《Secrets.》
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Días después... 25/09
El sol ya había salido y un nuevo día comenzaba. Me encontraba desayunando junto a mis padres, mi... prometido y un hermoso dolor de cabeza.
—¿Cómo va todo?—Pregunta Nicolas.
—Pues estoy un poco preocupada—Respondo. Nicolas solo me miraba fijamente e incomoda me llevé un poco de ensalada de fruta a la boca—. el Sr Jones tiene su atención puesta en mí con el asunto del paciente extranjero...
—¿Paciente extranjero?—Preguntaron de inmediato los dos hombres presentes en la mesa.
—Cierto...—Recordé—bueno es un anciano, italiano por cierto—observé a Nicolas—Es muy agradable y es la primicia del hospital, quien no me agrada es su guardaespaldas, es un odioso.
Nicolas se disculpó y salió a atender una llamada, le resté importancia y seguí platicando a mis padres algunas cosas sobre las chicas. Luego de unos minutos mi... prometido entró a la casa con mucha impotencia. Nada extraño en él.
—¿Luther?—Pregunté mirando a uno de los hombres que acompañaban a Seth Anderson, uno de los socios de mi padre. Nicolas parecía no entender nada al igual que yo, al menos un ángel está cantando hoy a mi favor.
—¿Se conocen?—Preguntó Nicolas entrando a La escena. Anderson, mi padre y los demás hombres miraban a Luther confundidos. Yo por mi parte sentía curiosidad por saber que contenían las bolsas que llevaban los dos hombres además de Luther. —Si... Bueno más o menos—Respondí aturdida—, Luther es el guardaespaldas del paciente extranjero.
—Ya veo... —Dijo mi padre—Muchachos pasen a mi oficina
Los hombres entraron a la oficina dejándonos a Nicolás, mi padre, Anderson y a mi—¿Cómo le conocen?
Me ignoran.
—Bueno, solo era curiosidad, tampoco era algo de mi incumbencia. —Dicho eso sonreí con dulzura a mi padre, ellos entraron y me fui.
Nicolas.
Mire a todos los presentes con molestias, la sangre me hervía- Nadie en esta sala a excepción de Dante y Beatriz, puede atreverse siquiera a mirar a Ava. ¿¡Entendieron!?
—No sabia que fuera tu hija, ni tu futura esposa. Lo siento. No volverá a pasar.-Habló con un poco de temor y todos los presentes entendieron el comunicado de su líder.
Seth volvió a hablar dispuesto a cambiar el tema;—Son tres millones de dólares en efectivo y los quiere limpios dentro de dos meses.
Seth hubiera esperado alguna resistencia o queja por parte de nosotros pero no hubo ninguna—¡Magnífico!—Exclamó para sentarse en uno de los sillones
— Hace unos meses que mi agencia no recibe "donaciones", eso nos cae como anillo al dedo.
—Perfecto, Bea, siempre tan eficiente—Beatriz sonrió con suficiencia—, ahora tocando otro tema Doug recibió una visita de unos viejos amigos que destrozaron el bar—mentí—, Luther, encárgate de ello.
—Sí, señor—Dijo Luther y junto a los otros chicos salió del lugar para encargarse del "asunto".
—¿Y la taberna?—Preguntó Beatriz preocupada por el lugar que frecuentamos.
—No, por suerte no llegaron hasta allí.
Unos leves golpes en la puerta de mi habitación me despertaron. Tras murmurar un "adelante" el autor de los golpes se reveló. —¿Cómo es que estas aquí?—Pregunté somnolienta.
—No estoy en una cárcel ¿Recuerdas?
—Pues lo parece, ya ni nos dejas visitarte.
—Están pasando cosas raras—Dice ignorando mi comentario.
—Raras ¿como que?—Pregunto sobresaltada y luego cambio mi posición; esta vez estaba sentada.
—No lo se, de la nada el director me dejó salir y venir.
—¿Eso es lo que te parece raro?—Pregunto burlándome.
—Sí.
—¿Qué te dejen visitar a tu familia Adela?—Obvio en una pregunta.
—Mira—Se sentó en mi cama frente a mi—, piensa lo que quieras Ava, pero para mi—Se señaló—, aquí hay gato encerrado.
—Y para mi—me señalé imitando a Adela—, tu pasabas mucho tiempo con la abuela.
Ella me dio un pequeño golpe en la pierna quejándose—No eres graciosa.
—¿Qué tal todo? Me enteré que el niño Anderson está asistiendo a tu escuela. —Sí, Nicolas había enviado a ese chico, qué inteligente.
—Ah. Sé que éramos muy amigos cuando niños pero eso cambió, él es el chico nuevo y popular sacado de algún cliché barato y yo odio todo en lo que se ha vuelto, es decir, no me agrada, no hablamos. Si se quitara esos kilos de idiotez seríamos los buenos amigos que fuimos. —Sonrió—¿Qué tal tu?
—Qué intenso. En tu vida hay más drama que en las novelas chinas—me burlé—. Voy a casarme...
—¡Y dices que no tienes drama!—Exclamó extendiéndose en la cama—. ¿Como pasó?
—¿Viste a todos los hombres que estaban con papá?—Asintió—. Es uno de ellos.
—¿Como fue su asquerosa historia de amor?—Preguntó enterrándome un doble filo en la herida—Porque le amas ¿No es así?
—Por supuesto. A veces la gente contrae matrimonio sin amor, pero yo le amo—Mentí. No le conocía de nada, no podía amarlo aún. Luego le Sonreí —No entiendo como llegamos a esto. ¡Una niña dándome consejos de amor!