No me importa tú físico

Primer día

Mi nombre es Lilly Jones, tengo veinte años y soy licenciada en el hermoso arte de la tanatoestetica, seguro sé preguntarán ¿Qué carrera es o de que nos está hablando Lilly?

Bueno esta carrera trata sobre el maquillar al igual que embellecer a los fallecidos, el maquillaje y la belleza siempre han sido parte de mi pasión de vida aunque no lo aplique demasiado en mí, no me gusta verme pintorreada, sino más natural, de igual forma nadie me mira por ser una gorda y fea más en el montón de personas guapas de la ciudad.

Durante toda la escuela sufrí de acoso escolar por mi sobrepeso, pero como no si la ansiedad la controlaba a punta de comidas, dulces, bebidas, etc. Por esta razón es que nunca tuve amigos, todos los de mi aula solo se acercaban a mí para que les diera los trabajos y sacaran buenas notas a costa de la gorda, pero claro al menos tenía mis curvas aunque las ocultaba entre los polos anchos que me ponía para no sentirme tan insegura.

Hoy empezaría mi primer día laboral, para ser tan joven era docente en una prestigiosa universidad, desde los dieciocho trabajaba gracias a graduarme desde los trece, al menos no dure tanto en esa prisión llamada escuela por mi gran intelecto, pero ahora empezaría a codearme con estudiantes que eran dos años mayor que yo o en el promedio de entre los 18 y 25 años.

Al entrar en el aula se veía tranquila, me puse al frente realizando mi presentación habitual de bienvenida cuando mis ojos se cautivaron con aquel pelinegro de ojos grises que se encontraba en uno de los asientos del final, pero disimulaba aquella mirada, no podía salir con mi estudiante y mucho menos tener la estúpida idea que saldría conmigo, está claro que es un chico que seguro le gustan delgadas y no una gorda asquerosa como yo.

—. Es posible que una docente pueda ser menor que la gran mayoría de las personas hoy presente en el aula miss.

—. No se crean para mí es igual de rara esta experiencia, pero al tener el privilegio de no hacer dos años de escuela si no en su caso universidad supongo que trae bastantes beneficios como es el terminar rápido una carrera.

—. ¿Entonces era usted la nerda del salón?

Dice aquel chico en tono burlesco que me irrito de forma inmediata, pero claro no me iba a dejar molestar por un mocoso que por ser adinerado seguro le gustaba pisotear, pero se equivocó de persona preguntando así su nombre para revisar la lista buscando aquel expediente el cual con solo ver las primeras observaciones no era él mejor que digamos.

—. Bueno joven Trevor al menos agradezco ser una nerda que pasaba en un mismo año hasta dos cursos a haber sido un estudiante mediocre que ha perdido el semestre 3 veces, claro todo con su debido respeto ¿No es así?

Inmediatamente, aquellas palabras ensordecedores provocaron su silencio al igual que murmullos en la audiencia por lo que decidí para apaciguar un poco la tensión generada tomar el marcador para poderme cruzar de manos frente a ellos caminando de un lado al otro en aula.

—. En mi presencia no será tolerado una falta de respeto ni a mi persona, ni a cualquiera de sus compañeros, todo lo que hagan será usado en su contra porque aquí vinimos a estudiar.

¿Saben por qué me dieron este curso? Supongo que si porque es el curso donde más repitentes se encuentran lo cual no es favorable para la universidad, por ende desde hoy empezaremos a trabajar sobre la preparación del cuerpo antes del maquillaje así que saquen sus libretas y bolígrafos que empezaremos con teoría y tranquilos iremos haciendo prácticas para que no se sientan presionados ¿Estamos claros?

—. Sí señora.

—. Solo escuché a la señorita Montiel, la pregunta fue para todos jóvenes así que espero las respuestas en conjunto, repito ¿Estamos claros?

—. Si profesora.

Al escuchar que todos respondieron al unísono fui directamente aquella pizarra blanca empezando aquella clase de 3 horas acabando así con el sonar de la campana otorgando a entender que era momento del receso, al ver que todos salían visualice que Nathaniel se había quedado, aquel pelinegro que había llamado mi atención al principio de la clase por lo que me levante tomando mi bolsa.

—. ¿No sales con ellos?

—. La verdad es que maestra, soy nuevo y aún no socializo con nadie así que prefiero quedarme aquí estoy más cómodo.

—. Bueno joven Andrade es mejor que empieces a ser sociable, es feo estar solo créeme lo viví a carne propia y aunque sea más cómodo siempre es lindo el contar con amigos, nos vemos después.

Sonreí para salir sacando de mi bolsa una barrita nutritiva, según iba a entrar en dieta por lo que iba a reducir el alimento a tal punto que dejara de sentir aquella hambre que día a día me traicionaba apareciendo en los peores momentos de mi vida de forma torrencial.

Hoy estaría con los dos cursos asignados, por momentos me sentía como en la escuela, en ocasiones pasaba por sus lados hacia la sala de docentes y escuchaba los leves susurros de burla, pero necesitaba el empleo por lo que no me rendiría fácil, por suerte tenía mi compañía solo a unos pocos salones, Kennta era una chica que conocí en la universidad, en su momento era mayor que yo a lo que me cuido mucho al momento que entre a su salón.

Ella es una pelirroja muy hermosa, con curvas bien definidas, un pelo largo que le llega por debajo de los glúteos, labios carnosos, piel blanca como la nieve, en fin un tremendo monumento que a pesar de todo siempre estuvo conmigo inclusive aunque varios de sus amigos le dieron la espalda por estar a mi lado.




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