No fue al final

No fue al final.

Capítulo 1

Febrero de 2013, se daba el inicio de clases en mi pueblo, mi agradable pueblo para ese entonces; Fabián Angarita mi nombre. No era ese muchacho estudioso que cualquier mujer quiere, y no quería saber nada de colegio, nada de estudio, era un pobre repitente, sin animo, sin ganas de aprender; por mi madre y por mi bien tuve que asistir. Tenía todo fríamente calculado como el chapulín, esperaba quedar en el mismo salón de mi gran amigo Stwarth, también repitente de noveno grado y así subir rápidamente a decimo, en ese entonces era posible si aprobabas todas tus materias el primer periodo, pretendía unirme con él y así lograrlo. 

Cuando llegue al Colegio, un poco apenado y con razón, busque mi nombre en cada lista de los salones donde podía estar, mire y no me encontré, me irrite porque no fue como lo había planeado, Stwarth quedo de un lado, yo aún no sabía en qué salón estaba, seguí con mi búsqueda, restaban tres salones y me halle por fin, mi nombre estaba en 9-1 en el que menos pensaba o quería estar y entre en ira y en fastidio, nada salió como quería, todo cambio, no salió del corte que esperaba. Ese salón estaba repleto de nerds, y niñas de esas picadas, de esas que dejaban al más débil aun lado, de las muchas niñas de papi y mami, de las que veían tu pinta antes que tu intensión y tu corazón. Inmediatamente salí a contárselo a mi amigo, que se enojó pero al final tuvo un poco de burla por el lugar donde quedé. 

Ya había pasado un buen tiempo y no quería entrar a aquel lugar, pero no tenía opción ¿ qué más podía hacer? mi apariencia no era nada alentadora, mi cabello muy largo y mi mirada apagada y una pinta de ñero que nadie me quitaba, y no sonreía a menudo, y mis cejas pobladas hacían ver un rostro frio en mí. Cuando entre, con mi mirada para abajo, todos me miraron raro, eso se siente, yo lo sentí, al intentar tomar asiento, mi cabeza de la nada dio una curva rapidísima hacia la izquierda, como si hubiera recibido una bofetada, y allí mire y allí estaba ella, y me sonrío, y fue la sonrisa más linda y la boca más brillante que había visto en mis años de ñero, fue especial y nunca sabré si ella lo recuerda tan bien como yo. Tome asiento, claro, también lancé una pequeña sonrisa para ella. 

 La sonrisa o no sé si fue risa, se gravo en mí, era extraño. Una risita diminuta se veía en mi rostro cada que pensaba un poco en ella. No podía gustarme así de la nada, pensaba que era amor a primera vista, pero ya la había visto antes, así que lo descarte, además tenía novia, y estaba seguro de mi amor por ella, su nombre era Yulitza, una niña divina, de cabello churco y de una personalidad única, con un carisma encantador y un cuerpo muy complejo de ignorar.

A ella, no ha Yulitza, si no a ella, ya había intentado conquistarla y hablábamos desde mucho antes y la pretendía para que fuese mi novia y le decía que me gustaba y cosas de esas que dicen los jóvenes, la parlee como diría yo, hablamos un par de veces y ¿saben? no recuerdo que su sonrisa fuese así o que me impactará y provocara otra en mí. Nunca olvide lo que dijo: "Yo soy muy loca, usted no me soportaría" y cosas de ese tipo. Siempre fui muy tímido y no pude decir nada, y creo que me gustaba o no sé, quizá fue solo algún capricho mío. Paso el tiempo y no supe mucho de ella, en las noches la veía pasar en su moto, que siempre reconocí por su sonido alarmante, algo así como un helicóptero sin exagerar. Fue todo muy raro, era como si cuando la vi por primera vez tuviera vendado los ojos, ni vi esa luz, ni me percaté de sus ojos o el cabello, no vi brillar su boca, ni causo en mi esa estúpida pequeña sonrisa, fue como que ahora que la vi, pude verla bien, era otra persona.

 Nos acercamos significativamente, hablamos todo el tiempo en todas las clases, realmente era mucho, éramos de un lado para otro, mi lugar era atrás y ella me acompañaba siendo su puesto delante,  mucho más adelante del mío. Cantidad de regaños recibimos por hablar o por estar distraídos, no la montaban los compañeros, que creían que estábamos enamorados o que nos gustábamos, porque supuestamente ellos, eso parecíamos, que solíamos ser la pareja del momento; Yulitza se inquietó por todos esos comentarios, con mucha razón, decía: "Usted parece más novio de ella que mío" y así era, con mi novia muy poco hablaba, y con ella era a cada momento y en todas las clases juntos y en realidad parecíamos novios, solo faltaron los besos, y tomarnos de la mano, porque las miradas no faltaron nunca y las sonrisas coordinadas siempre les daba de que hablar a los compañeros.

Recuerdo muy bien que la clase en la que más permanecíamos era la de inglés, ahí solíamos ser pareja de trabajo, hablábamos tanto, casi no ponía atención,  era distraído con ella, y una vez me sacaron del salón, no sé si por su culpa o mía, o de los dos, igual la profe Edith me vio y me ordeno salir, en ese momento copiábamos un cuadro, yo no pude, no estaba en clase, ella por la pena o la culpa copio el cuadro en la mitad de un cuaderno mío, fue lindo que lo hiciera, de alguna manera me ayudo habiéndome ya perjudicado, y quedamos paz y salvo. 

Pasaron semanas, mi plan seguía siendo el mismo: ascender a decimo lo antes posible, lo había acordado así con mi madre y no podía fallar, no lo merecía.

Ella y yo nunca nos separamos en aquel tiempo, reímos y creció de gran manera nuestra amistad, la estúpida pequeña sonrisa se hacía más fuerte, su boca brillaba cada día más y más;  yo conocí otra chica, rubia de ojos claros, su nombre es Dana, fue mi novia un buen tiempo ese año, la quise mucho pero no era nada comparado, no me sentía, como me sentía con ella, aun sin ser nada, siendo amigos, compañeros de colegio, en etapa de conocimiento.

Alguna vez imagine que yo le gustaba a ella, tuve razones aparte de su mirada y sus gestos para con migo, un día, más exactamente un descanso, me encontraba sentado junto a mis amigos y no sé cómo ni por que llego ella allí, pero no creía que Dana er mi novia y para comprobarlo me pidió que fuera hasta allá y le diera un beso, yo no lo vi tan difícil, lo hice, la bese frente a ella. Cuando volvía, se fue, la note enojada, celosa, celosa de que yo besara otra mujer, y me sorprendí y me alegre por dentro. No sé si fueron celos o que le sucedió, pero yo lo tome así. Desde aquel día la duda invadía mi mente, quería saber lo que le pasaba con migo, o si no le pasaba nada.



#21350 en Otros
#6324 en Relatos cortos

En el texto hay: romance, drama

Editado: 21.03.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.