Nights of Rain

Capitulo 3

- ¿Mike? - Digo y no disimulo mi sorpresa. Él me sonríe con la bandeja de comida en las manos, pero inmediatamente, salgo de mi shock y lo abrazo fuertemente, al punto en que deja caer la bandeja y me corresponde el abrazo.

-Te extrañe tanto, Hailey. - Me dice, aun abrazándome.

-Yo también te extrañe. - Lo suelto un poco para verlo a la cara, aun no me lo creo. Mi mejor amigo, mi alma gemela, está aquí. Pero… Espera un segundo ¿Qué hace Mike aquí? Él se da cuenta de mi desconcierto y antes de que pueda decir nada, me interrumpe.

- ¿Creíste que iba a dejar que te fueras de Iowa y que no iba a hacer nada al respecto? - Me dice, con media sonrisa y levantando una ceja. Eso me recuerda aquel día que le conté que íbamos a mudarnos a California, su semblante se volvió sombrío y el mío no era muy alegre que digamos. Pero él me dijo que cuando menos lo piense, estaría conmigo otra vez. –Cuando me dijiste que vendrías a vivir a California, ingrese a un programa de intercambio estudiantil. Así que, si pensabas que te desharías de mí, estabas muy equivocada. -

No puedo contener mi felicidad, así que lo abrazo nueva vez. Luego de unos segundos, me despego de él, porque veo que estamos llamando demasiado la atención –Veo que llegas un día y ya provocas desastres. –Me dice sin poder ocultar una sonrisa. -Ven, recojamos esto y pongámonos al día.

En ese momento me doy cuenta de que todos nos miran con cara de curiosidad y algunas chicas posan su mirada en Mike. Y es que Mike es un chico muy guapo, demasiado, diría yo. Es un chico alto, con los ojos verdes profundos. Su pelo es de un claro muy hermoso, normalmente lo lleva desordenado, pero se le ve bien. Nunca he visto a Mike con otros ojos que con los de amistad, pero debo admitir que es un chico atractivo.

En ese momento Mike me cuenta que se está quedando en un apartamento a unas cuadras de la escuela. Me dice que no quería dejar a su mama, pero que se siente aliviado de saber que no la dejo sola, pues sus hermanos, Melvin y Many, aún estaban en casa. Melvin y Many son hermanos gemelos, Mike les lleva dos años, pero aun así son chicos muy maduros para su edad. El padre de Mike los abandono cuando él tenía apenas cinco años y sus hermanos tres. Así que básicamente ha sido solo su madre, siempre he admirado a la madre de Mike, siempre supo sacar adelante a sus hijos, solo ella, sin ayuda de nadie.

- ¿Cómo es que me encontraste en la cafetería? –Le cuestiono

-No lo sabía, solo pasaba a comer algo. Me tomo la mañana completar el papeleo, por eso no inicie más temprano las clases. –Me dice, pero antes de poder decirle algo, continua. -Explícame todo este lio ¿Qué fue lo que paso exactamente? Cuando entre, esa chica rubia parecía querer matarte. –Me dice en un tono burlón, yo resoplo.

-Digamos que mi torpeza ha escalado varios niveles hoy. –Le digo sin disimular mi agobio.

-Venga, ya está. ¿Qué te parece si después de clases nos comemos un helado? –Me dice, esperanzado y yo no puedo negarme. Fuimos a buscar algo de comer. Nos pusimos al día con algunas cosas. Mike y yo tenemos algunas clases en común, pero otras no. Algunas el las toma en avanzado, pues él es un cerebrito, yo, sin embargo, no soy mala en clases, pero química en avanzado no es exactamente lo mío.

Debo admitir que el hecho de que Mike haya venido, me ha ayudado mucho. Me siento menos sola, pues, a pesar de que Jason ha estado al pendiente de mí en el día, tener a Mike no es igual. Es una cara reconocida y es alguien que quiero mucho.

Cuando termina la clase de historia, me dispongo a salir del aula. En ese momento veo a Jason hablando con Stella, parecen ser muy amigos y su conversación parece seria. Justo en ese momento nuestros ojos hacen contacto y noto como se pone nervioso. Stella, que me estaba dando la espalda, busca el lugar donde Jason ha mirado y se da la vuelta, dándome una mirada de pocos amigos. Jason deja de hablar con Stella, es como si el hecho de que estuviera ahí fuera motivo suficiente para que su conversación termine.

Jason empieza a caminar hacia mí y su semblante vuelve a ser amable y yo me relajo un poco.

-Hola Hailey. Quería disculparme por lo de hace un rato. –Me dice con cara de arrepentimiento. - Quedamos en almorzar juntos, pero tuve que hacer algo de emergencia.

-No te preocupes, no pasa nada. –Le digo ofreciéndole una sonrisa.

-Estaba pensando, no se… que quizás querías ir a la fiesta de inicio de clases este sábado –Me ofrece una sonrisa y sus ojos parecen esperanzados. Me agrada la idea, no soy mucho de fiestas, pero quizás me vendría bien ir a alguna.

-Me parece perfecto -le digo, devolviéndole una sonrisa.

-Paso por ti a las ocho –Asiento y el me ofrece una sonrisa antes de desaparecer por el pasillo.

Justo cuando decido tomar mi camino, siento una mirada sobre mí. Cuando la encuentro, puedo notar los ojos verdes de Aidrian posados sobre mí de manera intensa, pero por alguna razón no siento el mismo miedo de hace rato, solo siento curiosidad. Aparta su mirada rápidamente. Yo por mi parte decido seguir con lo mío. Cuando me dirijo a mi casillero, recuerdo que no quería abrir, así que lo intento un par de veces antes de darme por vencida. Justo cuando decido que es momento de dirigirme a la dirección para que sea solucionado mi problema, unas manos toman el papel que tiene la clave de seguridad y rápidamente, abre mi casillero, como si yo no hubiera intentado abrirlo de mil maneras diferentes. Levanto la vista y veo a Aidrian mirándome con sus ojos profundos, como si quisiera leer mis pensamientos. Aun sin tener nada que decir, me devuelve el papel.




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