No le creas a una rubia

Capítulo 2 Ryan no sabe mentir pero Henry si.

 

30 de agosto del 2018

 

Las elecciones que tomamos pueden tener dos tipos de consecuencias, pueden beneficiarnos o arruinarnos, nunca sabemos lo que sigue después de tomar una decisión dejamos la opción a la suerte y esperamos que las cosas sucedan  pero si el resultado es totalmente diferente a lo que nosotros esperamos tenemos que intentar buscar alguna solución o adaptarnos a los eventos que sucederán a continuación.

 

 

El día que todos los alumnos tenían que tomar una crucial decisión había llegado, y no, no era la elección para mandar solicitudes a las universidades sino que era el momento de elegir la clase extra que todos obligatoria mente tenían que pasar para poder terminar su curso escolar. Las opciones eran bastante limitadas, existían 4 diferentes en las cuales cada alumno podía elegir solo una y no podía tener el derecho de cambiar de opinión al ultimo momento . Primero estaba la clase de carpintería que para aquellos que se les daba la construcción y el armado sería una muy buena opción, en segundo la clase de fotografía para aquellos amantes de capturar momentos , en tercer lugar la clase de pintura para esos que necesitaban expresar sus emociones y sentimientos a través del arte pero la mayoría de personas que entraban allí eran del sexo femenino ya que el maestro que impartía esa clase tenía un atractivo bastante agradable y por último estaba la clase al servicio de la comunidad que cada año realizaba una actividad diferente, este año sería el de literatura para niños y jóvenes, en donde los alumnos compartían sus conocimientos literarios hacia niños y jóvenes de escasos recursos. Finalmente todo ese esfuerzo y conocimientos adquiridos serían presentados al final del último semestre de la preparatoria, en donde cada clase presentaría sus mejores trabajos y el alumno que lograra proyectar el mejor trabajo ganaría una beca completa a la universidad de Oxford en Inglaterra, así que el estrés entre los alumnos era bastante palpable.

 

 

-¿Y si me voy a carpintería?

 

-Puede ser, pero recuerda que eres alérgica al polvo y trabajan con muchas herramientas.

 

-Cierto, también sería mucho trabajo.

 

-¿Y al servicio a la comunidad?, Esa sería una opción buena-comentó Alex mientras miraba a los alumnos pasar caminando frente a ella.

 

-No, espera, tendría que trabajar con niños-Kendall rayo esa opción de su hoja de clases y miro a Alex. Ambas estaban sentadas en una de las bancas de los pasillos de la escuela-no me gustan los niños.

 

-Entonces, ¿Qué vas a hacer?-preguntó Alex con interés.

 

-Pues entrare a pintura, aunque no tenga ni idea cuáles son los colores primarios por lo menos podré deleitarme el ojo con Bruno-contesto Kendall, refiriéndose al maestro de Pintura que casualmente también era el mejor amigo de toda la vida del hermano mayor de Alex. Luego de analizarlo unos segundos más Kendall escribió su nombre en la solicitud que tenía en sus manos y tachó el recuadro de las opciones de clases donde decía pintura-y aparte estaré contigo.

 

-Si...sobre eso-dijo Alex con voz débil y recompuso su postura-este año decidí tomar el servicio a la comunidad.

 

-¿Estas jugando verdad?-preguntó Kendall fingiendo una sonrisa, que se borro al instante en el que no vio señales de duda en la mirada de su mejor amiga-¡No puedes hacerme esto!

 

-No te estoy haciendo nada-Alex se levantó de su lugar y comenzó a caminar intentando evadir el sermón que a continuación Kendall le iba a dar-es solo que me gusta mucho la literatura y pensé que sería una buena opción el compartir mi amor por algo a las demás personas, no lo hice con la intención de que te enfades conmigo.

 

-Podría culparte por traición a nuestra unidad no sanguínea a la que llamamos amistad-se colocó enfrente de Alex intentando que esta dejara de caminar rápido-pero no lo voy a hacer, así que tendré que ser recompensada por este acto de humildad que te estoy haciendo.

 

-Estoy tan confundida que no se que contestar eso-Alex frunció los labios pensativa y añadió-así que por seguridad diré que si.

 

-Esa es la respuesta que quería escuchar.

 

 

 

 

Henry acomodó su corbata del uniforme mientras caminaba por los pasillos del Seattle elite intentando buscar a sus dos mejores amigos. 

 

El Seattle elite tenía una historia bastante amplia ya que había prevalecido desde el año de 1950 hasta esos días en donde aún se situaba con los mismos cimientos y la misma estructura clásica de su época de fundación  donde contaba con un terreno bastante grande que abarcaba las canchas de fútbol americano, la de tenis, la de básquetbol y la de fútbol soccer, en donde también se encontraba la piscina olímpica , el invernadero y el edificio de dos pisos en donde se llevaban a cabo las clases normales y donde también estaban las oficinas principales y el gran auditorio; era del conocimiento de muchos que el Seattle Elite era una de las escuelas más prestigiosas de Estados Unidos no solo por su amplitud de terreno y de áreas recreativas sino de los niveles académicos tan altos con los que se desarrollaba, ya que la mayoría de alumnos que egresaban de ese colegio se convertía en grandes figuras de poder tanto en lo social como en lo político y económico así que cualquiera que conociera su historia y tuviera hijos menores de 18 años sabía que la mejor opción para la educación de sus hijos era el Seattle Elite, aunque claro el nombre también dice mucho si tomamos en cuenta que el 98% de los alumnos eran hijos de gente con mucho poder en el país, así que no cualquiera tenía el privilegio de entrar. En casos destacables se encontraban Henry y su hermana, ya que ellos pertenecían a uno de los imperios millonarios más grandes de Estados Unidos,  en donde también cada uno reunía una fortuna bastante considerable dado que ambos habían heredado los bienes repartidos de sus padres.



#29573 en Novela romántica

En el texto hay: novelajuvenil, apuesta, amor

Editado: 09.08.2020

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