Niñera para el C.E.O.

Capitulo 5: Encantos.

Quiero conocer un poco más de ti y saber que es lo que alberga en tu memoria. 

Jayker Olsen

Estar temprano por la mañana en casa y saber que la chica Xien con nombre de detergente ahora forma parte de mi hogar es algo reconfortante, podré irme a trabajar con absoluta tranquilidad sabiendo que los niños estarán en buenas manos. 

La historia con su madre es un tema un tanto delicado que no me gusta hablar con nadie y quiero reservar, pero que quizá en su momento Xien deba saberlo o, por lo visto, con lo curiosa que es, sienta absoluto interés sobre ello. 

Veo que despierta, lo primero que puedo notar a simple vista es que ¿de qué mundo viene esta mujer?, anda con un disfraz de dinosaurio de color azul, que admito que le queda bien y que sin duda ese es su color, a mi parecer la hace ver tierna y rara a la vez. 

—Oh, señor Olsen, no sabía que usted seguía en casa. —Noto que le da un poco de vergüenza estar de ese modo en frente de mí, sin embargo, me causa gracia. 

—Sí, casi me iba a la junta que no pude tener ayer gracias a mis hijos. Ya te dije también que no me digas señor Olsen, sé que quizá esté bien adulto, pero eso me hace sentir más viejo. 

—Es decir que en cada entrevista que le dicen, señor Olsen, ¿usted se siente un anciano en silla de ruedas? —ríe en mi cara, se nota que es burlona.

—No tan exagerado. —Reímos. 

Se gira, quiere como decirme algo, sin embargo, no sé que vaya a ser. 

—¿Desea hablarme sobre algún asunto, señorita Xien?

—B-bueno, creo que sí. ¿Cómo es que no leí que igual debía de cuidar de usted?

Trago en seco, sé que ella no se había dado cuenta, imagino que le debió de dar una punzada en el corazón al ver lo que había firmado. 

—Estaba pactado en el cartel y el contrato. Por eso le pregunté si no tenía objeciones, ¿recuerda? —asiente. 

—Lo sé, pero sepa que no es que me alegre. Como podrá notar, mi vida es un completo desastre al que le llamo vida color fucsia, porque de ese modo la veo, linda, pero más oscura. 

Río cuando la veo saltando un poco, la verdad es que se le ve que es alegre esta mujer, eso me gusta.

Espero que siga así de alegre cuando vea el tipo de persona que soy, bien estricto, terco y mandón. 

«Debería no ser tan malvado con ella, se le nota que es una buena chica y que, a la vez, Xien está asustada de echarse la responsabilidad de uno de los C.E.O´s más grandes de toda Noruega»

—Silencio, querido cerebro, ninguna niñera ha sabido pasar la prueba, veremos si luego ella la completa o se marcha como las demás—.

—A menos que quieras ir a la cárcel, porque, ¿ganarme a mí un hombre tan terco y famoso?, te será muy difícil.

Abre sus ojos ante el asombro, creo que ahora está escuchando una versión menos dulce. Sí que soy feliz, sin embargo, exigencia es mi segundo nombre. 

—Ni siquiera este sueldo me daría para competir con usted y quitar esa cláusula. Que conste, lo intentaré y no le tengo miedo tampoco, a mí nadie me intimida, sin embargo, sé mejor cuidar niños porque los adultos ya tienen su forma de ver la vida, a ellos hay que formarlos. 

En eso tiene razón, no puedo negarme contra de esta percepción. 

—Me parece una sabia decisión, sin embargo, te advierto que no seré muy sutil. —Ríe. 

—Ya le dije, no le tengo miedo. Haré mi trabajo de la mejor manera posible. Cuidaré de sus hijos y de usted. Solo dígame que necesita, risas no le van a faltar. 

—Ese punto si me gusta. Risa es lo que más deseo. 

Toma una taza y vierte un poco de chocolate en polvo, para mezclarlo con leche caliente. La verdad me concentro mirándola, me resulta una chica dulce y divertida. 

—Quiero desayuno, antes de irme. 

—¿Chocolate con leche?, no gracias. No deseo eso. 

—¿Cereal?

—Tampoco.

—¿Jugo de naranja? —Veo como aprieta su mandíbula ya un tanto irritada. 

—No, no quiero tampoco. 

Su mirada es de alguien enfurecido y río al notar sus expresiones de enfado. 

Toma un sartén y me mira frunciendo el ceño. 

—¿Cree que podría decirme que desea mejor? —respira profundo para buscar la calma en su ser. 

—Quiero que me digas que hay para mí, primero. 

Corro por mi vida cuando ella empieza a perseguirme con un sartén en la mano. 

—¡La violencia no es la mejor solución, Xien! —Continúo la huida. —¡Vas a despertar a los niños!

—¡Soy yo que los voy a cuidar, no te preocupes por eso!, ¡esmérate en velar por tu vida! 

Risas no me faltan con esta mujer y la verdad siento que nos llevaremos bien. Seremos un gran equipo, es justo lo que necesitaba. 

-------------------



#5105 en Novela romántica
#1348 en Chick lit
#2022 en Otros
#506 en Humor

En el texto hay: niños, multimillonario, amor dolor romance

Editado: 30.11.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.