobrevivir a esto, juntos – la voz se le quiebra buscando una salida.
– Contesta a mi pregunta, ¿Sabes donde está ella? – odió decir su nombre.
ISRAEL…
Escucharla tan fría y distante. Verla en esa postura empezaba a creer, “¿Que ella me usó?” “¿Jugó conmigo?” “¿Como pude ser tan estúpido?” “¿Cómo pude caer?” ella me mira desafiante, tan igual a ella, no eso, no es verdad, tiene que haber algo de ella, aún hay algo de ella. Cuando estuvimos en mi recamara parecía ser ella.
¡Esto no puede ser real! ¡Es una jodida pesadilla! Ella me ve y sonríe, satisfecha por que he caído como un imbécil. Ella vino con estrategia.
– Hermano, ¿Que sucede? – Axel aparece a una distancia prudente y me ve preocupado.
– ¿Porque? – no se que mas decir – ¿Porque veniste?
– Hay cariño, ¿a estas alturas no adivinas? – dice ella con voz melosa llena de frialdad, recordándome a mi primer encuentro con Kiara – Como te dije, no nos volveremos a ver y las circunstancias no serán agradable – el se acerca rosandola con su cuerpo mientras despliega sus alas.
– Busca a esa perra mentirosa y dile que tiene tres días para aparecer, de lo contrario se atendrá a la cacería. Y si sabes de lo que hablo, devastaremos todo a nuestro paso con tal de encontrarla.
– ¿Y si no la encuentro?
– Hombre, yo sé que lo harás. Te ofrezco una tregua. Si accedes me quedaré. Tienes mi promesa.
El amigo contrae el rosto de disgusto. Ella lo ignora.
– ¿Y qué pasaría si te la entrego? ¿La entregarás a Kiara?
– Ella se busco su propio infierno. Solo seré un conducto al único final. Ella es la causa de todo. De Kenalke nos ocuparemos nosotras.
– ¿Y volverás con ella? Si no lo hago – digo con voz quebrada.
.
– Eres inteligente... ¿Es lo que deseas no? tenerme – pregunta ella alejándose de su soldado su voz destiñe dolor y rabia.
– Preferiría verte muerta que con ella– le suelto, no es una mentira, es una verdad cruel, ella se queda inmovil en medio de la plataforma y no se como es posible, que toda su aura cambia. Se carcajea.
– ¿No pensabas eso hace unas horas? – dice recuperando la compostura.