Niñera para el C.E.O.

Capítulo 3: Victoria.

A veces deseo ser feliz y tranquila, pero no puedo sonreír sin una pizca de locura.

Jayker Olsen

Mis hijos no se están tranquilos, pero escuchar el sonido del timbre me pone ansioso de solo pensar si es la chica con nombre de detergente de baño. 

Abro la puerta y noto que es Ziret, lo cual me desanima un poco, sin embargo, detrás veo que una mujer se acerca algo mojada en sus pantalones por la parte de abajo, sus botas negras un tanto estropeadas con lodo y como si fuese poco, tiene una mancha de excremento y me reí. 

«Supe que era ella después de la amable llamada»

—Ahora mismo no tenemos dinero, joven, vaya a buscar en otra parte. —Ziret siempre de descortés. 

Se dirige a mí y me observa de mala forma. 

—¿Por qué no llegaste a la reunión?, sabes que era importante. 

—Trátame de usted, Ziret, no te confundas, soy tu jefe, no tu sirviente. Tengo que cuidar a mis hijos en lo que llegaba alguien, ¿que no ves la joven que viene a que la entreviste?

Xien nos mira apenada. 

—D-disculpe, si quiere podemos dejarlo para otro día y… 

Ziret ríe interrumpiendo.

—¡Por favor, Jayker!, ¿qué no ves el aspecto?, cabello azul, desastre de vestimenta, ¡es patética!, creo que hace falta personal de limpieza, miraré si aplica ahí. 

—¡Ziret!, si piensas que no puedes respetar, vete por favor, ya reanudaré la reunión con los socios y diré que fue una emergencia. 

—¿Ese es tu nombre Ziret? —le asiente a Xien—. Te recomiendo mejor dedicarte a tu belleza antes de criticarme, no considero que tu manera tan irrespetuosa y tu pelo de rubio con tinte mal teñido sea adecuado para estar a la altura de un C.E.O. tan respetado. Aprende a no faltar a nadie por su apariencia física, lo de fuera es nada a comparación del cerebro que se debe tener. 

Mi asistente se hace la ofendida y toma su libreta, nadie se le ha enfrentado de tal modo, ella es buena en su trabajo que es curiosear y hacer la agenda, no obstante, mayoría de veces tiende a ser muy irrespetuosa.

«Bien, con esto la contrato, me gusta que pongan a las personas en su lugar, Ziret es bien intensa de vez en cuando»

—Déjanos solos, por favor Ziret, ordena la agenda y llama a los socios, ese es tu trabajo. —Asiente cabizbaja y se retira. 

Jackie se aparece y se queda mirando a Xien fijamente. Este tiene la cara azul por completo.

—¿Dónde está tu hermana?, ¿qué haces con la cara embarrada de pintura? —pregunto cuando lo veo hecho y desastre.

—Se durmió en el suelo de la sala de juegos. 

¡Uf!, una menos.

Ve a darte una ducha, por favor. ¡Ahora! —ordeno.

—Sí, papá, ya me canse de jugar. Lamento haber gastado tu champú de marca en el baño, supongo que eso me puso la cara azul como un pitufo.

Siento salir humo de mis orejas y Xien se ríe.

—¡Ay, no!, ¡eso lo iba a probar!, lo estamos creando en la empresa mezclando con el champú extra suave de los socios, el perfume de mi compañía. Iba a ver que tal, al menos sé que pinta de tal forma. Tendré que llamar a los químicos para que sepan esto.

Me quejo un poco.

—Espero que no te dé una reacción alérgica, Jackie.

Azoto mi frente.

—Ya me iré a duchar, papi. No me pica, prometo no molestar más, al menos hasta que recargue las pilas. Te dejo con tu novia. —Le muestra su lengua a Xien de forma burlona y esta le sonríe. 

«Qué niños tan tremendos»

Suspiro y giro nuevamente hacia donde ella, la cual me está sonriendo.

—Veo que su tarea es algo difícil, señor Olsen. 

—Ni que lo digas, siéntate por favor. 

Hace caso a mi gesto y susurra un "gracias" con un tanto de timidez.

—Gracias por recibirme en estas condiciones, señor. 

—Tranquila, me importa más el esfuerzo que le has puesto a esto. 

Hablamos sobre el sueldo, a ella le ha fascinado el monto. Comenzamos a hablar de su edad, donde ha tenido experiencia y ahora que la veo, es cierto, la vi en la televisión con el premio a la mejor niñera, no puedo creer que sea tan distinta a como se veía tras la pantalla. 

 —Estoy de acuerdo, no tengo problemas en dormir acá, con ese monto, opino que es lo más razonable, me asombra mucho la cantidad que es para cuidar dos niños.  ¿Debo firmar algún contrato entonces?

—Por supuesto, déjeme buscarlo. 

Me pongo de pie y rebusco la carpeta, lo tenía listo, con la idea de que cuando viniese la indicada, firme sin objeciones. 

Lee detenidamente en cuanto se lo entrego y mi piel comienza a tensarse. 

«Que no diga que no, que no se queje de tener que cuidarme»



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En el texto hay: niños, multimillonario, amor dolor romance

Editado: 30.11.2022

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