No me importa tú físico

Primer día en España

Eran las 5:40 de la mañana cuando me desperté, creo que me debo acostumbrar notablemente a los tiempos o dormiré menos de lo adecuado, normalmente a esta hora estaría despertando un domingo, podría ser las 9 o 10 de la mañana en nuestra vieja ciudad.

Al no saber que hacer por el frío que hacía intente volver a dormirme en el pecho de mi amado, pero daba era vueltas en la cama que sin ninguna intensión desperté a mi Nath, lo cual me hizo apenar un poco porque aún se veía algo exhausto…

—. ¿Cariño te sientes bien? Te andas moviendo cómo si te picara la cama…

—. Estoy bien amor, solo se me ha espantado el sueño ya por la costumbre, anda ve a dormir un poco más cariño mío...

Al notar cómo se iba acomodando en la almohada empece a acomodar su cabello empezando a acariciar de este con algo ternura tratando de intentar dormir acto que no fue para nada posible por lo que al pasar el rato ya aburrida me levante para tomar una ducha rápida y al vestirme con una camisa de Nath y mi ropa íntima baje para poder hacer el desayuno.

Unos deliciosos huevos con tocino y tostadas empece a preparar, necesitábamos hacer mercado para tener todo lo necesario, la casa no tenía casi abastecimiento de comida guardada, ni útiles de aseo, ni ese tipo de cosas por lo que pude notar en mi exploración personal, hoy sería un primer día recorriendo estas hermosas calles de Madrid para realizar las compras pertinentes.

—. Huele demasiado bien lo que estás cocinando mi amor.

—. Ha vuelto a despertar el bello durmiente.

—. A mi amor, es que no soy tú que se levanto a las 5 de la mañana, a mí no me afecta tanto la monotonía de una rutina.

—. Ush, verás que me acostumbraré, solo toca esperar esta primera semana, después serás tú el que se levante primero que yo.

—. Eso ni tú te la crees.

Dice este con tal burlita en su tono que simplemente negué soltando una risita para empezar a servir en los platos la comida y ponerlos a la mesa.

—. Espero disfrutes mucho amor.

—. Sí es hecho por las manos de mi diosa terrenal claro que sí, seguro ha de estar delicioso.

—. Tonto que cosas dices.

Me sonrojé mientras tomaba asiento junto a él para empezar a comer, cada palabra que Nathaniel me decía me hacía sentir muy especial, este era el mejor novio que uno podía tener en la vida, al culminar mientras él se duchaba yo me cambiaba de ropa para salir como antes había dicho a recorrer estas calles y hacer las compras necesarias, debíamos adecuar nuestro nuevo hogar.

—. Vamos a comprar comida y utensilios de casa verdad amor.

—. Si Nath, debemos hacer un mercado algo grande para nosotros dos, para tener todo listo y disfrutar mientras estamos aquí, además poderte preparar deliciosas comidas cuándo vuelvas a casa después de un día arduo de trabajo.

—. Con solo verte a ti, eso es lo mejor que puedo tener mi amor.

—. Mira que estamos fuera de casa, me pondrás peor que un tomate cariño...

Le di un ligero golpe en su hombro al notar su sonrisa maliciosa, le tomé una de las manos mientras este llevaba el carrito para empezar a tomar las cosas necesarias del super, nos dividimos por secciones para no demorar casi, puesto que las filas para pagar estaban llenísimas, cuándo fui a tomar el cereal este se encontraba muy alto a lo que al sentir una presencia detrás de mí me asuste al notar que no era mi novio, era un chico que muy amablemente tomó el cereal para dármelo.

—. Tenga señorita, note que no alcanzaba.

—. Muchas gracias, lo necesitaba.

Sonrió para hacer una pequeña reverencia con la cabeza y emprender rumbo a donde estaba Nath quién miraba al chico algo molestó por lo que lo tome del cuello de la camisa para darle un pequeño beso.

—. Quita esa carita de malo, solo me ayudó a alcanzar el cereal.

—. Es que siento que te miró mucho, no quiero ser ese chico tóxico que te pueda espantar... Pero es que ya tengo miedo de toda la gente... Tengo miedo que nos quieran separar... Que nos quieran destruir ahora que queremos vivir... Realmente me da mucho miedo mi amor...

—. Lo sé mi pequeño... Yo también siento algo de miedo, pero recuerda que te amo demasiado, y que no hay nada ni nadie que nos quiera separar ahora que estamos viviendo una nueva vida para nosotros Nath.

—. Mi amor... Mi Lilly hermosa quiero algún día tener una familia contigo, quiero que seas la mujer que me acompañe en mis días, por eso... Perdóname si me comporto como un tonto celoso.

—. Tranquilo mi rey, vamos ven es momento de pagar, tenemos mucho que hacer en nuestro primer día en Madrid.

Tome las manos de Nathaniel acariciando levemente de estas con una pequeña sonrisa ronroneándole levemente cerca de su oreja para darle nuevamente un tierno beso y empezar a caminar juntos a la caja de pago.

—. ¿Después de esto iremos a?

—. Yo diría amor que podríamos ir por cosas para la casa, no para comprar enseguida claro que no, pero sí para echar ojitos.

—. Sabes bien que sí podríamos comprar enseguida amor.




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