No me importa tú físico

Entre las sabanas (+18)

—. Nathi, pero esta casa se ve gigante para nosotros dos.

—. Se ve gigante, pero para mí está perfecta.

—. Lilly es un departamento bastante completo, tiene su sala de estar, cocina, tiene piscina en el patio trasero, en la parte de arriba tiene 3 habitaciones amobladas con baño incluido, un estudio amoblado con librería, escritorios y un dispensario de vinos, también fuera hay un baño y acá abajo encontramos otro y tiene una habitación de juegos para cuando tengan sus pequeños.

—. Saray sigo pensando que es muy grande para nosotros dos... Es decir estaba acostumbrada a algo más pequeño.

—. Lo sé amor, pero yo le pedí a Saray que me consiguiera una casa completa con todas estas características, además realmente no trabajaré como maquillador de muertos sí no en la empresa de mis difuntos padres.

—. ¿Qué en serio? Y entonces porque estudiaste ese último año.

—. Es que amor esa era mi idea, no quería verme envuelto en todo este rollo, pero no puedo dejar que el legado de los Andrade caiga.

—. Así es Nath, igual Lilly yo te ofrezco que trabajes en la universidad en la que trabajaré, porque Ross estará en la empresa con Nath, a menos que quieras trabajar con tu novio.

—. No, no Saray, realmente amo mi profesión y si me puedes ayudar sería mucho mejor.

—. No quieres trabajar acaso conmigo amor.

Vi el pequeño puchero que hizo Nathaniel en sus labios a lo que solo pude sonreír negando, deposité un tierno beso en sus labios acariciando de sus mejillas con amor.

—. No digas eso mi pequeño Nathaniel, lo que pasa es que sabes bien que mi vida es enseñar y el maquillar, no me imagino en una oficina mirando y atendiendo gente de forma aburrida, sin ofender cariño.

—. Tranquila amor, yo sé tus clases suelen ser muy dinámicas y creativas, aunque al no tenerte cerca me da miedo que te me quieran robar.

—. Tranquilo hermano yo te la cuidaré bien, por cierto nos debemos ir disfruten su nueva casa y póngase cómodos.

Sonreí para despedir a mi cuñada y cerrar la puerta, sentí unas manos en mi cintura y luego pequeños besos en mi cuello a lo que me sonroje levemente haciendo mi cabeza de lado contrario.

—. Cariño que cosas estás haciendo...

—. Te dije que estrenaríamos la casa mi hermosa princesa...

—. Pensé que lo decías de bromas... Pero si deseas yo también lo querré...

Sonreí hecha todo un tomate para girarme y pasar mis brazos por su cuello juntando en un fogoso beso nuestros labios, al sentir sus manos en mi trasero me hizo dar un pequeño brinquito realmente quería tenerlo cerca por lo que me apegaba mientras acariciaba de su cuello levemente.

Sus labios bajaron en dirección a mi cuello por lo que hice mi cabeza atrás dándole el acceso necesario, sentía cómo mi cuerpo se empezaba a invadir de un calor, pero ese calor delicioso y necesario, por lo que lo jalone por su camisa llevándolo en dirección a la habitación para entrar tirarlo en aquella cama.

—. Espérate aquí mi amor, yo te tengo una pequeña sorpresa que la estaba planeando hace días, pero me daba algo de vergüenza.

—. ¿Así? Estoy ansioso de ver, ¿Qué es cariño?

—. Ponte cómodo y ya lo verás.

Solté una pequeña risita para bajar en dirección donde estaban las maletas, saque de la mía una bolsa con una lencería de color negro en su interior y una bata que cubriría por arriba, para adentrarme en el baño colocándome la vestimenta para subir notando que mi chico ya se había quitado la ropa estando solo en su pantaloneta que al verme sentí como me devoraba con la mirada a lo que me sonroje.

—. Y... ¿Te gusta lo que estás observando amor?

—. E... Estoy sin palabras amor... Eres una diosa, te queda muy bien... Me dan ganas de comerte más rápido...

Me sonrojé aún más con sus comentarios que al acercarme a sus labios besándolos de forma tierna de primera manera, pero mi hombre le puso esa intensidad y lujuria que termine moviendo mis caderas sobre su regazo mientras que de nuestras lenguas se formaba una guerra.

Al sentir aquel bulto que tanto reconocería debajo de mí ya bastante duró me levante de mi amado para ponerme en la posición de "cuatro" moviendo mi trasero a su vista.

—. Te necesito Nathi...

—. Tus deseos son mis órdenes...

Mordí mi labio inferior al ver como este se retiraba la pantaloneta y su bóxer dejando a mi vista su gran erección, me sonroje un poco al sentir como empezaba a penetrar, pero la sensación de placer era mucho más la que lograba percibir.

—. ¡Hmg…! Na… Nathi...

Me aferraba a las sábanas al sentir como sus penetraciones eran mucho más fuertes, el placer que empezaba a sentir en mi cuerpo se demostraba con el calor y los gemidos que brotaban de mis labios a petición de querer más.

—. ¡A…aaah…! Pa… Papi…~

—. Amo cuándo me llamas así...~

—. Papi..papi...pa...papi…~




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.