¡¿no eras un chico?! [tododeku Fem]

Prólogo

Otro cuaderno perdido, ya era el quinto de esa semana e Izuki no sabía que hacer, su amigo de la infancia al cual apodó Kacchan, era la persona que destruía sus cuadernos mientras se burlaba de ella llamándole de diversas maneras:

"Ratón de biblioteca"

"Cuatro ojos"

"Deku"

Incluyendo también el que la maltratara, la empujaba cuando la veía caminar por los pasillos con sus libros en brazos, le lanzaba explosiones cuando la veía comer en el jardín o leer, le gustaba incluso lanzarle globos con harina, agua y huevos dentro, solía arruinarle el uniforme que, cabe destacar, era el mismo que usaban los chicos y el cual se le hacía más cómodo que el llevar una falda, misma que podría levantársele por algún fuerte viento o por los mismos chicos que les gustaba ver debajo de las faldas de las chicas.

Inko estaba preocupada por la manera en la que su pequeña llegaba a casa con el uniforme y los libros destruidos, llorando por no poder hacer nada y frustrada porque ni siquiera sus demás compañeros la defendían, Inko sabía que poco a poco su pequeña se estaba derrumbando y podría caer en algún trastorno que luego se le haría difícil salir sin ayuda profesional y como madre no podía permitir eso.

Izuki era un chica que usaba anteojos y vestía como chico por comodidad, tenía el cabello corto más arriba de los hombros, no usaba accesorios de chicas ya que con doce años su cuerpo no se había desarrollado como el de sus compañeras y pensaba que se le verían mal, era plana, tanto que ni siquiera tenía curvas y parecía una tabla de surf como ella misma se decía, por eso era que prefería vestir de chico, pero ya se estaba cansando de los maltratos, se deprimía cada día por todo lo que Kacchan y los amigos de éste le hacían pasar.

Sus compañeros no decían nada por el miedo que le tenían al cenizo y los profesores se hacían de la vista gorda para evitar tener que lidiar demás con el cenizo, así que en cuanto su madre Inko le dio la noticia de que se irían de Japón un tiempo, ella aceptó sin siquiera titubear ya que era lo que necesitaba, un tiempo lejos, muy lejos de sus compañeros y amigo de la infancia.

Por ello ese día se encontraba Izuki junto a su madre en la oficina directiva frente al director, Inko le explicaba al hombre la razón del retiro de su hija, además de que aprovechaba para reclamarle al hombre por la falta de atención que los docentes le daban a su pequeña y el hombre se mantenía con la mirada baja, avergonzado con la situación mientras su secretaria se encargaba de sacar los documentos de la estudiante.

Mamá cálmate, por favor Pidió Izuki con tono calmado, tomando la mano de su madre. Ya no vale la pena, igual ya me iré de aquí.

Es que debería demandarlos por negligencia Comentó Inko sin siquiera gritar.

Aquello era lo que ponía más nervioso al hombre, Inko le reclamaba todo de manera calmada y sin alzar la voz, el hombre no sabía si hubiera preferido que la mujer le gritara para reclamar o si prefería que siguiera reclamando de aquella manera y es que la mujer daba más miedo sin siquiera gritarle.

No tenemos que llegar a una demanda, señora Midoriya Comentó el hombre con los nervios casi a tope. La verdad es que a mi no se me fue informado sobre algún maltrato y por ello es que no...

A mí no me venga a mentir, usted como director debería estar pendiente en todo momento de los estudiantes y no estar aplastando su culo en una silla Interrumpió Inko sin dejar de mirar al hombre.

Ma-Mamá no seas grosera Tartamudeó Izuki con vergüenza.

La mujer podía llegar a soltar el alfabeto en groserías una vez estaba furiosa e Izuki lo sabía, por ello era que estaba nerviosa, su madre había llegado al lugar molesta y se le notaba por la forma de regañar al hombre, su madre muy pocas veces se molestaba ya que era un amor de persona pero todos sabían que una vez que se metían con su pequeña sin ella estar presente para defenderla, era mejor huir antes de que llegara porque podía tragarse a la gente sin problema alguno.

Aquí están los documentos de la estudiante Izuki Midoriya Habló la secretaria una vez llegó a la dirección con una carpeta.

El director le agradeció con la mirada por llegar justo en ese momento, sin siquiera decir ni misa, firmó el papel para el traslado a el siguiente colegio donde fueran a inscribir a la chica y entregó todos los documentos a Inko, ésta tomó la carpeta y se levantó junto a su hija para caminar hacia la salida, dejando que Izuki saliera primero y se detuvo antes de salir.

Esperen la demanda de parte de mi esposo Avisó antes de salir.

Inko se acercó a su hija y ambas salieron del lugar, debían volver a su casa para empacar todo lo que se iban a llevar, dejarían la casa deshabitada por si les apetecía regresar alguna vez, de todas formas la casa estaba a nombre de Inko y no se la quitarían.

El esposo de Inko y padrastro de Izuki era el héroe número uno de todo Japón, el hombre se había casado con Inko cuando la pequeña Izuki tenía cinco años, la pequeña en ese entonces lo sorprendió al decirle que ella era su fan número uno e incluso lo seguía siendo a media que crecía, Izuki había sido la más emocionada cuando su héroe y su madre se casaron, aunque no podía alardear de eso porque la gente no le creía y la tachaban de mentirosa, aún así aquellos comentarios no le quitaban la emoción.

Las maletas estaban listas, ambas Madre e hija estaban listas para abordar el taxi que las esperaba afuera de la casa para llevarlas al aeropuerto, Izuki estaba nerviosa, llegar a otro instituto, conocer nuevas personas, hacer amigos si alguno le daba la oportunidad, evitar llamar la atención de los otros y sobre todo, evitar el bullying; todo le causaba un poco de ansiedad pero en cierta parte estaba tranquila porque ya no volvería a ver a Kacchan, además de que sus cuadernos de notas sobre héroes no serían destruidos.



#432 en Fanfic

En el texto hay: heroes, romance , bullying

Editado: 02.04.2021

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