Nico y Edgar

Capítulo 6

Edgar me volvió a mirar con el ceño fruncido, pero ese gesto se quitó de su rostro al instante.

—Hola Nico—me saludó algo tímido

¿Por qué Edgar estaba ahí?

Empezaba a considerar que quizá si lo estaba acosando.

Entonces recordó que Edgar le había dicho que iba a ir a una fiesta el domingo.

Y entonces entendí que Edgar había visto todo mi espectáculo.

Una sensación de vergüenza me inundó de pronto.

Era raro.

Yo nunca sentía vergüenza, no era algo común en mi vida.

Sinti como la sangre se me subía al rostro y seguramente en ese momento tenía la cara encendida al rojo vivo.

—Ah- Eh- no sé- hola—mis palabras salían atropelladamente ¿por qué carajo se puso tan nervioso?, respiro hondo y recobró la calma—Es decir, que coincidencia

Edgar asintió, me miraba fijamente con una sonrisita en el rostro, yo lo miró d ela misma manera y su mente se quedó en blanco.

Y entonces escuché un carraspeo.

Baje la mirada y me encontré con una chica, era demasiado parececida a Edgar, mismo tono moreno de piel, mismo cabello negro, mismos ojos, hasta los labios la nariz y las cejas eran iguales.

—Liv—dijo Edgar que también la miraba, el también carraspeo—Ella es mi hermana, Olivia, Olivia este es Nico.

Ella asintió y sonrió, me extendió la mano a modo de saludo.

—Un gusto conocer a la persona que tiene a mi hermano idiotizado—no entendí a qué se refería con eso, pero Edgar se sonrojo a más no poder, parecía un tomate—.

—Un gusto—Estreché su mano y le ofrecí una sonrisa.

Mire a Olivia y luego a Edgar y así un par de veces.

—Estuviste increíble—me dijo Edgar y sentí un consquilleo en el pecho.

—Gracias…

—Me gusta tu outfit—comentó Olivia y me sentí expuesto, tenía la camisa abierta (media camisa) me gustaba estar así en los conciertos, me sentía bien pero de pronto me sentí algo desnudo y avergonzado—daría lo que fuera por qué mi hermano se vistiera de esa forma tan atrevida.

Rei nervioso y pensé en cómo se vería Edgar con mi ropa puesta.

—y… ¿cómo la han pasado?— les pregunté sintiéndome algo más confiado.

—Increíble—respondió Olivia al instante y Edgar asintió—la comida está deliciosa, tienes que probarla, es más, te traeré unos platos para ti y para tus amigos—eso fue lo que dijo y luego se fue.

La vi marcharse y me quedé con las palabras en la boca, entonces escuché una risita proveniente de Edgar.

—Ella es así

Sonreí.

—¿vamos a otro lado para hablar?—le pregunté a Edgar y él asintió.

Lo seguí hasta una área de la fiest que no estaba tan concurrida, nos recostamos en la pared tomando nuestros refrescos.

—¿Estás seguro que no me acosas?—pregunte para romper el hielo y el se rio.

—Eso mismo debería preguntarte yo a ti

Nos sonreímos divertidos.

—Cantas muy bien—comentó el y yo en automático me puse rojo.

—Soy promedio—contesté con sinceridad—cuando tenía 13 años se me ocurrió la grandiosa idea de meterme a clases de canto con Luna… mis padres pagaron los cursos de los dos pues a los de Luna no les gustaba esas cosas—sentí una punzada de ira al recordarlo—Igual, ahora estamos en la banda juntos

Edgar me miró con una sonrisa.

—No me pareces alguien promedio—comento—de hecho destacas mucho.

—¿lo dices por el cabello?—respondí y me llevé una mano a la cabeza—no sabes cuánto daría por tener el cabello negro como el tuyo o un castaño lindo, pero soy una maldita zanahoria ¡Y mi nombre! Mi mamá no supo ponerme nada más original que Nicolás ni siquiera con h intercalada, ¿soy el único que siente que hoy en día todos los pelirrojos se llaman Nico?

Suspire y Edgar empezó a reír.

—Lo decía por tu personalidad, eres de esas personas que brillan

Lo miré con curiosidad.

—Gracias, creo

Y entonces Olivia volvió a aparecer con unos platos de comida.

—Ya le di la comida al resto de chicos de la banda—nos ofreció una sonrisa y me dio un plato a mí y otro a Edgar—no has comido nada Ed—le dijo con un tono regañón—.

Luego ella volvió a desaparecer de la misma manera que apareció.

Ambos empezamos a comer cómodamente, la comida consistía en una parrillada surtida.

Había pollo y carne a la parrilla, costilla, un gallito (tortilla llena de otra cosa, tipo taco) de salchichón y ensalada de repollo, y una hamburguesa pequeña.

—Esta delicioso—comenté y Edgar asintió, entonces noté que Edgar aún tenía vendas en la mano izquierda, como en la foto que me había mandado ya hace unos días—¿fue grave?—pregunté y el me miró confundido—Lo de tu mano

El se miró la mano como si fuera la primera vez que notara que estaba ahí, soltó una risita nerviosa.

—No es nada, fue un pequeño incidente, pero Liv insistió que usara las vendas aún—respondió, pero yo sentía que me estaba ocultando algo.

Igual, yo no era nadie para exigirle que me dijiera algo que él insistía en no comentar, nos llevábamos bien y sentía que habíamos conectado como amigos al instante pero aún así solo nos llevamos conociendo un poco más de una semana.

Le sonreí.

—Me alegro que no sea grave, una vez me rompí el pie—comenté—una desgracia—dije con sarcasmo—pasé todas las vacaciones viendo series y me salté algunas clases de educación física.

Reímos y seguimos comiendo tranquilamente.

—¿Cuando tienes que volver al escenario?

—Mmh, quizá dentro de 10 minutos

El asintió y luego se aclaró la garganta.

—Tu…¿Quieres luego pasar un rato juntos?—murmuró y se rascó la nuca—Digo…Eemh, no tiene que ser tu y yo solos si no quieres, puedes presentarme a tus amigos…claro si no te avergüenza o algo—sonrió tímido y sentí que mi corazón se derritia de ternura—.

—Claro que sí, luego te los presentaré a todos y pasaremos un buen rato.




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