No me toques!

Capítulo 23.

"Cuando me mira hasta olvido la suciedad del mundo."

Viernes 21 de abril del 2018.

 

Llegó el día, en unas horas estaríamos yendo a un pueblo en donde capaz al fin el Fiscal Jean podría encontrar pistas para encontrar a ese psicópata suelto. Noah y yo no pudimos vernos ayer, sus padres fueron hasta su dúplex y yo ni siquiera pude acercarme según las amenazas del Señor Nieves. Fue muy claro al decir que sus padres son muy selectivos con respecto a las personas con las que deciden hablar.

Estaba muy tentada a ir y golpear la puerta, pero siendo sincera prefería darle su espacio. Lo último que necesitaba era a una española molestándolo teniendo a tremendos padres con él, así que por la mañana estuve trabajando y por la tarde fui a visitar a mi hermana.

Guardo todo lo necesario para el viaje en mi mochila y bajo las escaleras, necesito cafeína. Estuve pensando mucho en la situación en las que nos encontramos, aunque siento que estoy viviendo una vida algo normal no creo que debo olvidar el hecho de que hasta tengo un policía a fuera que cuida de mi porque un maldito lunático puede pensar de pronto que ser su objetivo puede ser divertido para él.

El solo pensarlo me produce piel de gallina, todavía me sorprende que en este mundo existan ese tipo de personas, tan crueles y poco cuerdas, que dañan a inocentes para poder satisfacerse… es repulsivo. Con el café en mano me siento en el sofá, doy un pequeño sorbo mientras limpio una mancha blanca en mis jeans, es tan raro usarlos para mí ya que todos los días uso mis vestidos largos, es mucho más cómodo que estos jeans que se ajustan a mi cuerpo, debería comprar unos mas sueltos la próxima.

Ni siquiera tengo tantas blusas, la que me puse hoy es una que había comprado cuando viaje a Sevilla, es roja y no tiene ningún tipo de detalle, es sosa pero es lo que hay. No busco lucir bonita, la verdad prefiero no llamar la atención.

El pueblo al que vamos se llama Cosme, es pequeño y no tiene muchos habitantes. Está a unas cuantas horas de Phoenix por lo que será un largo viaje en auto, Noah dijo que iría en el suyo “cosa que no me sorprendió” yo iría con el Fiscal, no sé muy bien si él trabaja con su propio equipo o con otros policías pero mencionó que solo viajaríamos los dos en su auto… no es que desconfíe de él pero largas horas de viaje junto a alguien que apenas conozco no es algo que me emocione mucho.

Luego de terminar mi café, lavo la taza maldiciendo internamente al darme cuenta de que ya casi ni hay jabón. No recuerdo cuando fue la última vez que realice las compras, siendo sincera no sé como sobrevivo viviendo sola.

Salgo de casa, cierro la puerta con llave y la guardo en mi mochila. No llevo casi nada, no vamos a quedarnos mucho tiempo así que eso no me preocupa. La puerta del Señor Nieves se abre y lo veo salir, un suspiro largo abandona mis labios al verlo. Va completamente de negro, desde la camisa al pantalón y hasta la gabardina es del mismo color oscuro, los guantes y mascarilla también.

Da un poco de miedo, tiene ese aire intimidante pero ni siquiera puedo pensarlo mucho tiempo al saber que no mataría ni a una mosca.

—¿No es demasiado? —Pregunto con la ceja arqueada.

Bastón en la mano derecha, pero en la izquierda lleva una maleta de las grandes… es de color blanco cosa que reluce ante tanto negro.

—No para mí.

Aparto la mirada al escuchar unos pasos, los dos policías que estuvieron cuidando de nosotros se acercan. Siento a Noah a mi lado, lo observo por el rabillo del ojo, me parece que no está tan lejos de mi como le es usual pero tampoco tan cerca como desearía… digo, que pueda acercarse a otra persona debería ser algo que pudiese lograr.

—Buenas tardes —Saludo. Noah se queda callado y tengo ganas de quitarle su bastón y pegarle con éste.

—Venimos a despedirnos —Dijo Mike, el policía que está a cargo de cuidarme—. A partir de ahora deben tener cuidado, nosotros no iremos con ustedes así que…

—Así que cuiden sus traseros chicos —Zack me cae bien, aunque sea mayor tiene mucho humor—. No hemos visto nada sospechoso pero uno nunca sabe y muchos menos en un pueblo que no conocen.

—Gracias por ¿Cuidarnos? —No sabía cuál era la palabra que podría definir bien la situación. Ambos policías rieron.

—No hay de que, es nuestro trabajo —Mike mira su celular y luego a Zack—, bueno oficialmente estamos libres ahora —Bromea—. ¿Ya les dijo Jean a donde van a hospedarse?

—Sí, solo hay dos hoteles en el pueblo. Dijo que iríamos al segundo más conocido pero no recuerdo el nombre —Digo rascándome la nuca.

—No deben abrirle la puerta a nadie —Agrego Zack. Parecía que estaba hablando con un profesor y nos estaba diciendo las reglas para ir al campamento—. Hablamos en serio cuando decimos que es peligroso.

—Si es tan peligroso… ¿Por qué nos piden que vayamos? —Pregunta Noah a la defensiva.

Ambos policías me miran, arqueo una ceja. ¿Hay algo en mi cara o que?

—Jean dijo que no dijéramos nada…

Eso me preocupa, Mike parece un poco preocupado y rápidamente observo a Noah. Él tiene su peso recostado sobre su bastón mirándolos con la expresión más sería que he visto de él hasta ahora, parece estar pensando mucho por lo que llamo su atención con mis manos.

—¿Qué oculta su jefe? —Pregunta.

—El fiscal Jean… ¿Nos está llevando porque estamos en peligro verdad?

Ambos me observan sorprendidos, parece que di en el clavo. Mi respiración comienza a ser un poco irregular pero decido concentrarme en el momento.

—Hablen —Dice Noah apuntando a ambos con su bastón—. Si estamos en peligro creo que deberíamos ser los primeros en saberlo. Si un loco quiere andar detrás de mí capaz deba cambiar mis planes para ir a tomar té con mi madre por las tardes.

Eso me da ganas de reír, agradezco eso último que logra distraerme un poco, solo un poco.




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