Nigromántica - Un Amor Mágico Del Otro Mundo

La despedida. -

Fue una aventura, pero no la última. -

 

 

 

 

 

Luego de recuperarse de las heridas, Hermes descansa en la cama, en los dominios de Everlast. Había despertado luego de tres días de descanso por todo lo sucedido.

 

Urq, se encargó de devolverlos a su mundo, y selló el gran agujero. La pequeña Nela les dio el adiós, llorando. Se abrazó a Hermes, que solo podía sentirlo.

 

- Nela va extrañarlos.

 

- Nosotros también - Dijo, una Cleo que estaba recuperándose y de su cuello le dio a ella una cadena. – Toma Nela, te dará suerte –Un último abrazó de despedida.

 

Urq y Harr se tomaron la manos y y conjugaron un rito, enviando todo lo que no fuere del mundo oscuro al mundo de Necromancer.

 

Hermes despertó, a su lado estaba Takeda.

 

 

- ¿Takeda Inu? ¿Eres tú?

 

- ¡Teniente que bueno verlo! Estuvo muchos días inconsciente

 

- ¡Wow! Tuve un sueño, muy extraño. ¿Dónde estamos?

 

- ¡Estemm!

 

- ¡Bueno no importa! - Pero ¿Y Cleo, Hartman, Manni? – Se pregunta. – Takeda dudó en lo que preguntaba. –

 

- ¿Estamos?

 

- ¡En casa teniente!

 

 

 

 

Hermes presintió un aire extraño, como si todo fuera diferente. Su mirada se enajenaba en un distraído efecto. Era esa situación enfrascada que se guardaba en su interior del corazón en el cual las imágenes de lo sucedido, eran reales; fuertes, abismales. -

 

- ¿Sera que fue todo un sueño?

 

- Todos soñamos a veces teniente – Explica Takeda. –

 

- ¡Si dijo! – Un poco desilusionado –

 

- ¿Qué ocurre?

 

- Es que fue tan real. – Confiesa –

 

- Claro que es real ¡tonto! – Explica Cleo que ingresa a la habitación – Luego sonríe

 

- ¡¡¡Cleo!!! – Expresa Hermes. Ella se arroja en la cama en los brazos de Hermes y le da un beso. Mac entra a la habitación, con Takeda se ríen. Mary y Lady Margareth Mont ingresan también.

 

- ¡Qué bueno que ya te sientas bien! - Expresa Lady Mont -Debo agradecerte lo que has hecho. Mary asiente.

 

Hermes estaba confuso en todos los hechos, y Cleo se tomó la molestia de explicarlos. Su regreso, y control militar que se está realizando a fin de evitar que muchos de los monstruos sigan acechando los poblados. El reino del dragón ya no existe. Hartman regresó a su aldea con su familia, y dejo el recado de agradecimiento, Manni hizo lo mismo en la escuela de magos que será reconstruida.

 

- ¿Drake?

 

- Sus cenizas, fueron polvo. Desde el mundo oscuro Urk y Herr, padres de Nela crearon una tumba a fin de asegurarse que su entierro sea seguro, y jamás regrese. Fueron claras sus oraciones.

 

Hermes estaba sorprendido por ello. El atónito acontecimiento le hacía preguntarse todo lo que su mente ensimismaba. Luego de su recuperación. Hermes estaba

 

 

 

 

hablando con Takeda sobre todo lo sucedido. Él le contó que su alma también había sido llevada, y desecha, lo que logró escapar. Y permaneció en el único lugar que podía. El cuerpo de Mac, poco después de la llegada al norte.

 

- Ahora entiendo como el niño piloteaba el avión

 

- ¡Nunca lo ayudé! Solo permanecí en su cuerpo. –

 

- ¡Increíble!

 

 

Pasaron el mediodía hasta llegar a la cumbre de la puesta de sol. Lo admiraron, pues nunca se podía ver una vista tan maravillosa. Lady Mont, llegó con Mary. Tenían noticias sobre su regreso al mundo de los humanos de la tierra. Sus palabras fueron claras. Venimos a darles un aviso sumamente importante.

 

- Mañana se abrirá el portal. – ¡Pueden regresar a su mundo! Una vez allí y no podrán regresar nunca. Cerraremos todo indicio.

 

- ¡Perfecto! – Expresó Takeda. -

 

 

Hermes no decía nada. Luego que Takeda fue a caminar a la mansión.

 

 

Hermes fue por Cleo. Ella estaba sentada en la fuente que había sido restaurada luego de la primera batalla. Estaba un tanto triste. -

 

- ¡Hermes! – Sonríe ella sin dejar que se note aquella lamentación. Él se sienta a su lado

 

- ¿Estás bien?

 

- Si, supongo. Mañana se abrirá el portal para que regreses a casa ¡Podrás volver!

 

- Si – Confesó con una voz apagada. –

 

- ¡Es tu mundo Hermes!- Reveló ella con toda sinceridad. No deseaba que se fuera, no obstante la sacerdotisa, le expuso las contrariedades de que Hermes se quedase aquí, y sin remedio que curase ese efecto, se resignó antes que Hermes despierte a aceptar ello.

 

- ¿Y lo nuestro?

 

 

 

 

- ¡Fue un bello momento! ¡Soy una hechicera nigromante! Si permaneces aquí ya no podrás regresar nunca. Quizás ya no existas allá, eso podría alterar todo. No lo sabía, hasta que la sacerdotisa Kik me lo expresó luego de acabar todo. Hermes pensó en lo que expresaba Cleo. El pertenece a un mundo diferente. Y no existirá jamás. Una vez un ascendiente de él fue allá, y se llevó las palabras y ahora el regresaba, y debía retornar como corresponde, para no producir paradojas del espacio; tiempo dimensional. Las palabras que se robaron eran las del mundo oscuro, y al final regresaron. Ya Hermes no podía verlas. – Si no pasas ese portal, podrías morir en nuestra tierra. – Y no voy a permitir que eso suceda. – No voy a permitir que un día no despiertes, que tu esencia se vaya apagando de a poco, porque ello ocurrirá. Tu cuerpo, mente, corazón, y alma se irán evaporando – Cleo fue tan firme y dolorosa, aunque no deseaba serlo

 

- ¿Podría morir? – Languidecer poco a poco, como una agonía ¿Hermes quería vivir? – Ahora que quería vivir, y ya no estar del lado de la muerte – Se dijo así mismo. Pero vivir significaba Cleo, y nada más ¿Volver a ser de nuevo el viejo Hermes, luego de despedir su pasado y con ello a Leticia? No lo comprendía. Phileas quería vivir, pero con Cleo a su lado. -




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