—¡Y ya no tener que invitarte siempre a comer la lasaña de mama!
—¡Yo odio la lasaña de tu mama!
—¡¿Entonces porque la comes?!
—¡Por que tu siempre me invitas!
Ambos dejamos de gritar y nos concentramos en calmar nuestra respiración unos instantes, nos miramos y no pude evitar reír ante su respuesta. Kyle rio luego de unos instantes.
Las mangas de mi suéter colgaban en mis manos, por lo que no dude en jugar un poco con ellas sin estar segura de lo que debería decir a continuación.
—Kyle.— lo llame.
—Dime.
—Me gusta alguien mas.
El se mantuvo en silencio, sus manos estaban en los bolsillos de sus pantalones y miraba el suelo ahora. Me sentí mal por no corresponder sus sentimientos.
—También me gusta alguien mas, Amanda.
Cruce miradas con el al instante que despego la suya del suelo, mi cara era un dilema y pareció haberle hecho gracia tal cosa ya que una sonrisa divertida se asomo por su rostro. Me hizo sonreír también, aliviada.
—Supongo entonces que no era para nosotros.