Capítulo 9

Capítulo 9

El soldado de unión.

– Porfavor cuéntame

– No

– ¿Porque no quieres contármelo?

– Es una mierda retorcida.

Estamos comiendo en nuestra terraza privada, llevo insistiendole que me cuente su historia y se niega. La ventaja de ser su unica hermana; es que le importo lo suficiente como para no atacarme por mi insistencia ante su vida privada. Si fuera otro soldado o ajeno lo mataría enseguida.

– Pero siempre me lo cuentas todo, ¿Porque esta historia es diferente?

– Porque no te concierne, solo es entre Coab y yo. Nunca nos ha gustado hablarlo, negarlo lo hace menos real. Más soportable.

– ¿De verdad no te afecta que este con otras?

– No lo hace.

– Pero lo he visto filtear con guerreras – estoy tratando de comprender.

– Pues no lo hará.

– ¿Estás celosa? – sonrió cuando deja los cubiertos con energía furiosa y me fulmina con la mirada.

– Si te lo cuento, ¿Dejaras de preguntar? – Grito internamente de alegría y evito dar saltos en mi silla. Esto de ser su hermana es mejor de lo que creí, tengo acceso a información ilimitada.

– Cuando encontró a su pareja él hizo todo lo posible por protegerla, pero la época en la que vivía, Coab era una regla prohibida e intentó ocultar su amor por ella. Era considerado uno de los peores delitos. Un joven ángel llamado Zhoren, descubrió el secreto de Coab e intentó encubrirlo al principio, pero las sospechas empezaron a empeorar su situación, tomó la decisión más grande de su vida. Dejar su vida en el cielo y bajar la tierra. Algo que provocó un desequilibrio entre los tres ángeles que existían en ese entonces. Zhoren empezó acosar a Coab con amenazas si no le obedecía en todo lo que él quisiera y Coab no tuvo otra alternativa, lo que Coab no sabía era que estaba siendo usado para un plan mayor. Mataba aquí y allá. Dejando migajas a su paso que todo lo guiaría hacia él. Pronto se percató de la obsesión que Zhoren tenía sobre su amada. Estaba obsesionado con el sacrilegio y él era el blanco perfecto. Un dia Coab bajó a verla, llevaba meses sin poder estar a su lado y necesitaba explicarle su ausencia, pues temía que pudiera dejar de amarle, aunque de por sí era insoportable estar lejos de su alma gemela, él lo hacía por mantenerla a salvo. Ni siquiera avisó a Zhoren. Estaba planeando escapar con ella. Al entrar a su casa el cuerpo de su amada caía de los brazos de Zhoren. Casi podia sentir lástima por él.

– ¿Y que hizo el?

– Se enzarzaron en una pelea, pero todo se le devolvió a Zhoren, su conspiración para eliminar a los Nefilim de la faz de la tierra fue descubierto y sobre todo que estaba chantajeando a Coab. La pelea estaba causando un caos en la tierra y llamaban demasiado la atención así que Gabriel tuvo que intervenir. Coab estaba cegado por la ira y sed de venganza. A pesar de que le ofrecieron salvar a la Nefilim hasta el día de su muerte, él tenía que retroceder y perdonar a Zhoren. Coab no se inmuto, mato zhoren. A consecuencia de esa última muerte Coab fue castigado y no volvería a ver a su amada ni aun después de muerto. Lo peor fue cuando se enteró que su alma dejó de existir y rompieron el vínculo que les unía.

– ¿Porque hicieron eso?

– Porque cuando matas y los disfrutas, ya no hay manera de recuperar esa parte de tu humanidad. A pesar de que zhoren lo obligo, hubo ocasiones en las que Coab disfruto con las muertes de los humanos o Nefilim – Kiara continua comiendo.

– Coab fue perdiendo parte de su humanidad hasta volverse completamente oscuro. Cuando Samael me encontró se volvió mi guardian. Coab es el tercero al mando de Samael. Hubo quienes quisieron matarme hasta el al principio lo intento. Pero Samael fue considerado y le dio solo un deber, mantenerme con vida, hasta que pudiera valerme por mi misma. Además de ser mi guardián, se volvió mi maestro. Yo fui su vínculo de vida. El no queria estar unido a nadie otra vez y menos de mi. Así que hicimos todo cuanto nos fue posible, ignorar la atraccion de estar juntos y nos hicimos mucha daño, fisico, ninguno sederia ante el creciente deseo de fortalecer la union. Muchos de sus seguidores se sintieron ofendidos al ver como Samael tenía preferencias conmigo. Querían matarme, pero Coab contaba con la protección del rey, mientras me mantuviera con vida. Eso y que podía tener todo lo que quisiera, romper las reglas incluso sin el castigo era de el. Al cuidar de mi y ser mi maestro obtuve un aliado, obtuve un lugar junto a mi rey. Su consejera y la mejor general, forjada por la mano dura de Coab. El puesto de Kenalke se lo ofreció primero a él antes que a mi, de hecho fue por Coab que obtuve su lugar. Esto creó más rivalidad desde entonces, sabes que soy la única general hembra entre los demonios.

Axel

Oírlas hablar una cerca de la otra, Israel no veía la profunda confección entre ellas. Yo si y no lograba entenderlo.

“Esto era nuevo para mi” ¿Por qué Samael las mantiene con vida? yo siempre he sabido que mata a sus propios hijos o aliados. ¿Por qué son diferentes para él? ese canalla siempre tiene un propósito para todo lo que hace. El le dio las alas por algo a cambio ¿Qué habrá sido? ¿Qué querrá de ella? aunque parece intacta, la oscuridad se ve reflejada en su cuerpo. Poco a poco dejas de sentir. Ni siquiera sientes su corazón latir.

– Pero yo no soy un general.

– Tienes mandó al yo dejarte hacer ciertas cosas, creeme que lo eres. Yo le he pedido a Samael protección para ti. Siempre me da lo que necesito y ahora te necesito. Así que se unió a Samael en contra de ellos y desde que tengo uso de memoria le conozco.

– Vaya. No me habías contado eso.

– Coab y yo satisfacemos una necesidad mutua solo física. Aquí no aplica el amor como en tu caso Anaq, Coab solo puede tocarme porque él fue quien curó mis heridas. Un angel de la unión permite quien y quienes pueden estar cerca, sin que los mate o termines amándolos. Su esencia es tan fuerte como la de un Arcángel, están hechos para unir almas o separarlas. Su poder me sirve para hacer grandes cosas. Ya sabes tiene el poder de encontrar a quien necesito y un buen ejemplo sería Keila. Pero él no deja que nadie lo toque, ni siquiera tú podrías acercarte lo suficiente. Los ángeles de la unión cuando juran lealtad, no pueden ser tocados a menos que ellos los permitan. Si te acercas demasiado sin su permiso te extigiras como ceniza.