No estaba en el plan

Capítulo 15

La estación de trenes estaba desierta. El aire estaba impregnado de un silencio pesado, interrumpido solo por el eco de sus pasos al caminar por el andén. Clara no sabía por qué, pero una sensación extraña se apoderaba de ella. Cada rincón de aquel lugar parecía estar cubierto por un velo de misterio, como si las sombras pudieran hablar si alguien prestaba atención. Algo más la esperaba allí, pero no podía precisar qué.

El hombre había sido claro: “Ve a la vieja estación de trenes”. No le había dado más detalles, solo una ubicación y una advertencia: Ten cuidado, no eres la única que busca respuestas. ¿Qué significaba eso? ¿Quién más estaba detrás de todo esto?

Clara se detuvo frente a una antigua taquilla. Las luces parpadeaban y, a través de las ventanas rotas, la oscuridad de la estación se adentraba en el interior. De repente, escuchó un ruido proveniente del fondo del andén. Algo se movía en la penumbra. Su corazón latió con fuerza, y un escalofrío recorrió su espalda. Era imposible estar segura de lo que estaba ocurriendo. Pero en su interior, sabía que tenía que avanzar. No podía dar marcha atrás.

Avanzó con cautela, guiada por una extraña intuición que la impulsaba a continuar. A medida que se acercaba a la fuente del ruido, vio una sombra moverse rápidamente entre los vagones antiguos. Clara apretó los puños, respiró hondo y decidió enfrentar lo que fuera que estuviera esperando.

Al llegar al final del andén, encontró una puerta entreabierta. A través de ella, la luz de una lámpara titilante iluminaba un pequeño cuarto. Dentro, alguien la observaba. Era un hombre de mediana edad, con una expresión seria y calculadora. No parecía sorprendido de verla allí. De hecho, su rostro era el de alguien que ya lo esperaba.

—Clara —dijo, como si todo lo que había sucedido hasta ese momento estuviera escrito en un guion que ambos ya conocían—. Has llegado.

—¿Quién eres? —preguntó Clara, sin rodeos. Estaba cansada de las respuestas vagas y las medias verdades. Necesitaba claridad.

El hombre sonrió levemente, como si le resultara entretenido ver su frustración.

—No soy alguien importante. Solo soy una pieza del rompecabezas que estás intentando resolver. Pero si quieres respuestas, vas a tener que entender que lo que te han contado no es toda la verdad. Hay cosas que ni Julian, ni yo, ni nadie te ha dicho.

Clara lo miró fijamente, la intriga mezclada con desconfianza. ¿Qué quería decir con eso? ¿Qué parte de la historia le faltaba por conocer?

—¿Qué me están ocultando? —preguntó, con la voz firme pero tensa. La sensación de estar atrapada en una red de mentiras la estaba consumiendo.

El hombre dio un paso hacia ella, y su tono se volvió más grave.

—Julian no te ha contado toda la verdad. Él no está completamente a tu lado. Es cierto que te ha estado protegiendo, pero hay un juego más grande en marcha, y tú, Clara, eres más importante de lo que imaginas. La tarjeta que te dio… es solo el comienzo. Pero lo que no sabes es que Julian está involucrado en algo que podría cambiarlo todo.

Las palabras del hombre la golpearon como un rayo. El aire se volvió denso, y la confusión aumentó. ¿Qué significaba eso? ¿Cómo podía ser posible?

—¿Estás diciendo que Julian no es quien dice ser? —Clara apenas podía procesar la información. La idea de que Julian pudiera estar involucrado en algo más oscuro la desconcertaba. Todo lo que había creído sobre él estaba ahora en duda.

El hombre asintió lentamente, como si todo fuera evidente para él.

—Lo que te ha dicho sobre tu rol en esto, sobre tu conexión con él… no es todo lo que hay. Hay un objetivo más grande en juego, y tú eres la clave, Clara. La tarjeta que tienes… es solo una pieza de un plan mucho más complejo. Pero antes de que puedas entender lo que realmente está pasando, debes saber que no todo el mundo juega limpio. Ni siquiera Julian.

Clara sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor. ¿Julian? ¿Qué había estado ocultando? No podía entender cómo todo eso encajaba. La persona en la que había comenzado a confiar, en quien había visto una especie de aliado, ahora parecía tener secretos oscuros. La posibilidad de que él estuviera involucrado en algo peligroso la hizo sentirse traicionada, aunque no sabía si sus sospechas eran correctas.

—¿Por qué me estás diciendo esto? —preguntó, aún tratando de asimilar la magnitud de lo que acababa de escuchar.

El hombre la miró fijamente, su rostro inexpresivo, como si su papel estuviera ya cumplido.

—Porque ahora tienes que tomar una decisión, Clara. Puedes seguir confiando en Julian y continuar con lo que has estado haciendo, o puedes tomar el control de tu destino y empezar a buscar las respuestas por ti misma. Pero no te engañes, el camino no será fácil. Habrá más mentiras, más secretos, y más personas que intentarán manipularte. Solo tú podrás decidir qué camino tomar.

Antes de que Clara pudiera responder, el hombre dio un paso atrás y se desvaneció en la oscuridad de la estación, como si nunca hubiera estado allí. La habitación quedó en silencio. La confusión de Clara se apoderó por completo de su mente. Tenía tantas preguntas sin respuestas, tantas piezas sueltas que ya no sabía por dónde empezar.

A medida que la realidad comenzaba a asentarse, una sensación de impotencia la invadió. Todo lo que había creído sobre la situación, sobre Julian y sobre lo que estaba sucediendo, parecía desmoronarse. No podía confiar en nadie. Ni siquiera en él.




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