No es nuestro momento [efímera Limerencia #1]

Capítulo 8

     Volví a casa con tiempo de sobra para que mi madre no se enojase más conmigo, comencé a hacer la actividad de recuperación que básicamente consistía en lo típico de dar mi opinión sobre un tema politico-economico, pero pues, había que poner artículos y hacer una buena investigación. Aburrido.

     La verdad no era un trabajo difícil, no me podía quejar, o mejor sí, si me quejo, porque la profesora cambió las reglas y la mayoría no pudimos hacer nada y ahora por su culpa estoy castigada durante todas las vacaciones y siento que mis padres van a estar enfadados conmigo por siempre por no cumplir con sus expectativas frente a mí.

     Mi madre nos llamó a almorzar, honestamente no quería bajar pero, para que mi plan funcione debo portarme bien aunque tampoco mucho para no parecer sospechosa. Me hice la que no escuché para que me llamase otra vez, y así fue, esta vez si atendí al llamado y bajé.

—Perdón la demora, estaba haciendo el ensayo.

—Está bien, mejor que salgas rápido de eso. —declaró mi madre. —ahora que recuerdo, ya que estás castigada y tienes mucho tiempo de sobra, también lavarás las ollas y sartenes los días que te corresponde lavar la loza del amuerzo y la cena, como hoy.

—Claro madre, no hay problema —respondí con una sonrisa falsa en mi rostro. Genial, lo que me faltaba, ahora ya no bastaba con el trato que hice por un mes para que me dejaran ir a la pijamada si no que tenía que hacerlo todas las vacaciones, de ahora en adelante seré soila, soy la que lava, soy la que barre, soy la que limpia.



 

     Era media tarde y me estaba tomando un descanso de mis asignaciones cuando un mensaje de Filippo apareció en mis notificaciones. No sé porque le respondí tan rápido si lo había estado evitando días anteriores. Tal vez por lo sola y aburrida que me sentía en ese instante.

Filippo Leone:
Luna, ¿estás? 4:38 p.m. ✔✔

Luna Greco:
Sip, hola, ¿Qué tal? 4:39 p.m. ✔✔

Filippo Leone:
Bien, te quería preguntar, ya que esta mañana mencionaste que estabas castigada, me preguntaba si... ¿podría ir a tu casa y no sé ver una película?  4:42 p.m. ✔✔

Luna Greco:
Ehh... sí, creo que no habría problema, ¿Cuándo quieres venir? 4:45 p.m. ✔✔

Filippo Leone:
¿Te parece mañana? 4:46 p.m. ✔✔
 


     Acepté. Cuadramos una hora e insistió en que traería para hacer palomitas aunque le dije que aquí había, argumentó que es para no ser descortés. Pero la pregunta realmente importante aquí es: ¿Por qué le dije que sí puede venir a mi casa?. La verdad es que siento cierto interés por él o más bien curiosidad, porque es que no entiendo por qué está interesado en mí o en conocerme, no tengo nada de especial ni soy como las chicas por las que los hombres suelen interesarse, como Camille o Michelle, por ejemplo. Y por otro lado estaba el qué le iba a decir a mi madre para que me dejara tener visita de alguien que no conoce.





 

— Luna alístate. —anunció mi madre parada en el umbral de mi puerta.

— ¿Para?

— Hoy es tu cita de odontología. Alístate, nos vamos después de almorzar, tengo que hacer una vuelta primero y de ahí vamos a tu cita. —la morena dejó el espacio de mi habitación. 

     Oh no. Había olvidado por completo que tenía esa estúpida cita con el dentista. Tendré que cancelar mi encuentro con Filippo. Lo bueno, no tendré que pedirle permiso a mi madre, lo malo, sí quería verme con él. Busqué mi celular en medio del desorden de mi habitación. Tengo que ordenar, de verdad.

Luna Greco:
Hola, olvidé que tenía cita con el dentista hoy, ¿vemos películas otro día? 11:58 a.m. ✔✔
 


     No sé porqué me sentía mal por no poder verlo, en primera instancia no quería que aquello sucediera, es decir, ¿por qué querría pasar tiempo con él?, apenas y hablamos en el colegio, sabía muy poco de él y aún así lo iba a traer a mi casa. Hasta había dejado de pensar en Santino, hasta este momento, ya no me gustaba. No había vuelto a saber de él aparte de los memes que comparte en Facebook. En fin, las cosas con él ya no eran las mismas, no desde hace mucho tiempo, a veces estamos bien y a veces mal, y ni siquiera sé porqué solo pasa de un momento a otro.

     Me acuerdo cuando me armé de valor para confesarle que me gustaba, aunque no tanto valor, no le dije en persona sino por chat, así era más seguro ya que sabía que él no me correspondía, me llevé una gran sorpresa al darme cuenta de que la traicionera de Michelle ya le había contado, no me enojé con ella por eso, teníamos como 12 años cuando eso, lo chistoso del asunto fue su respuesta: "no pasa nada". Le confieso que estoy enamorada y me dice que no pasa nada, ¿en serio bro? en ese momento fue cuando dañé nuestra amistad, en ese momento pasamos de ser mejores amigos a ser solo amigos.

     Mi madre me llamó a almorzar y al terminar salimos de casa, yo la esperé en el auto mientras ella hacía sus vueltas y mientras esperaba vi a Filippo a lo lejos con una chica, era más bajita que yo con el cabello liso y largo, llevaba un vestido corto azul aunque se veía que tenía algún detalle que no alcanzaba a visualizar. Filippo se veía un poco nerviosa al hablar con la chica, reían, supongo que coqueteaban o algo así. Me espanté cuando alguien toco la ventanilla del lado del conductor del auto, era mi madre indicando que subiera el seguro para que pudiera entrar de nuevo a este.

¿Quién será esa chica? — me pregunté. Se veía bonita aunque tenía las piernas más delgadas que las mías y eso que yo soy delgada. Como sea, me da igual con quien hable ese tipo. Mi madre me preguntó por las chicas sacándome de mis pensamientos, quería saber cómo les había ido en las calificaciones, olvidé que mi madre va a las reuniones de Adriano y no a las mías, por mí solo va a reclamar las notas y nada más.





 




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