No me toques!

Capítulo 17.

"Un paso a la vez"

Sábado, 15 de abril del 2018

 

Lo observo mientras él rocía el spray en la banca. Arrugo la nariz, no tiene ningún tipo de olor pero me molesta que ande rociándolo en la banca de la estación de policía. No tiene ni una pizca de vergüenza, guarda el spray en su mochila negra y saca unas toallitas para limpiar el banco.

Cierro mis ojos con fuerza, si no lo veo no está pasando.

— ¿No tienes vergüenza?

—Sí —Admite. Cosa que me sorprende y abro los ojos, extiende una manta sobre la banca—. Pero tranquila, si alguien pregunta le diré que no te conozco, no pasaré tanta vergüenza si finjo no conocerte.

Sin pensarlo agarro mi monedero y se lo aviento, choca contra su brazo y hace un escándalo. Terminamos de hacer nuestras declaraciones pero debemos esperar al Fiscal para ir junto a Lara. No quería mencionarla pero Noah terminó haciéndolo diciendo que era muy sospechoso que ella conociera el arma tan bien.

Yo solo creo que es una coincidencia pero bueno, no soy ninguna oficial para discutirle a alguien que en verdad sabe sobre esto así que no me queje aunque Noah se sintió ofendido cuando le preste mucho más atención al fiscal que a él pero a mí me da igual sus berrinches así que no le preste demasiada atención.

—Muy gracioso.

Se sienta y saca un libro, comienza a leerlo ignorándome por completo. Vuelvo a guardar mi monedero y me cruzo de brazos, ¿estaremos a salvo ahora que hemos dicho todo? La verdad espero que sí, no quiero más notas, fotos, cuchillos sangrientos ni nada por el estilo frente a mi puerta.

Debo concentrarme en mi trabajo, tengo una corrección que ni siquiera he comenzado, no puedo vivir del aire. Pasan como uno quince minutos y el fiscal todavía no viene.

—¿Cómo puedes dejar tu trabajo tanto tiempo? —Pregunto sin mirarlo.

—Mi trabajo solo consiste en aprobar proyectos y firmar papeles. Mis empleados se encargan del resto.

No se oye nada mal.

— ¿De qué es la empresa? —Volteo a mirarlo y él sigue leyendo.

—¿Conoces los productos clean? —Pienso unos segundos y asiento. Aunque soy española y no he vivido aquí conozco la marca porque también es muy popular allá—. Mi padre es el dueño de la productora.

Abro los ojos sorprendida.

—¿Ustedes son dueños de Clean?

—Clean y otros productos. Productos de limpieza para el hogar y también cuidado personal. Todos los productos que utilizo son nuestros.

Un “Oh” escapa de mis labios. Así que está muy metido en todo lo de la higiene y limpieza gracias a sus padres. Mierda. El debe tener mucho dinero.

Lo miro un rato, si lo ves de cerca parecería una persona normal. Bueno, guapa pero normal. Ahora mismo la ropa que está usando es lo mismo de siempre, pantalones negros, una camisa azul marino remangada por los hombros y sus infaltables guantes su tapabocas negro hace resaltar su piel palida. Ladeo la cabeza, como alguien tan atractivo y con un aura tan inocente en verdad puede ser un maldito cabron?

Ahora que lo pienso mejor, parece sacado de un anime.

—No me digas que te enamoraste de mi —Pego un brinco—. No eres mi tipo.

Algo nerviosa comienzo a reírme ¿Yo? ¿Enamorada de él? ¡Já! Ni en un millón de años.

—Ya quisieras. No tienes tanta suerte.

Él cierra su libro y alza la mirada, sus ojos negros me observan burlones.

—Créeme, tengo curiosidad de saber quien tendrá la mala suerte de enamorarse de ti.

Abro mi bolso rápidamente y comienzo a rebuscar en el.

—¿Dónde puse mi monedero?

—¡Ni se te ocurra!

—¿Están listos?

Ambos levantamos la mirada hacia el fiscal Jean. Me levanto de un salto y Noah bufa mientras recoge sus cosas, peino mi flequillo con mis manos y aliso mejor mi falda para parecer más decente.

—¿Vinieron juntos?

—Jamás la dejaría entrar a mi auto —Susurra mientras se pone la mochila en la espalda.

—Jamás entraría en su auto —Digo más fuerte por lo que su comentario fue totalmente ignorado. El fiscal asiente algo confundido.

—Eso no era lo que dijiste hace unas horas —Canturrea—. “Oh Noah, déjame ir contigo” “No seas malo” —Se burla haciendo el intento de imitar mi voz.

—¡Yo no dije eso! —Chille sintiendo la cara arder por la furia.

—Tranquila, puedes ir conmigo —Dijo salvándome. Asentí rápidamente y él comenzó a caminar aproveche ese momento para mirar a Noah y sacarle la lengua, él negó con la cabeza.

—Eres una niña.

Me encogí de hombros y seguí al Fiscal sintiéndome una ganadora. Al fin le había ganado al Señor nieves, esto se siente muy bien.

 

****

 

—¿Ella vive aquí? —Asiento. Llamo a la puerta esperando que Lara salga, el fiscal está a mi lado mientras Noah está más atrás mirando hacia su casa de manera desinteresada.

La puerta se abre y la persona que nos recibe no es ella, doy un paso atrás asustada y me pongo detrás del fiscal intentando protegerme.

El hombre me taladra con la mirada y mi gesto es de pánico. No esperaba que esto pasara.

—My Little coffe…

—¡Sandra! —Grita en tono de regañina, salgo de mi escondite con la cabeza gacha y él me tironea del brazo—. ¿Qué mierda hiciste? Sólo te deje unas semanas y te metiste en cosas malas.

Maxon, él… como lo explico… siempre ha sido algo sobre protector.

—Puedo explicártelo…

—Más te vale que lo hagas. ¿Sabes lo preocupado que estuve al recibir esa llamada? —No hago nada, sé que debió preocuparse demasiado por mi—, Lara me explico lo que encontró ¿Cómo terminaste en esto?

La nombrada hace acto de presencia, se coloca al lado de mi amigo con una cara de perros mira el brazo de Maxon y lo aparta de mi, me mira con ganas de asesinarme y ahora soy yo quien agarra el brazo de mi mejor amigo.

—¡Por lo menos no salgo con pandilleras! Ella tiene pinta de que va a golpearme en un callejón cuando no mires.




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