No le creas a una rubia

Capítulo 5 El nieto perfecto

14 de septiembre del 2018

 

-De todas las cosas que me pude haber imaginado que pasaran, está era la última.

 

-¿Enserio?-preguntó incrédulo Malcom-no pudiste analizar que si entrábamos a un lugar ilegalmente, en la madrugada y siendo menores de edad esto sería lo primero que pasaría.

 

Ryan se quedó pensativo-No, la verdad que no.

 

-Eso explica mucho-dijo Henry sentado en el suelo de la celda con la espalda recargada en la pared y los brazos cruzados-porque la idea en primer lugar fue tuya.

 

-¿Según quien?-refutó Ryan.

 

-Según la realidad, ¿Quien de los tres es el único idiota que tendría una idea como esa?-Ryan volvió  quedarse pensativo-¿Quién de los tres aun estando no borracho tomaría una decisión como esa?

 

-Ryan-contesto automáticamente Malcom.

 

El aludido los miro ofendidos, hizo una pataleta y se movió de la incomoda banca de metal hacia  una de las esquinas de la celda con el propósito de alejarse de sus amigos, algo que era en vano puesto que el lugar en donde estaba era bastante reducido.

 

Esa noche quizá no había sido una de las más alocadas y tampoco era su primera vez compartiendo celda, lo que si tenía de diferente es que era el período de tiempo en donde Henry tenía que demostrarle a su abuelo que era lo suficientemente capaz para dirigir su propia vida, hecho que no estaba logrando del todo.

 

Habían entrado ilegalmente a la aguja espacial, luego de haber estado desde las 10 de la noche bebiendo en uno de los miradores de Seattle, entonces la combinación entre alcohol y  malas decisiones los había llevado de nuevo a estar tras las rejas hasta que alguno de sus padres, o abuelos en el caso de Henry, quisiera hacer acto de presencia para sacarlos de ahi. 

 

Henry se quedó pensativo, analizando los distintos panoramas que pudieran suceder luego de que su abuelo se enterara que otra vez estaba en la cárcel, fue optimista al creer que si se enteraba primero que los periodistas las cosas no llegarían a tanto porque si era al revés todo se podía poner muy feo.

 

 La primera vez que los habían arrestado fue alrededor de los 15 años, justamente en el cumpleaños de Malcom en un yate en las costas de Miami, la situación se había dado cuando "accidentalmente" Henry usó una pistola de bengalas para fingir que le disparaba a Ryan pero la situación se salió un poco de control cuando ambos forcejearon con la pistola y accionaron la bengala que salió directa hacia el muelle de la bahía. Desde ese momento las travesuras fueron subiendo de a poco hasta ese momento, en donde era su sexta vez estando en la cárcel.

 

Quizá fuera una persona que se destacara por su alto nivel académico y popularidad pero eso se compensaba también  con su enorme facilidad en meterse en problemas junto con sus dos mejores amigos. 

 

-Que asco de vida-comentó Ryan recargando su espalda sobre las rejas.

 

-Ni me lo digas, mis padres ya me habían advertido que si tenían que volver a venir a sacarme de la cárcel, y las universidades se enteraban de esto, me fuera olvidando de todo mi fideicomiso-se quejó Malcom mirando somnoliento a sus amigos, ya que eran las altas horas de la madrugada y aún no habían logrado salir.

 

-Pues, en mi caso una raya más al tigre no hace daño-dijo Ryan con fingido desinterés.

 

-Yo ni siquiera se que pasara luego de esto-Henry comenzó a sentir un mal sabor en la boca, que no sabia si era por todo el alcohol consumido o por lo mal que le ponía la situación en la que estaba-el ambiente esta demasiado tenso en casa, y con esto no se que decisión vaya a tomar mi abuelo en cuanto a mi, y tampoco es que me importe- se encogió de hombros despreocupado-en dos semanas sere mayor de edad, así que ya lo estoy escuchando...

 

-¡Henry Daltod!

 

Los tres chicos se giraron hacia el policia que empezaba a abrir su celda.

 

-Pagaron su fianza, pueden irse.

 

-¡Aleluya!-exclamo Malcolm saliendo detrás de Henry, se giro esperando ver a Ryan detrás suyo pero seguía recargado contra los barrotes de la celda-¡Vamonos, Ryan!

 

Ryan empezó a negar varias veces con la cabeza nervioso.

 

-¡Ryan, vámonos!-Malcom lo tomo del brazo para jalarlo pero este se abrazo a uno de los barrotes.

 

-¡No me quiero ir!-lloriqueo.

 

-¿Por qué, loco?-pregunto extrañado Malcom.

 

-Es que no era enserio de que una raya más al tigre no hacia daño-hizo puño su mano y se la mordió-si regresó a casa y mis padres saben que estuve en la cárcel...otra vez. No solo me deshereda sino también que  me echaran de mi casa, me mataran y lanzaran mi cuerpo a los perros...¡Yo no tengo perros!

 

-No seas dramático ¡Por el amor de Dios!-Henry se acerco y le agarro  un brazo, mientras que Malcom le agarro el otro-vamos a hacer lo posible para que no se enteren, así que relájate y no causes un escándalo más grande.

 

Ryan volvió a hacer puchero y patalear mientras que Malcom y Ryan lo arrastraban hacia afuera.

 

Siguieron al oficial hacia la ventanilla donde les entregarían sus pertenencias, cada uno empezó a guardar sus cosas.

 

-¿Quién habrá venido a sacarnos?-le preguntó Malcom a Henry. Este, empezó a buscar con la mirada entre toda la gente que se encontraba en la comisaría a un rostro conocido, fue entonces cuando diviso a Ian Maxwell platicando con unos polícias.

 

-El padre de Bruno-contesto. 

 

Ian Maxwell, en sus tiempos de juventud fue mejor amigo de los padre de Henry, John Daltod y el padre de Alex, Raymond Warlock. Los tres  crecieron juntos por la misma causa que sus hijos convivían, la familia de Ian pertenece a un gran linaje de grandes abogados los cuales han formado parte desde hacia décadas del equipo legal de Warlock Corporation, aunque algunas veces también intervinían en asuntos personales como en el que estaban en ese momento. Irónicamente Bruno, su hijo, también era el mejor amigo de Rodrick Warlock.



#29616 en Novela romántica

En el texto hay: novelajuvenil, apuesta, amor

Editado: 09.08.2020

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