Capitulo 4

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Nikita a pesar de que se sentía incómoda, por la presencia de ese hombre al que conocía solo de vista, por las veces que visitaba a su padre en su casa, dibujó una sonrisa en el rostro para disfrutar de la compañía de Renzo...

Atravesaron el parque dirigiéndose hacia una cafetería, en donde vendían helados y todo tipo de repostería...

Buscaron una pequeña mesa para dos, sintiéndose emocionados con sus corazones alborotados, por esas primeras emociones a su edad..

Renzo con educación la ayudó a que se sentara, colocando su silla a un lado de ella que se sonrojó, al sentir su cercanía...

Tomaron la carta que reposaba sobre la mesa, para observar el menú..

Vendían capuchinos, cafés, helados, malteadas, y una infinidad de repostería, que a simple vista llamaban la atención de Nikita, que era apasionada de los postres...

Se decidieron por dos malteadas de chocolate, y una tarta de manzana rellena de chantilly sabor vainilla...

Los dos tímidos y sin dejar de sonreír, empezaron a disfrutar del delicioso refrigerio, compartiendo miradas cómplices, sonrojados y emocionados...

—Me dio mucho gusto, que aceptaras mi invitación. —pronunció Renzo, deslizando una de sus manos por la pequeña mesa y tomó la mano de la rusa, que se aceleró emocionada a ese dulce contacto...

—A mí me dio gusto que me invitaras. —respondió sonriendo, bebiendo del popote de su malteada...

—Hace mucho tiempo quería invitarte, pero tenía miedo a que me rechazaras. —se atrevió a mencionar el muchacho..

—No tenía por qué rechazarte, me caes muy bien pero me pongo nerviosa y me da pena, pero eso no quiere decir, que no quiera ser tu amiga. —pronunció sincera, apretando con su pequeña mano la mano de Renzo, que también se sonrojó a su declaración...

En eso el celular de Nikita sonó con insistencia, ella con rapidez lo buscó en su mochila reconociendo que eran el chofer, que la trasladaba a cada uno de los lugares a los que ella, se desplazaba..

Rápido le respondió con un mensaje, avisándole que estaba en la cafetería del parque, que tardaría unos minutos, pero que ella avisaría a sus padres..

Nikita volvió a elevar su mirada hacia la parte exterior de la cafetería, y pudo observar desde ahí la camioneta oscura, en la que se encontraba ese hombre misterioso que la atemorizaba..

Un escalofrío la recorrió por dentro, al saber que aún se encontraba ahí sintiéndose vigilada...

Respiró profundo, para tratar de controlar el nervio que le provocaba, y siguió disfrutando de la compañía de Renzo...

Siguieron platicando un par de minutos más, respecto a las competencias estatales, en las que Nikita sería una de las participantes...

Renzo le mencionó, que varias veces acompañó a su tía a varias de esas competencias, y también algunos ensayos con otras chicas, a las que también les daba clases, pero que ninguna era tan buena como ella...

Nikita emocionada sentía inflado su pecho de emoción, al escucharlo hablar tan bonito de lo que a ella tanto le apasionaba, que era el ballet, sintiéndose especial para el joven muchacho, que no dejaba de sonreír emocionado al tenerla frente a él...

Después de varios minutos se despidieron, prometiendo que pronto volverían a reunirse, para seguir platicando...

Renzo la acompañó, rumbo a donde se encontraba el chofer que esperaba por ella, mientras disfrutaban del hermoso paisaje del parque, que a esa hora de la tarde estaba en su mayoría inundado por niños, que jugaban en algunos juegos infantiles o personas mayores, que sacaban a pasear a sus mascotas...

La rusa por un minuto se olvidó de todo, e incluso de esa camioneta oscura que seguía muy cerca, de donde ellos se encontraban...

Una vez que llegaron a donde estaba el auto de lujo con el chofer de Nikita, Renzo sin pensarlo dos veces se acercó a ella, y le depositó un suave beso en la mejilla, provocando que ella contuviera la respiración, por esa cariñosa pero dulce despedida...

—Nos vemos mañana. —dijo el muchacho con una sonrisa, provocando que ella se sonrojara todavía más, sin dejar de sonreír emocionada...

—¡Gracias por todo!. Nos vemos mañana Renzo!. —pronunció y abordó el auto...

El chofer se puso en marcha, mientras que los dos muchachos no dejaban de observarse por el cristal del auto, hasta que poco a poco el vehículo se fue alejando...

Nikita logró apreciar, cuando pasaron por un lado de la camioneta oscura, que aún seguía ahí estacionada en el mismo lugar, desde que salió del secundario...

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Nikita fue directo a su habitación, en cuanto llegó dejó sus útiles escolares y volvió a salir avanzando por el amplio pasillo alfombrado, de la elegante mansión en la que vivía..

Se dirigió sin detenerse, hasta que llegó a la puerta de la habitación de su hermano y tocó en repetidas ocasiones, hasta que por fin lo escuchó hablar dándole acceso...