No estaba en el plan

Capítulo 5: El juego de la información

Julian Cole nunca había sido un hombre que dejara las cosas al azar. En su mundo, todo se resolvía con estrategia, análisis y, sobre todo, control. Y ahora que Clara Morgan había entrado en su vida de manera tan inesperada, no iba a dejar que el caos que ella representaba lo desbordara. Si algo había aprendido a lo largo de los años, era que si deseabas conocer algo, solo necesitabas buscarlo.

Estaba claro que Clara no era una mujer común. A pesar de su actitud desenfadada, su confianza y su aparente falta de límites, había algo en ella que lo desconcertaba, algo que no podía controlar. Y no iba a dejar que ese pequeño caos fuera una incógnita en su vida. Así que, cuando la vio alejarse del bar la noche anterior, su mente empezó a trazar un plan.

"Voy a sorprenderla", pensó, mientras su mente trabajaba a toda velocidad.

En su oficina, Julian tomó su teléfono móvil y marcó un número de su confianza. No era la primera vez que recurría a él para obtener información. Su contacto en el mundo de la informática era alguien al que había conocido hace años, un experto en el arte del rastreo digital. Nunca le había fallado.

—Hola, ¿Alex? —dijo Julian, en tono firme, mientras se acomodaba en su silla y dejaba que el sonido de su voz lo rodeara, dándole esa sensación familiar de control que tanto le gustaba—. Necesito que me hagas un favor.

En el otro lado de la línea, el sonido de teclas y clics confirmaron que Alex estaba prestando atención. Era un hombre joven, tan habilidoso como impredecible, pero confiable cuando se trataba de obtener información que no se podía encontrar fácilmente.

—¿De qué se trata, jefe? —respondió Alex, claramente dispuesto a seguir sus instrucciones.

—Quiero que encuentres todo lo que puedas sobre una chica. Se llama Clara Morgan. No te preocupes por detalles, solo haz lo que sabes hacer. Todo, absolutamente todo lo que puedas encontrar sobre ella.

Hubo un momento de silencio, el tipo de pausa que ocurría cuando alguien estaba procesando la solicitud, probablemente preguntándose si lo que Julian pedía estaba dentro de los límites de lo moral.

—¿Todo? —preguntó Alex, con una ligera sonrisa en su voz—. ¿Esto es por la chica de la boda?

Julian no respondió de inmediato, pero la mención de la boda lo hizo sonreír internamente. No le gustaba admitir que Clara lo había dejado inquieto, pero el hecho de que Alex lo supiera solo lo hizo más interesante.

—Sí, ella —dijo, con voz controlada—. Quiero saber todo lo que puedas averiguar sobre su vida. Su trabajo, sus relaciones, sus redes sociales, su rutina. Quiero encontrar algo que me dé ventaja.

Alex asintió sin dudar.

—En cuanto esté listo, te lo paso. Tranquilo, Julian, no se me escapa nada.

Colgó y se quedó mirando la pantalla de su computadora durante unos minutos. A Julian no le gustaba sentirse vulnerable, y Clara le había causado precisamente eso: una sensación de vulnerabilidad que no estaba dispuesto a permitir. Todo su mundo había estado cuidadosamente controlado hasta ese punto, pero con Clara Morgan, algo había cambiado.

Horas después, mientras revisaba un par de correos pendientes, Julian recibió un mensaje de Alex. Era un archivo comprimido con la información que había solicitado.

Abrió el archivo sin perder tiempo y comenzó a leer con rapidez. Sabía lo que buscaba: cualquier detalle que pudiera sorprender a Clara, algo que la sacara de su zona de confort.

Clara Morgan, 22 años, trabajadora en una agencia de publicidad en el centro de la ciudad. A pesar de no tener un título universitario de diseño, había escalado rápidamente dentro de la agencia gracias a su ingenio, creatividad y la forma en que lograba conectar con los clientes. Su nombre estaba empezando a sonar en el círculo de los publicistas más jóvenes, y la agencia estaba comenzando a poner más proyectos importantes en sus manos.

Julian se detuvo un momento al leer esto. Una publicista, pensó. Interesante. Ella no solo tenía un trabajo donde destacaba, sino que tenía una visión y habilidades que podrían sorprender a cualquiera que la subestimara por su actitud relajada.

Mientras seguía escaneando el documento, vio que también estaba involucrada en varios proyectos personales relacionados con el marketing digital, y que sus redes sociales estaban muy alineadas con su trabajo. Tenía un blog de publicidad donde compartía consejos para otros creativos y estrategias que usaba en la agencia. Julian no pudo evitar notar que su blog mostraba un lado mucho más serio y meticuloso de Clara, algo muy diferente a la imagen impulsiva que había mostrado en la boda.

Luego, encontró detalles sobre su vida personal. Vivía sola en un pequeño apartamento, y se la veía como alguien independiente que disfrutaba de las cosas simples. Sin embargo, había algo que le intrigaba aún más: Clara estaba constantemente rodeada de amigos, pero nunca parecía quedarse demasiado tiempo en el mismo círculo. Eso podría significar que no le gustaba apegarse demasiado, o simplemente que su vida era más compleja de lo que parecía a simple vista.

A continuación, investigó sobre su círculo cercano. Noah Parker, su mejor amigo, quien también estaba involucrado en algunas de las actividades profesionales de Clara, parecía tener una relación de confianza con ella, casi como un confidente. Julian sabía que había algo más entre ellos, aunque no era el momento de adentrarse en eso.




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