No estaba en el plan

Capítulo 12: El Peso de la decisión

El aire frío de la madrugada se colaba a través de la ventana del café, pero Clara apenas lo notaba. Su mente estaba a mil por hora, atrapada entre las palabras de Julian y el mensaje que acababa de recibir. "No confíes en él". Las palabras se repetían una y otra vez en su cabeza como un eco, mientras su mirada permanecía fija en la pantalla de su teléfono, el teléfono que aún vibraba con la incertidumbre de lo que acababa de suceder.

Miró a Julian, quien la observaba con una calma inquietante. Algo había cambiado en él desde que le mostró el mensaje, un leve destello de tensión que ella no había notado antes. Tal vez no era tan confiable como él parecía. O tal vez, solo tal vez, la advertencia en su teléfono no era más que un truco de alguien que quería interrumpir lo que estaba a punto de suceder.

—¿Quién me está advirtiendo, Julian? —preguntó, su voz un susurro tenso, mientras levantaba la vista hacia él. Su tono estaba impregnado de desconfianza, aunque aún había algo en su interior que no podía negar: la curiosidad.

El silencio se alargó entre ellos. Julian no respondió de inmediato. Sus ojos se entrecerraron y su expresión se endureció por un momento, como si estuviera evaluando qué decir y qué no.

—Eso... —comenzó finalmente, pero luego se detuvo y bajó la mirada hacia su taza de café, como si no supiera cómo seguir.— Eso no es algo que te deba preocupar ahora. Lo importante es que estás aquí, y eso significa que has decidido tomar parte de esto, para bien o para mal. Y aunque todo esto parece una trama sacada de una película, créeme, es real.

Clara lo miró fijamente. No quería que sus emociones nublaran su juicio, pero algo en el tono de Julian la hacía sentir que estaba a punto de involucrarse en algo mucho más grande de lo que podía imaginar. Algo peligroso.

—¿Qué es lo que realmente está pasando, Julian? —insistió Clara, su voz con una firmeza que no sentía desde hacía mucho tiempo. No le importaba si él pensaba que estaba tomando demasiadas preguntas, necesitaba saber en qué se estaba metiendo.

Él la miró por un momento largo, como si pensara que quizás había llegado el momento de revelarlo todo. Y, sin embargo, la tensión seguía siendo palpable.

—El "Archivo X" —dijo finalmente—, es un conjunto de información muy confidencial que involucra a varias figuras importantes en el mundo de los negocios, la política y la tecnología. Pero hay algo más, Clara. Este archivo tiene el poder de cambiar el rumbo de las cosas. Si llega a manos equivocadas, puede desatar una guerra. Una guerra que no se libra con armas, sino con secretos.

Clara lo miró, sin poder procesar completamente lo que escuchaba. ¿Cómo podía ser esto real?

—¿Qué secretos? —preguntó, casi sin querer saber la respuesta. Pero ya no podía detenerse.

—Personas influyentes, compañías de tecnología, gobiernos... Todos tienen algo que ocultar. Este archivo contiene información tan poderosa que podría destruir imperios enteros si se hace público. Y las personas que lo tienen... no son personas que quieras tener como enemigos. Eso te lo aseguro.

Clara tragó saliva. La gravedad de la situación empezaba a calar en ella. El mensaje que había recibido, la advertencia de alguien que desconocía... ¿sería esa la razón de tanta cautela?

—¿Por qué me necesitas, Julian? ¿Por qué no lo haces tú solo? —preguntó, sin poder dejar de cuestionar cada palabra.

Julian la miró fijamente, como si por fin entendiera que no podía seguir ocultando la verdad. Su mirada se suavizó un poco, pero la seriedad no desapareció.

—Porque necesito a alguien que pueda hackear sistemas de una manera más discreta que yo —respondió, con un tono de voz más grave que antes—. Tengo habilidades, pero no en todo. Y esta es una situación en la que se necesitan manos limpias, Clara. Manos que no estén marcadas por el pasado.

Clara frunció el ceño, recordando lo que él le había dicho anteriormente sobre su trabajo. Un trabajo que se mantenía en las sombras, un trabajo con el que se había ganado su puesto en esa misteriosa organización. Pero, ¿qué era lo que realmente lo conectaba con todo esto?

—¿Qué pasa con tu pasado, Julian? —preguntó, sin pensar demasiado en las implicaciones de sus palabras. Ella ya había estado en contacto con muchas personas con secretos, pero algo en Julian le decía que él no era solo un hombre con una vida compleja. Había algo más, algo que él no estaba revelando.

Julian la miró por un segundo con un destello de sorpresa en los ojos, como si no esperara esa pregunta. Pero luego, como si una muralla invisible se levantara, su expresión se endureció una vez más.

—Eso no importa ahora —dijo, su tono de voz algo más frío—. Lo que importa es lo que está por venir. Si decides ayudarte, me ayudarás a asegurarnos de que este archivo no caiga en las manos equivocadas.

Clara sintió un nudo en el estómago. Todo esto no tenía sentido. Pero lo que sí entendía era que si se alejaba ahora, no obtendría respuestas. Y más importante aún, se perdería en el misterio que Julian había desenterrado. Algo grande estaba ocurriendo, y ella ya estaba demasiado involucrada como para dar un paso atrás.

—Entonces, ¿qué hacemos ahora? —preguntó, la determinación en su voz revelando que ya había tomado una decisión.

—Primero, tenemos que conseguir la ubicación del archivo. —Julian se levantó y, sin esperar una respuesta, comenzó a caminar hacia la puerta—. Y después, tendremos que hacerlo desaparecer... antes de que sea demasiado tarde.




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