Nuestra tarea es merodear el terreno y transformarnos cuando alguien extraño desea lastimar a nuestra familia. A Coraline y a mi nos enseñaron que somos los únicos de nuestra especie que tiene la capacidad de controlar nuestra transformación, que no hace falta esperar a que haya luna llena, eso nos beneficia mucho porque podemos defendernos sin necesidad de esperar.
Hoy se cumplen 18 años desde que me salvó la familia Sevilla y ademas mi cumpleaños, eso significa día libre, puedo cazar por mi cuenta afuera de los bosques que rodean Granada, ya era hora, tenia mucha hambre.
-¿Crees que habrá conejos en el bosque cercano a la tarde?- dijo Coraline mientras cortaba los vegetales para el almuerzo de los humanos Sevilla. -¡O tal vez un venado!, desde hace meses quiero comer venado- dije agarrando una manzana y dándole un mordisco. -Yo prefiero un jabalí-dijo Coraline con cara de babearse por probar la carne tibia y dulce del jabalí. -Mejor terminemos de cocinar antes de que la Alfa se enoje con nosotros y no nos deje ir a cazar-dije terminando de cortar los vegetales y sacando los condimentos para el almuerzo. A la tarde salimos Coraline y yo hacía el oscuro bosque, nos transformamos y empezamos a escuchar las pisadas de cualquier ser viviente excepto nosotros.
Caminamos por el bosque Coraline y yo, y vimos una figura, parecía ser un búho. Coraline saltó sobre la figura con un mirada asesina, solo se vio su sombra agazaparse hacia esa figura, se escucharon unos quejidos de el animal sufriendo heridas de Coraline... ella ya tenia su presa.
Mientras ella disfrutaba su festín, yo fui a buscar algo mas grande. luego de 1 hora de caza encontré mi aperitivo un hermoso bisonte, me tire sobre el con mis garras y mis dientes sobre su cuello, pero el bisonte se resistía y casi me clava uno de sus cuernos en mi estomago, una mordida en su lomo y una en el cuelo terminó su resistencia. Luego de estar bien satisfecho fui a buscar a Coraline, nos fuimos de nuevo hacia la mansión como ganadores luego de nuestra caza.