Sobre un camino juntos.

Tras aquel reencuentro, las cosas parecieron mejorar para la vida de Navier y también de Lou pero que las cosas mejoren no siempre es bueno, porque ahora ambos tenían algo más de lo que preocuparse.

— ¡No te preocupes, regresaré antes de lo que crees!— Le tranquilizo Lou besando su frente como siempre hacía—Es solo una misión para rescatar a los supervivientes así que… Bueno, eso, no será muy riesgosa.

A esas alturas, la humanidad solo estaba pensando en esconderse para no extinguirse.

—Ten mucho cuidado— Le dijo Navier, apretando su mano con fuerza.

— ¡Tranquila!— Le dijo esté con una gran sonrisa mientras se iba corriendo hacia la zona de abordaje.

—Estará bien— Su madre la tranquilizo mientras la abrazaba con fuerza— Vamos, nosotros también tenemos trabajo.

Navier asintió, pero no pudo evitar girarse un poco para verlo correr con aquella energía de siempre.

Lou logro sobrevivir a su misión, quizá esto debido al sacrificio de los soldados más grandes y experimentados que se quedaron a pelear mientras él y los más jóvenes lograban evacuar a la gente de las ciudades.

Cuando entro al ejército, le dijeron que él era la carne de cañón pero para la mayoría de los veteranos, salvar a los más jóvenes significaba salvar más vidas valiosas que las de un montón de viejos rancios.

Al final Lou pudo regresar a salvo con Navier.

— ¿Quieres un café? También traje pan de dulce que me dieron en…— Navier se interrumpió cuando entro en su tienda de campaña, su lugar de reunión normal, pues su amigo, estaba llorando.

— ¡Ah, lo siento, estoy bien!— Dijo esté, limpiando sus ojos para sonreírle como si nada— Espero que hayas traído un cuernito. A mí me gustan mucho de esos.

—Lo sé— Navier asintió con una leve sonrisa mientras se sentaba a su lado y le pasaba su café— ¿Sabes? Es raro verte tomar café, nunca te gusto, era muy amargo ¿No preferías la leche con chocolate?

—Bueno, yo también tengo que crecer— Dijo el chico tomando un sorbo de café, para entonces hacer una mueca de desagrado— ¿Trajiste un poco más de azúcar?

La chica le tendió unos cuantos cubos de azúcar que el chico sin pensarlo mucho dejo caer sobre su café.

—No necesitas aparentar ser fuerte conmigo— Navier le miro con seriedad cuando este dejo el café en la pequeña mesa que tenían ahí— Yo sé que no puedo entenderte, no se los horrores por los que has pasado pero… Estoy aquí contigo.

Aquella sonrisa termino de quebrar a Lou quien comenzó a llorar mientras Navier le abrazaba.

—¡E-es horrible, lo odio, lo odio mucho, la gente que aprecio muere frente a mis ojos como si nada y yo no puedo hacer nada, no debo hacer nada, lo odio y me duele!— Le dijo entre sollozos mientras la apretaba con fuerza.

Navier no le dijo nada, dejo que llorara en sus brazos mientras a ella misma se le quebraba el corazón. No poder ayudar a quien más amas es horrible, un sentimiento que no podrías desearle a nadie.

—Voy a protegerte con mi vida, sin importar nada— Le dijo Lou cuando termino de llorar, tenía los ojos hinchados y aun tenia mojadas las mejillas pero sus ojos brillaban con determinación— No dejaré que nadie te haga daño y cuando terminemos con esto, cuando yo derrote a los Krajs ¡Estaremos juntos para siempre!

—Yo… Lo espero con ansias— Navier no pudo evitar sonreír muy feliz— Aunque si es una promesa, aun te queda por cumplir una…

Lou se quedó unos segundo pensativo y luego se puso de pie con sorpresa— ¡Cierto, rayos!

—Las estaré esperando con ansias, también— Insistió Navier un poco sonrojada mientras Lou le regañaba una sonrisa tranquilizadora, también sonrojado.

La guerra no hizo más que recrudecerse pues incluso con la participación de dos universos llenos de humanos dispuestos a derrotar a los invasores, los Krajs eran una fuerza que parecía imparable.

— ¿Quién diría que terminaríamos viviendo en una historia de ciencia ficción?— La mamá de Navier no podía evitar leer los informes sobre el contacto con aquella otra línea temporal, las varias líneas de investigación que esto abría y las inquietudes sobre el espacio tiempo, pero lo que más llenaba las paginas, era la preocupación por la invasión del Kraj.

—Son la historias que te gustaban de siempre ¿No?— Navier no pudo evitar mirarla por encima del hombro mientras acomodaba algunas cajas.

—Sí, claro, me encantaba el anime y los libros de ciencia ficción pero esto…— La mujer parecía triste— Supongo que soy demasiado vieja para esto pero creo que tú tienes la talla de una protagonista.

—No digas eso— Navier no pudo evitar sonrojarse un poco— Estoy aquí, acomodando toallas, no creo que nunca me toque pelear en el frente y menos con un poder rotísimo que nos salve a todos.

— ¡Pero yo te apoyaría!— Su mamá no pudo evitar mostrarse emocionada— Y creo que Lou también.

— ¡Mamá, basta!— Navier se puso roja como un tomate y aparto la vista, sonriendo un poco mientras en su mente se veía a si misma cargando un poder de luz enorme mientras su mamá y Lou estaban detrás de ella apoyándola. Ella terminaba derrotando con un solo golpe a una hipotética reina Kraj.