- ¡Ayuda, un monstruo! - Dijo el intruso.
Esto ultimo lo dijo de manera ahogada contra el suelo, pues había saltado sobre el, acto seguido lo arrastre sujetándolo del hombro con los dientes, liberando alguna que otra sacudida por instinto, hasta que oí en mi madre decir:
- ¡Gustavo detente!, creo que quiere hablar- .
Lo solté pero me mantenía preparado para atacar en cuanto ella me lo pidiera.
- ¿Quien eres y que haces en nuestras tierras? - Dijo mi madre apuntándolo con su ARM 454 Casull Auto.
- Mi nombre es Ethan Blake, soy un mensajero - Dijo el intruso.
Le gruñí tan fuerte que se me cayó saliva de tanto temblor en mi boca.
- No has respondido porque estas aquí - Dijo mi madre levantando su mano para darme la orden de ataque.
- ¡Espere!, vengo a entregar una carta a un tal Gustavo Sevilla - Dijo el hombre.
Mi madre bajo su mano y le apuntó su ARM.
- ¿De parte de quién? - .
- De su familia, Los Collinwood- Exclamó él.
- Muéstrame esa carta - Dijo mi madre.
Él le dio la carta a Gabriela y ella lo guardo en el bolsillo de la silla de su caballo.
- Bien, la entrega ya está hecha, vallase de nuestras tierras... a menos que quiera ser comida de hombre lobo - Dijo mi madre poniendo su mano en alto.
Observé de manera maliciosa a mi madre, relamiendo mis labios. La idea era tentadora ya que me sentí cautivado en el sabor de su sangre.
- ¡Mátalo!, nadie debe saber que eres un hombre lobo -Dijo mi madre yéndose montando su caballo.
- Por favor, ten piedad de mí, no le diré a nadie que eres una bestia sin razón - Dijo aterrado.
Eso me dolió.
- ¿Y quien tiene piedad de mi?-
Cuando mi madre se fue, me sacudí egocéntricamente levanté una garra y lo tome del cuello, elevándolo hasta sobrepasar mi cabeza, para arrojarlo contra un árbol haciendo que la columna del mensajero se rompiese, tomé velocidad y corrí hacia su garganta arrancándola con mis fauces y desmembrando su cuerpo miembro por miembro.
Bañado en sangre me marché hacia la mansión...