—Bien, bien. Ya estás aquí, no te arrepientas y toca el timbre —pensaba mientras me decidía si apretar el timbre o no.
Seguía sin saber cómo iniciar una conversación con Vanessa, y más importante, como decirle que su sueño se había hecho realidad. No me consideraba alguien especialmente platicador, el solo hecho de iniciar una plática. me hacía sentir unos nervios que hicieran parecer la situación de vida o muerte. Mientras seguía cuestionando si tocar o no, un gato negro salió de un arbusto maullando, asustándome y haciendo que apretará el timbre de la puerta accidentalmente.
—¡Bendito gato del abismo negro! Si serás una molestia del mundo animal y humano —Me enojé internamente con el gato.
Y ahora con el inconveniente, solo era cuestión de tiempo para esperar a que Vanessa bajara y abriera la puerta. En estos momentos, agradecería al cielo si ella no estuviera en casa o estuviera durmiendo profundamente, pero mis esperanzas se fueron abajo cuando vi que la habitación superior se iluminaba. Después de unos 5 minutos, se abrió la puerta, revelando a Vanessa que andaba con un pijama azul mientras sostenía un peluche de pato en su brazo izquierdo.
—¡Buenas noches Thiago, adelante pasa! —Abrió la puerta de par en par, haciendo una seña para que pasara.
—¡Buenas noches Vanessa! Disculpa que te moleste a esta hora, pero solo puedo hablar de esto contigo —Me senté en el sofá de la sala mientras Vanessa me daba una taza con té de manzanilla.
—No tienes de que preocuparte, aunque estas de suerte, ya que mis padres y hermana salieron a una fiesta nocturna, y como tenía mucha tarea acumulada, no pude ir. Pero regresando al tema, ¿de qué querías hablar conmigo? —preguntó Vanessa dando un sorbo a su taza.
—Sobre eso… —Tragué saliva y suspiré—. Tengo que hablarte sobre el sueño que me contaste en la biblioteca, ¿lo recuerdas? —.
—¡Por supuesto que sí! ¿Se hizo realidad? —preguntó sorprendida, dejando su taza en la mesita.
—Si. Lastimosamente si, ese día sucedió lo que dijiste, en la noche cuando cerré la puerta, se desató un caos y ahí mismo pude alcanzar a ver una sombra de dos metros intimidante y aterradora, quería mandarte mensaje, pero pensé que sería mejor hablarlo el lunes en la universidad, sin embargo, hoy en el trabajo volvieron a suceder cosas paranormales, escuchaba voces y sentía un frio que calaba mis huesos, así que tuve que mandarte un mensaje, y heme aquí ahora —explique.
—Entiendo. Bueno, parece que tienes un problema grave —comentó Vanessa con una cara de preocupación.
—Pero, puedes ayudarme, ¿no? —pregunté dando un sorbo al té con una mínima esperanza.
—Yo no puedo, pero mi hermana Miree tal vez pueda, a ella le gusta mucho lo paranormal, tal vez pueda ayudarnos, pero primero necesitaremos conseguir evidencias —explicó la chica.
—Menos mal, por lo menos hay una forma de solucionar todo esto —dije soltando un suspiro de alivio.—No es 100% seguro, pero hare todo lo posible para ayudarte, después de todo desde que te dije lo que vi en mi sueño, me involucré en esta situación —dijo con una risa suave.
—Gracias Vanessa, te lo agradezco enserio. Pero tengo todavía dos dudas que me han dado vueltas estos días, que solo tu puedes responder —mencioné, dejando la taza vacía en la mesita.
—¡Adelante! Si puedo las contestaré —dijo con una linda sonrisa.
—Me preguntaba, ¿cómo funciona exactamente tus sueños con la realidad? ¿Cómo descubriste tu poder de los sueños? —pregunté intrigado por la respuesta, ya más tranquilo por su respuesta anterior.
—Siendo sincera… no estoy completamente segura de cómo funcionan. Sucedió cuando estaba en segundo de secundaria, había soñado con una compañera. En el sueño, ella había sido atropellada cuando iba de camino a su casa, después de morir, pude verla, como si nada hubiese pasado. Me miró y me dijo “Ten cuidado con las tardes donde se pronostica luna llena en la noche”. Al despertarme, le conté esto a mi mamá, pero solo me dijo que era una pesadilla, pero aunque una parte le creyó, otra parte no hizo lo mismo. Luego en la escuela se lo dije a mi compañera, pero pensó que solo la quería asustar y me empujó, posteriormente, me llevaron a dirección donde le expliqué a la directora mi sueño, pero solo pensó que era una niña fantasiosa y me suspendió durante una semana por difundir rumores falsos contra mi compañera. Sin embargo, dos días después, en una tarde donde se pronosticaba luna llena para la noche, mi compañera junto con su madre fue atropellada, y días después ambas murieron en el hospital. Mis compañeros que se habían enterado el motivo de mi suspensión, empezaron a crear rumores como que era el ángel de la muerte, que si te hablaba es porque ibas a morir o que era alguien que solo estaba para regar maldad y tristeza. Conforme pasaron los años, mis sueños no disminuían, por más que advirtiera a las personas, siempre hacían caso omiso y tenían un fatídico desenlace. Pero contigo fue diferente, tu si me hiciste caso, así que, por eso, aunque no sepa como funcionen mis sueños, sé que son para evitar la muerte temprana a las personas —explicó Vanessa tocando su pecho mientras me veía con una sonrisa cálida, pero también con unos ojos cristalinos tristes.
—Discúlpame, no quería hacerte recordar eso —Me acerque, quedando incado frente a ella mientras acariciaba su mano.Ella me miró, quitó mi mano de la suya, se acercó hacia mí y me abrazó. Con su permiso, la abrace, no quería pasarme de la raya, después de todo ella era una chica y yo un chico, pero también sentía como ella lo necesitaba, mientras que a su vez sentía como las lágrimas recorrían sus mejillas. Nunca me había puesto a pensar en lo difícil que debió ser su vida escolar, y como todavía esos problemas la perseguían hasta ahora, había olvidado que no soy el único con problemas, sino que cada quien tiene sus problemas, algunos demostrándolos mas que otros. Estuvimos abrazados en esa posición durante cerca de media hora, luego de darle un pañuelo y secarse las lágrimas, fui al fregadero y lavé las tazas que habíamos utilizado, mientras hacía eso, ella solo se me quedaba viendo, pensé que eso era imposible, no le di muchas vueltas, así que supuse que solo veía la ventana frente a mí. Me sequé las manos y vi por la ventana alrededor. Eran cerca de la 11:00 p.m., sin mentir, aquella vista me hacía sentir mucha ansiedad al pensar que me sucediera algo en el camino con ese ente que se aparecía de manera impredecible. Suspiré, ya estaba resignado a abrir la puerta cuando sentí un toque en el hombro.
Editado: 06.09.2025