—Oye, ¿tú qué con ese tal Leone?
—¿Qué? —¿Cómo sabía Adriano de él?
—Sí, te vi ayer y hoy también con él en el descanso. Él es que está en nueve b, ¿no es así?
—Sí. —Contesté—. Pues nada, solo hablábamos, Camille me lo presentó.
—¿Eso significa que al fin te olvidarás de Santino?
—¿Qué te importa? Metete en tus asuntos Adriano.
El resto del trayecto fue silencioso. Al llegar a casa almorcé y lave la loza familiar, y me acosté para tomar una siesta, me sentía cansada aunque no había hecho prácticamente nada.
» Estaba de pie frente al espejo, tenía el cabello previamente alisado, cosa que normalmente no hago, llevaba puesto un skinny jean claro y un croptop blanco con tirantes ajustado, me puse brillo de labios, me eché perfume, me miré por ultima vez en el espejo, estaba preciosa, y bajé las escaleras para abrir la puerta porque alguien tocaba el timbre. Era Santino, llevaba un par de jeans negros y una camiseta blanca con un diseño azul en el centro, su cabello revuelto seguía un poco húmedo y podía oler su perfume aunque no lo hubiese abrazado aún. Me susurró al oído y me tomó de la mano. Estábamos en el cine, al lado nuestro no había nadie, arriba había una parejita y unas filas más abajo se encontraba una familia, pero no prestábamos atención a la película, nos besábamos, fue un beso lento y cariñoso, sus labios se sentían tan suaves, tan perfectos, nos despegamos un poco, me colocó un mechón de cabello detrás de la oreja y volteé a verlo. No era Santino, era Filippo.
Me desperté asustada. ¿A qué venía ese sueño? No quiero besar a Leone. A penas si lo conozco. No puedo soñar ese tipo de cosas. Busqué rápido mi celular pero no lo encontraba en ningún lado. Bajé a la sala y vi mi maleta de la escuela. Abrí la cremallera y hurgué, estaba en el fondo, oprimí el botón de encendido a lo que apareció un mensaje en la pantalla «Batería baja. Cargue el teléfono» y se apagó. Fantástico. Justo en un momento de emergencia. Volví a mi habitación y lo conecté al cargador, esperé unos cuantos segundos para encenderlo. Abrí la aplicación de mensajería.
Luna Greco @ Girls 💖💄:
Soñé algo súper raro. 4:46 p.m. ✔✔
Michelle Villa @ Girls 💖💄:
Cuente. 4:47 p.m. ✔✔
Luna Greco @ Girls 💖💄:
Envió una nota de voz. 01:56 4:50 p.m. ✔✔
Camille Arelli @ Girls 💖💄:
¿Queeeeeé? OMG. 4:53 p.m. ✔✔
Mich, está funcionando, se empieza a olvidar de Santino. 4:53 p.m. ✔✔
Luna Greco @ Girls 💖💄:
Claro que no. 4:53 p.m. ✔✔
Michelle Villa @ Girls 💖💄:
Bueno tal vez no, aún. ;) ;) ;) 4:54 p.m. ✔✔
Luna Greco @ Girls 💖💄:
Oh esperen. No había visto tengo un mensaje de Filippo. 4:54 p.m. ✔✔
Me pregunta que si mañana también paso el descanso con él. 4:55 p.m. ✔✔
Michelle Villa @ Girls 💖💄:
Dile que sí. 4:55 p.m. ✔✔
Camille Arelli @ Girls 💖💄:
Y se besan. 4:56 p.m. ✔✔
Luna Greco @ Filippo Leone:
Dejémoslo para otro día, no quiero abandonar a mis bffs. 4:58 p.m. ✔✔
Luna Greco @ Girls 💖💄:
Ya le dije que no :). 4:59 p.m. ✔✔
Camille Arelli @ Girls 💖💄:
Que aburrida. 4:59 p.m. ✔✔
Michelle Villa @ Girls 💖💄:
Aguafiestas. 4:59 p.m. ✔✔
Apagué el celular. Me dispuse a hacer tarea, para enfocar la mente en algo que no fuera «chicos». Cuando la terminé me paré para ir a la cocina, opté por prepararme un batido, hace rato que no me hacía uno, saqué la licuadora, eché siete hielos, medio banano y cuatro fresas, tres cucharadas y media de avena en polvo y tres cuartos de una taza de leche. Encendí la licuadora hasta que todo se integró bien y serví en mi taza preferida. Saliendo de la cocina me topé con Adriano quién llegaba de su entreno de baloncesto. Le di al botón de «play» para seguir viendo la serie del otro día.
Me debí a ver quedado en algún momento de la noche. Mi mamá me estaba despertando. «Luna, despierta, es tarde.» escuchaba la voz de mi madre lejanamente, hasta que de un brinco me desperté.
—¿Qué hora es? —Pregunté mientras que buscaba mi uniforme.
—Las 6:38 a.m. —contestó mamá mientras que me dirigía al baño. «Oh no, oh no, oh no» pensé.
Me bañé y me vestí en cinco minutos. Desayuné lo que pude en otros cinco, debía llegar antes de que cerraran la puerta, y hoy tenía examen final de español a primera hora. No podía llegar tarde. Me fui prácticamente corriendo. Mire el reloj una cuadra antes de llegar, tenía dos minutos, aceleré el trote. Entré justo antes de que cerraran la puerta y fui directo al salón de clases. El profesor ya estaba repartiendo las hojas para hacer el examen, estaba sencillo. Respondí y salí. Fui a la cafetería por algo de comer y justo la persona delante mío en la fila era Santino.
—¿Qué tal, Lu? —dijo al momento en que se giró hacía mí.
—Bien, ¿Qué hay de ti?
—Me alegra, yo muy bien, gracias a Dios. Lu, me preguntaba si... —lo interrumpió la señora de la cafetería cuando dijo «siguiente». Él compró lo que iba a comer y me esperó, seguí yo pedí, pagué y salí de la fila con una arepa con queso y carne desmechada—. me preguntaba si podíamos hablar en el descanso...
—Seguro. —respondí y me fui.
Me senté en una banca abajo y justo al frente del salón de español a comer. Salió Camille y se sentó a mi lado.
—¿Le puedo dar un mordisco? —preguntó sin apartar la vista de la arepa que sostenía en mis manos. Asentí mientras masticaba. Le dio un gran mordisco.
—No pues si quiere se la come toda.
Nos reímos. En esas se nos unió Michelle. Quién también me pidió un poco de lo que comía. Volvimos al salón cuando nos llamaron. El profesor calificó los exámenes ahí mismo. Saqué un 10. Michelle un 8 y Camille 8,2. Las siguientes dos horas pasaron rápido, o no sé si es por el hecho de que ansiaba hablar con Santino otra vez, lo cuál aún no le mencionaba a las chicas y tampoco pensaba hacerlo, mejor que se den cuenta en el momento, así evito que me digan cualquier cosa que seguramente ignoraré.