Nefilim almas en guerra

Capítulo 8

Capítulo 8

LA PLAYA.

Kiara está sentada en su cama he terminado de insertar los dardos restantes en mi armadura, estoy vestida con ropa de chándal.

– Los chicos van a salir – le informo con cautela. Los entrenamientos han estado bien, han pasado los cuatro meses, y los guerreros están listos para el primer ataque dentro de unos 5 días. Todo está listo.

– ¿A dónde? – preguntó ella, viendo los últimos detalles del buque que Carin ha logrado dibujar mientras deambulo, pudo sacar los números de cubiertas, la medidas de eslora, hasta la cantidad de tripulantes y realizó un conteo de los soldados del arcángel. Tiene los dibujos esparcidos por toda mi cama, últimamente desde que entré más en sus planes, suelo interrogar a los prisioneros antes de entregarlos a ella. Ahora entiendo que hace con los cuerpos. Evito el pensamiento para no volver a esas imágenes de los cultivos de la flor. Tiene un nombre memorable. Se alimenta de sangre, se quema con el sol y sus pétalos una vez abiertos jamás se cierran hasta secarse, viven carcajada de 150 años cada una.

– Con los humanos a alguna playa – suelto sin importarme su reacción alza la mirada de mapas.

– Coab irá contigo – dice más como una orden que no admite réplica, pero si la hay por mi parte.

– No quiero a mi cuñado de niñera.

– Esa palabra – dice volviendo su vista al buque y trazando una línea y letra para darle más forma. Creo que ya lo ha visto y está añadiendo detalles.

– Ja – me burlo – Aunque te moleste eso es.

– Solo somos cama, nada del otro mundo. Tu eres una mojigata.

– Y el único que te toca Kriszar.

– El solo puede tocarme, porque es un soldado de la unión – sus labios forman una línea, a veces hace eso cuando se le escapa algo que no quiere que sepa y esto solo le pasa conmigo. En ocasiones como esta, no puede ocultarme nada. Y aunque nunca lo admitirá la inquieta hasta que me cuenta la verdad.

– Termina de contarme.

– Angeles de luz y amor. Diseñados sólo para un fin. Crear vínculos a perdidos.

– Y como es que Coab encaja en esa definición. ¿Que es un soldado de la unión?

Junta los mapas en sus manos y los pone bajo su brazo poniéndose de pie.

– El solo buscaba venganza contra los vigilantes que le negaron su petición de proteger a su pareja, lo traicionaron tendiendole una trampa y peor aún, su pareja desapareció y eso lo volvió loco de dolor, una cosa era no tenerla en cuerpo, pero que la hubieran desaparecido con el fin de que no cayera en la tentación. Fue algo cruel, eso solo pasa cuando renacen en la tierra pero solo son casos especiales, el la busco y busco olvidando su propósito, el cual era reunir a las almas gemelas. Un rastro de hermandad. Un rastro de amor, de amistad, él podía detectarlo a kilómetros y cuando esto dejó de tener sentido y le arrebataron todo, en vez de unirlos, empezó a cazarlos en venganza y hacerles desaparecer. Coab tiene el poder de amansar al más asesino serial y hacerlo parecer un lindo corderito.

– ¿Y no te hace efecto su poder?

– El elije con quien usarlo y es muy útil cuando quiero obtener información rápida, él está al mando en alguna misión lejos de mi. Samael y él se conocen. Cuando me encontró, no podía entrenarme todo el tiempo y lo dejó al como mi protector, durante decadas de mi primera vida pase como su aprendiz. El hizo su trabajo durante un tiempo y la situación se presentó. Para entrenar tenía que tocarme, cosa que odiaba, intentamos matarnos michas veces y me obligó a superar esa debilidad. El miedo solo sirve para hundirte más en la miseria, él lo aprendió así y me lo transmitió por eso Samael le confío mi vida. El y yo estamos vinculados. Eso hizo que me odiara al principio y ambos rechazamos la unión, nos herimos física y emocional. Sus castigos fueron más crueles de lo habitual.

– ¿Samel? ¿El angel de sabiduría?

– Si

– ¿Porque te protege tanto? ¿Qué favor le deves?

– Coab cumple las promesas que hace, el día que muera será por su mano. Esa promesa nos la hicimos mutuamente.

– No cabe duda de que si hay algo. – digo atando mi cabello.

– Estás equivocada. El amor ya no existe para nosotros salvo la lujuria Kriszar. Basta de hablar de Coab y de mi. Tengo que irme. Ve. Pero regresa.

– La verdad es que no quiero volver – bromeo – Es que eres muy irritante.

– Date un baño de regreso, no quiero su peste en nuestro cuarto

– Es mi cuarto.

– Lo que sea – se encamina a la salida.

– Está bien, algo más majestad – dice con burla.

– Es todo general.

– Avísame si cambias de opinión, imagino que Soledad vendrá a convencerte, no pueden vivir sin ti – dice con ironía.

– Yo sin ti no puedo vivir. Te dejare mensaje, además Carin estará con ellos no pueden meterse en tantos problemas sin mi.

– Desde luego que no ¿Porque lo perdonaste tan rápido?

– Le tengo una sorpresita. Ya veraz el día de la presentación. Te quiero.

– Deja de decir eso. Cualquiera puede oírte.

Asiento sin decir nada, analizando como Coab se podría haber sentido desde que le separaron de su pareja y como se sumió en el odio. Inimaginable. No puedo compararlo con nada, estoy absorta en mis pensamientos cuando Soledad entra como siempre sin pedir permiso a mi habitación, va vestida de fiesta playera con chorts cortos y un bikini de color rosa atado al cuello.

– ¿Estás bien? últimamente estas muy aislada e irritante contra Carin y Erol.

Si últimamente no los soporto tenerlos cerca, y soy demasiado demandante con ellos, pero no me arrepiento de nada. Carin me traicionó al mentirme y este par lo sabían. Pero no haré nada. Aun. Quiero que se confíen.

– ¿Qué haces aquí? – digo sin mirarla aun pensando en la historia de Coab.

– Vamos a ir a la playa de miami y quería invitarte.

– No me apetece ir ya se los dije – digo ignorando la cara que me pone. Últimamente estoy muy concentrada en lograr que no haya muchas muertes. Algo que no podré evitar.




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