Nikita Petrova (reina sin corona)

Capítulo 7

 

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Después de disfrutar de la cena en la que convivieron, por el triunfo de Nikita, sus entrenadores se reunieron con sus padres para hablar de lo que representaba, llevar el título como representante de Rusia... 

Ella aprovechó para pasear por el jardín con Renzo, que estaba de lo más emocionado de compartir con ella, ese momento importante...

 

*****

 

—Estoy muy feliz por ti, sabía que lo lograrías. Eres una reina cuando te veo en el escenario. —dijo Renzo, provocando que la rusa se sonrojara...

—Cuando era pequeña mi padre me decía princesa. Yo le decía que no que quería ser una princesa, que quería ser una Reina. La Reina de Rusa, mi padre me abrazaba, decía que todo lo que soñara y a base de esfuerzo lo lograría, y que él mismo me pondría una corona. Estoy a punto de cumplir ese sueño. —mencionó recordando su niñez...

—Para mi ya eres una Reyna. —añadió Renzo, tomando una de sus manos...

La Rusa se emocionó tanto con sus palabras y más al sentir, su mano entrelazada en la suya pero no logró decir nada.. 

Sus manos temblaron a su contacto dulce, igual que Renzo que se acercó más a ella y la tomó de la otra mano...

—Nikita se que somos muy jóvenes, pero eso no quita lo que siento por ti. —balbuceó el joven muchacho, con ese sentimiento del primer amor...

La rubia sonrió emocionada y sonrojada por sus palabras, sintiendo la misma emoción que él..

—Yo también siento algo por ti. —pronunció con valentía.. 

Renzo emocionado por sus palabras, se acercó a ella y le depositó un suave beso en los labios, el primer beso de un amor puro y sincero a esa corta edad...

Se observaron a sus rostros y sonrieron. Nikita se chiveó ruborizada cuándo lo escuchó decir..

—¡Niki!. ¿Quieres ser mi novia?. Te prometo ser paciente y esconderme, cuando tu padre o tu hermano estén cerca. —balbuceó nervioso..

Ella parpadeó sintiendo su corazón emocionado, por esas palabras llena de ilusión, tragó en seco con nerviosismo y mencionó..

—Si quiero ser tu novia. —dijo emocionada, provocando una sonrisa en Renzo, que sintió sus manos temblorosas y su sudorosas por el nerviosismo, al escuchar su confirmación y sin saber qué hacer...

La Rusa se acercó a él, y por iniciativa propia le dio un suave beso en sus labios, sin soltarse de las manos..

Un ruido en un arbusto del jardín provocó que los dos asustados se separaran, con sus corazones emocionados y temerosos por ser descubiertos...

En eso el maullido de un gato se escuchó, provocando que los dos se carcajearan..

—¿Es tuyo?. —le preguntó Renzo, al sentir al felino sobarse en sus piernas...

—No, jamás lo había visto por aquí, tal vez anda perdido. —respondió Nikita agachándose, y lo tomó entre sus brazos escuchando su ronroneo...

—¿No sé qué están haciendo aquí, tan escondidos?.  Lo mejor es que vuelvan. —exigió Yuri, asustándolos a los dos...

Los dos muchachos temerosos por no saber si él los descubrió, avanzaron con rapidez al interior de la casa donde ya se encontraba la entrenadora, que solo esperaba a Renzo para despedirse...

Después de unos minutos, abandonaron la casa de los Petrov... 

—¿De quién es ese gatito?. —le preguntó su madre con una sonrisa, acercándose a Nikita...

—Estaba en el jardín, creo que está hambriento...

—Vayamos a la cocina, para darle algo de comer. —propuso su madre, tomando al felino entre sus brazos...

—¡Niki espera!. —intervino Yuri, con molestia en su rostro...

—En un momento te alcanzo mamá. —añadió, observando donde su madre se fue emocionada, sin dejar de acariciar al hermoso gato color blanco...

—¿Qué es lo que escondes, o más bien que es lo que esconden tú y Renzo?. —le reclamó, como todo un hermano celoso...

—No estamos escondiendo nada. —respondió nerviosa...

—¡Dime algo!. ¿Él fue el que te regaló las flores?. —se atrevió a preguntarle, ya que todavía estaban con la incertidumbre de saber...

—¡Por supuesto que no!. —mencionó cruzando sus brazos.. 

—No te creo nada. —gritó Yuri..

—¡Hermano, por favor!. Renzo es estudiante de mi colegio igual que yo. ¿Tú crees que tiene dinero, para comprar esa cantidad de flores. De seguro fue papá, pero no quiere decir. —dijo cruzada de brazos, con evidente molestia en su rostro...

—¿Qué sucede, acaso están disgustados?. —les preguntó su padre con una sonrisa en el rostro, ya que podía ver el seño fruncido de sus dos hijos...

—Yo iré con mamá. —agregó la rubia acercándose a su padre, le dio un beso en la mejilla y se fue, dejando a los dos Petrov...

—¿Me quieres decir qué sucede?. 




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