Niñera para el C.E.O.

Capítulo 4: ¿Premio o castigo?

Ordenar es una meta para mi vida, sin embargo, cada vez que digo una cosa o acciono para algo, la embarro hasta un punto que puede ser perjudicial para mí, ¿o no es tan malo?

Xien Calland

Después de querer regresar a casa, tomé mis clases de maquillaje en la universidad y esperando a mi mejor amigo, a Aksel se le olvidó pasar por mí y tuve que subirme al autobús, en el cual me fue espantoso, este día no puede irme de peor forma. 

¡Al menos tengo empleo!, me empujaron, me dejaron de pie y como si fuese poco, había un señor que no dejaba de toser mientras me miraba, fue lo más irritante que he vivido, no sé si era por mi hermosa cara que tenía en ese momento o por el hermoso pelo azul que me hacía ver como un pavo real.

«Soy demasiado irónica conmigo misma, pero no puedo negar que aun siendo un desastre tuve la victoria de un empleo»

Lo único bueno de todo es que ¡tengo empleo!, me siento ansiosa de contarle a Aksel, aunque lo primero es que voy a empezar a empacar todo, la idea de vivir sin mí no va a ser muy agradable. 

—¡Aksel!, ¡acabas de sentenciar tu propia muerte conmigo! 

Suelto mi bolso y tomo el contrato en mis manos. 

—Xien, perdón es que la verdad hoy fue demasiada gente, hicieron una promoción, dejándome totalmente cansado. Justo me di una ducha y te iba a llamar. 

Me abraza, estos gestos son los que hacen que lo perdone, lo quiero bastante.

—¡Ya, ya! —me encanta hacerme la terca y anti abrazos—. Tenemos que hablar de dos cosas importantes. 

Toma mi mano y me pide que me siente. 

—¿Qué pasa? —en su cara se ve la preocupación.

—Ya tengo empleo.—Sonríe, pero yo no por recordar la otra parte.

Salta como un niño pequeño, no obstante, se detiene cuando ve mi cara de disgusto.

—¡Es una buena noticia!, ¿por qué tienes esa cara?

—Pues… Esa es la parte buena de esto, te dije que eran dos cosas. —Suspiro—. Es con el empresario que te dije, fui a su casa y tengo ya el contrato en mis manos. La otra noticia es que, debo irme a vivir con él hasta nuevo aviso. 

—¿Me abandonas?—hace un puchero. Sujeto sus mejillas entre mis manos. —Dijiste que estarías conmigo para siempre.

—No, peludo, vendré a visitarte en mi día libre. Además, seguiré ayudándote con los gastos. Sabes que eres lo único que tengo, yo sí que no me olvido de ti. —Ruedo los ojos indignada. 

—¡Perdóname!, sabes que soy muy atento contigo, Xi xi. 

—¿Volverás con ese absurdo apodo? —me quejo.

—Me llamaste peludo de nuevo, es mi venganza. —Mira el papel de nuevo. —Creo que debo ayudarte a empacar. 

Aksel es tan cariñoso, me abraza nuevamente y yo le correspondo. 

—Por favor, pero antes, vamos a comer algo. 

Ladea su cabeza afirmando y vamos a la cocina a buscar un poco de jugo de naranja y unos panqueques que solamente debemos calentarlo.

Sigo admirando el contrato mientras doy un sorbo a mi bebida, lo que veo me hace que escupa el jugo encima. 

«Tú y tu manía de escupirte encima mientras desperdicias toda la comida, Xien torpe»

—¡Ya basta!, tonto cerebro, ya sé lo hago y esas son mis maneras de ver que tanto la embarro en cada segundo—.

—¿Qué pasó?, ¿está dañado? —mira que estoy leyendo el contrato—. Me preocupas, no te quedes estática y dame respuestas. 

—Ahora tengo que ponerme a ahorrar, Aksel. 

—¿Para qué?

—Para un buen abogado que me desprenda de este contrato. —Mis manos tiemblan de la información que leo y releo cada segundo. 

—No tiene sentido, ¡recién firmaste y estabas feliz!, ¿no lo leíste bien?

—¡Era cuidando niños!, ¡ahora debo hacer otra cosa más!

—¿Qué otra cosa debes hacer?, ay niña, siempre haciendo desastres. —Golpea su frente y sigo con los ojos bien expresivos. 

—Cuidar de dos niños traviesos y cuidar de un C.E.O. mandón y testarudo, por favor. ¡Pidió por favor y en negritas! —hago un gesto de llanto.

Camino y me golpeo mi dedo del pie con la silla. 

—¡Tonta silla!, ¿tienes que ponerte por donde yo camino?

Aksel se ríe de mis derrotas a mis espaldas, es que en todo soy un fracaso. Me dejé llevar por la exaltación del dinero, ¡con razón pagaba tanto!, ¡es que debo cuidarlo a él!

—Debes ir más despacio, no ibas a perder la oportunidad, Xien. 

—No quiero que me pase nuevamente, ya he perdido muchas cosas en la vida por ir al ritmo de los demás, aunque fracase, Xien nunca más se tomará los asuntos a la ligera.

—Sé que puedes, no te quejes entonces de los resultados. 

—¿Cómo no si a duras penas me puedo cuidar yo?, Aksel, ¡dejo quemar hasta el agua para bañarme! —su risa me hace enfurecer —¡ya deja de burlarte! —golpeo su hombro en forma de chiste mientras continúa su jornada burlesca.



#5220 en Novela romántica
#1382 en Chick lit
#2065 en Otros
#519 en Humor

En el texto hay: niños, multimillonario, amor dolor romance

Editado: 30.11.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.