Estaciono donde siempre y tomo mi café, llegue tarde a la primera hora por lo que decidí saltarme la por completo e ir directo por la segunda. voy hasta mi casillero y guardo lo que no usare de momento para sacar mi libro, voy hasta el patio trasero para esperar más a gusto.
Mis ojos se pasean por el lugar, al parecer no fui la única que hizo esto, mis ojos van a Ather, él me mira, nuestros ojos conectan momentáneamente hasta que Ines aparece captando toda mi atención, sonrió mirando como se acerca.
—¿Cómo pudiste hacer me algo así? — es lo primero que me dice cuando ya está lo suficientemente cerca; la miro confundida sin entender nada —confié en ti— me quita el café de las manos —pero no eres más que una perra traicionera— al ser un poco mas mas alta que yo, la veo quitar la tapa del café para literalmente bañarme con él —No vales nada Nimsy, nada, solo eres una puta con suerte.
Pasa por mi lado dándome un empujón, me quedo en shock sin saber que hacer o el porqué ha venido eso, miro a mi alrededor y hay más personas de las que deberia, unos hablan entre ellos sin despegar sus ojos de mi, algunos se ríen y unos pocos tratan de disimular; con las lagrimas apunto de salir y el dolor a flor de piel me apresuro hasta el baño donde me encierro dejando que mis lágrimas salgan de mis ojos.
-Eres tan patética- escucho esa voz burlona en mi cabeza.
Lavo mi cabello con hiperactividad, mis manos tiemblan pero solo me preocupo por retirar todo aquel café de mi cabello, las lágrimas no cesan y mi dolor empieza a convertirse en algo más fuerte.
Saco mi celular mirando de inmediato su pantalla, la cual se encuentra repleta de notificaciones de mensajes y notificaciones de redes sociales, un mensaje en sí llama mi atención y es de la persona que causó todo eso.
Número desconocido: ¿Cómo la estás pasando ahora, zorra?
Yo: ¿Cómo pudiste hacerme esto? eres un maldito desgraciado.
Axel: Ines ya lo sabe todo.
Yo: Como?
Axel ha enviado un enlace.
Le cliqueo al enlace viendo de lo que se trata, mis ojos se abre a más no poder mientras observo todo con mucho detalle,mis ojos se cristalizan y mi sistema digiere la información de una forma que no espere; lanzo mi celular por los aires aventandolo a la pared con toda mi fuerza rompiendo el aparato.
Gruño con fuerza raspando mi propia garganta, golpeó con todas mis fuerzas el espejo el baño, mi puno sangra y soy consciente de que me incrusté unos cuantos trocitos de cristal en el mismo, pero esto no es suficiente por lo que terminó golpeando repetidas veces una de las puertas destrozando aún más mis nudillos. La puerta tiene una gran mancha de sangre y algunas gotas se escurren por el piso.
Miro mi reflejo en uno de los espejos que están bien y no puedo creer lo que veo, veo mis manos con mis nudillos totalmente destrozados pero no hay dolor, lo que sí hay es rabia, el color de l sangre llama mi atención y por unos minutos solo me dedico a ver como mis manos sangran, a ver y sentir el color carmesí, mis manos se sienten ligeras, la sangre en ellas se siente tibia y resbalosa.
Abro la llave dejando que el agua haga su trabajo lavando mis manos, entre ambas manos y un leve gemido deja mis labios, un cosquilleo eléctrico recorre todo mi cuerpo haciendo que me sienta extraña, es como si el dolor pudiera excitarme; cambiar ese pensamiento y empezando a curarme.
....
Salgo de casa dirigiéndome a mi auto cuando escucho a alguien llamarme, me vuelvo y Gabiel está corriendo en mi dirección.
—Hola, disculpa que te moleste pero ¿Vas para el centro?
—Si, así es.
—¿Me llevas?— por alguna razón mis ojos van al chico detrás de el, Angel está de pie con un aire de superioridad, no trae camiseta por lo que tengo una buena vista de sus músculos los cualesestan bien marcados y poseen un poco de tinta en ellos.
—Claro, sube— Gabriel y yo pasamos por el lado de su hermano y ninguno dice nada pero los ojos del chico no se despegan de nosotros.
Un poco más adelante le preguntó dónde iba y curiosamente vamos para el mismo lugar, por lo que conduzco hasta ahí sin problema, llegamos un poco retrasados pero aun así es temprano por lo que ambos vamos a los vestidores el al de chicos y yo al de chicas.
Antes de que todo pasara me había inscrito en clases de defensa personal, había sido un chiste pero creo que ahora lo necesitaba, más chicos empiezan a llegar pero no les presto mucha atención, mis ojos están ocupados en mi vecino el cual se mantiene con esa neutralidad con la que veníamos en el auto.
Para mi mis vecinos son un imán cargado de misterio y presunción aunque nunca he hablado con ello para llegar a esa conclusión, quizás esa sea la razón pero tampoco es algo que hare, son lo que son y asi se quedara para mi, la vergüenza de saber que me vieron con Axel y además vieron esas cosas que se publicaron sobre mi y lo que dicen.
Como sorpresa para mi por la puerta aparece Ines y su grupo de amigas, ella me da una rápida mirada de odio logrando que me encogiera en mi lugar, Angel entra y mira a su hermano igual con neutralidad antes de posar sus ojos en mí haciéndome sentir aún más pequeña.
El profesor que nos va a enseñar los movimientos empieza a explicarnos la forma correcta de hacerlo, toma voluntarios y todo normal, es sencillo da otro movimiento explica cómo hacerlo y así nos divide en grupos de dos para ir uno contra el otro e intentar defendernos usando sus movimientos.
El empieza a separarnos y ruego que no salga con Inés y al parecer tengo suerte pero quedó sin pareja, veo como Ines le dice algo a Becca quien terminó como su compañera, la rubia levanta la mano y el profesor le da la palabra, como ya lo suponía nada bueno sale de su boca, o bueno nada bueno para mi. La chica básicamente medio su lugar porque supuestamente tiene el periodo, trato de excusarme para no pelear con ella pero el profesor no me deja.
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Editado: 10.08.2021