Nephilms ©

V "No es culpa de nadie"

DARA

Los días pasaron, y cada vez aprendo más cosas.
Al parecer mi tío Lucifer no es tan malvado como lo llaman algunos. Se preocupa por nuestro entrenamiento, quiere que estemos preparados para el gran día.
Todavía no recibimos ninguna señal del cielo, por lo que no pierdo las esperanzas de que mi padre aún sigue con vida.
Adeline cada vez está más triste y deprimida. Ruega por su muerte, pero no entiende que si la matamos, no sabemos que puede llegar a pasar con su marca. Tememos a que se traslade a otra mujer, y vaya a saber en que lugar ésta se encuentre. Por lo que la cuidamos lo justo y necesario. 
De a poco me familiarizo con mi primo, Caín, me llama mucho la atención sus ojos rojos y los poderes de fuego, se me hace intensos por momentos, y más cuando se enoja. Sin duda tiene el temperamento de su padre.
Es difícil entablar una relación con él, pero creo que lo estoy consiguiendo.
Padre Antoni sigue un poco amargado con tan sólo pensar que el mismísimo Lucifer, se encuentra pasando las noche bajo el techo de la iglesia. Pero al fin y al cabo, no hay nada que hacer, ya que nos necesitamos mutuamente. El padre Antoni prefiere que permanezcamos aquí, a que nos vayamos a otro lugar con nuestro primo y tío. Él prometió ante nuestros padres cuidarnos, y no piensa abandonarnos, jamás.

-¡No discutiré más ésta situación contigo! - sentí unos gritos que provienen del salón.

Intenté acercarme sin hacer ruido alguno, y ver de que se trataba tanto griterío.
Me sorprendió ver a Lucifer y Caín enfrentados en una postura furiosa.

-¡No es su culpa! ¡ella no pidió nacer de ésta forma! - Caín alzó sus brazos lleno de ira y frustración.

-Te está manipulando hijo mío, no dejes que te gane - Lucifer tomó su hombro buscando señal de aliento.

Caín alejó la mano de su padre - no me manipuló nadie, y no cambiaré de pensamiento.

Pude sentir un frío recorrer los alrededores, acompañado de un momento lleno de tensión. Ambos se quedaron viéndose sin decir una palabra, Lucifer no saca su postura de brazos cruzados, y una pequeña sonrisa arrogante se asoma entre sus labios. Acomodó su camisa para luego abofetear, de una sola palmada, el rostro de su hijo, haciendo que el sonido resonara por todo el lugar, como un eco.
Abrí mis ojos y sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo al notar el labio partido de Caín.
Éste lo miró con resentimiento y odio. Sin dirigirle la mirada ni la palabra, se giró sobre sus talones y caminó hacia mi dirección para retirarse del salón.
Por un momento sentí sus ojos rojos clavandome un grito de auxilio en los míos. Apreté mi mandibula al sentir el viento que generó su huída, pero antes de que se sintiera el portón cerrarse, Lucifer le habló en voz alta.

-¡Primera advertencia! ¡no interferirás en el destino del profeta hijo mío! - en cuanto terminó su oración, el ruido del portón retumbó en mis oídos - su mitad humana estropeará todo, nose que haré con él - tocó el puente de su nariz cansado.

-Déjame hablarle - susurré por lo bajo - veré si lo puedo hacer entrar en razón, tío - dije por último, ganandome su aprobación con un leve asentimiento de cabeza.

Seguí los mismo pasos de Caín, y lo pude ver sentado en uno de los bancos en el altar.
Su espalda se encuentra levemente erguida, y todo el brazo junto con su mano, sostienen el peso de su montón. 
Me senté a su lado sin decir nada, sólo lo acompaño con mi presencia esperando que sea él quien de las primeras palabras. Pasaron unos largos minutos en donde se escucharon sus respiraciones profundas y toscas; las mismas transmiten tensión en el ambiente, algo que quiere decir pero no puede ser liberado tan fácilmente.
Es en éstos momentos, en donde me pregunto si Caín se encuentra apenado o encariñado con Adeline... tal vez ambos.

CAÍN

∞Días anteriores a la pelea con Lucifer∞

Primer día de entrenamiento, y nunca había visto tantos poderes en una misma habitación.
Cada uno de mis primos honran una parte importante de mis tíos, es cierto que les faltan mucho que aprender, sin embargo no dejan de ser algo sorprendente.
Intento ser sociable, algo que no se me da muy bien, aunque es esencial para concretar confianza con mis compañeros de lucha.
Aram tiene un caracter muy duro contra mí, supongo que eso lo heredó de su padre Miguel. Era inevitable pensar que sus reacciones no iban a ser negativas, conociendo el conflicto que hubo con nuestros padres tiempo atrás. El rencor y odio, siguen fluyendo en su sangre, y no puedo hacer nada para cambiar la situación.
Espero que con el tiempo cambie un poco de pensamiento, sino será un caos a la hora de pelear hombro con hombro.
Fuera de todo eso, el padre Antoni me ayuda mucho con Adeline, la cual cada día sufre una depresión y tristeza terrible. Hace rato que oí hablar de ella en las noticias, su familia está desesperada por encontrarla...se notaba que tenía una vida con muchas amistades, además de que era muy querida. Me pregunto si habrá fingido todo eso, o si realmente es humana. Me pregunto porqué no se defiende o da algún signo de lucha.

-Bebe - dije en un tono serio y firme - el padre Antoni traerá tu comida, ¿necesitas ir al baño de nuevo? - alcé una ceja algo molesto ya que no contestó mi pregunta, y sólo se dignó a girar su cabeza hacia otro lado - jugar la carta de que estás ofendida y dolida, no funciona Adeline. No cambia la situación de tu marca, o destino. Tú maldad puede olerse a kilómetros, y sino fuera por el símbolo de fuego ya estarías siendo cazada por miles de demonios - intuí decirle la última parte para ver si obtengo alguna respuesta defensiva de ella. Papá sigue diciendo que todo éste dolor lo finge en modo de autodefensa, y creo que intentaré averiguar si realmente está jugando con nosotros.

-¿Maldad? Son ustedes los que me tienen prisionera en el sótano de ésta iglesia - dijo haciendo notar su acento inglés a la perfección - tú y tu maldita familia me retienen en contra de mi propia voluntad, seamos sinceros Caín - ésta vez alzó sus ojos hacia mí al mismo tiempo que una lágrima rueda por su pálida mejilla - ¿hay algo que diga para que realmente cambien su pensamiento hacia mí? Ya lo dije y lo volveré a repetir - alzó un poco el tono de su voz - tienen a la persona equivocada, y me importa una mierda la marca de mi abdomen ¡una mierda! - dijo largando un grito desgarrador cubierto de llanto y puro dolor, haciendo que su voz se quebrara en mil pedazos.




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