No me toques!

Capítulo 31.

Noah

Espero en las escaleras de mi edificio, con la mirada fija en el celular y un nudo apretado en el estómago. Cada minuto que pasa sin noticias de Kathia parece interminable, como si el tiempo se hubiese detenido solo para torturarme.

Miré mis manos desnudas y sentí un escalofrío. Había tocado la puerta de Sandra sin guantes, algo que normalmente no haría bajo ninguna circunstancia. La ansiedad se arremolinó en mi pecho, pero decidí que no podía quedarme quieto. Me levanté de golpe y fui directo a la puerta de casa en dirección al armario. Saqué los guantes de repuesto los coloqué meticulosamente en mis manos y tomé el kit de limpieza. Si iba a esperar al menos lo haría haciendo algo productivo. La esponja se deslizó sobre las superficies de la cocina mientras los pensamientos se acumulaban en mi mente una y otra vez como un reloj sin fin.

Sandra y Jean salieron hace una hora para buscarla y desde entonces no he recibido ni un solo mensaje. Intento no pensar en lo peor, pero mi mente no coopera. La imagen de Kathia desmayada en esa foto sigue clavada en mi mente, acompañada de todas las noticias que he visto sobre las chicas desaparecidas. Sin tener nada más que limpiar vuelvo a salir al escalón de afuera.

Mi celular vibra y me apresuro para verlo pero solo es un mensaje de la empresa. Maldigo por lo bajo y me dejo caer en el escalón. Quiero gritar, quiero salir corriendo, pero también quiero quedarme aquí por si ella vuelve. Respiro hondo y cierro los ojos tratando de calmar mi corazón desbocado.

Recuerdo cuando Kathia era pequeña y siempre me seguía a todas partes. Era mi sombra mi pequeña e inquebrantable compañía. Nunca la alejé aunque muchas veces hubiese querido mi espacio... si algo llegase a pasarle...

El sonido de un auto estacionándose me saca de mis pensamientos. Me levanto rápidamente y corro hacia la puerta. Sandra baja del auto con una expresión mezcla de cansancio y alivio seguida de Jean que parece tan sereno como siempre. Y ahí bajándose del asiento trasero con el cabello despeinado y una sonrisa nerviosa está Kathia.

—¡Kathia!— corro hacia ella y la envuelvo en un abrazo olvidando por completo mis guantes, el desinfectante y todo lo demás. Solo necesito asegurarme de que está aquí de que está viva.

—Lo siento, Noah— dice en voz baja. Su tono es sincero, pero también cargado de culpa—. Mi celular se quedó sin batería y... no pensé que te preocuparías tanto.

—¿No pensaste que me preocuparía? —repito, soltándola para mirarla directamente a los ojos—. Kathia, creí que algo terrible te había pasado.

Ella baja la mirada y juguetea con el borde de la chaqueta que apuesto es del Fiscal. Antes de que pueda decir algo más Sandra interviene.

—Fue un malentendido, Noah. La foto la tomó una de sus amigas como broma. Ellas estaban en la fiesta y cuando llegamos Kathia estaba bien.

—¿Una broma? —pregunto incrédulo. Mi voz suena más dura de lo que pretendía—. ¿Crees que esto es gracioso, Kathia?

—¡No! Claro que no. No sabía que me habían mandado esa foto si lo hubiese sabido... lo siento mucho, de verdad.

Sus palabras calman un poco mi enojo pero no el peso que siento en el pecho. Sandra pone una mano en mi brazo y me mira con esa expresión tranquila que siempre logra desarmarme.

—Ya está aquí Noah. Está bien.

Asiento aunque el nudo en mi estómago no desaparece por completo. Kathia se disculpa una vez más antes de entrar al edificio y yo me quedo fuera con Sandra y Jean.

—¿Vas a estar bien? —me pregunta Sandra, ladeando la cabeza para buscar mi mirada.

—Sí. Gracias por ir a buscarla.

Jean, que había permanecido en silencio todo este tiempo, decide hablar.

—Fue un malentendido, Myers.

Lo miro y aunque quiero responder con sarcasmo me contengo. No tengo energía para discutir.

—Hiciste lo correcto al buscar ayuda —agrega—. Pero la próxima vez tal vez confía un poco más.

Su comentario me irrita pero Sandra interviene antes de que pueda responder.

—Vamos, Jean. Ya es tarde ¿No dijiste que debías resolver unos asuntos?

Asiente y se despide, caminando hacia su auto cuando se va, Sandra se queda a mi lado en silencio.

—Gracias —repito, esta vez con más sinceridad.

—Puedes contar conmigo siempre —responde con una pequeña sonrisa. Luego tras unos segundos agrega—. No sé como decirte esto pero le pedí a Kathia que mintiera.

Volteo a verla rápidamente.

—¿A qué te refieres?

—Encontré a Kathia primero estaba dentro de la fiesta bailando. No tenia sentido se la veía demasiado bien... La aparte para hablar y le comente lo que sucedió. Reviso su celular y estaba apagado —Ella arruga el ceño—, no recordaba haberse desmayado... pero si comentó que fue en taxi al lugar y se quedo dormida pero que no le paso nada.

Mil pensamientos pasan por mi mente pero uno de ellos me pone la piel de gallina.

—¿Él era el conductor?

—Creo lo mismo, Noah... no quise que Jean se metiera en esto porque no confió en él —Estoy agradecido en que no se lo contara no creo que sea el asesino pero algo raro tiene—. Lo mejor será que tu hermana se quede con tus padres.

Cansado solo me queda asentir llamo a mis padres y les comento que llevaré a Kathia con ellos debido al trabajo. Sandra sigue a mi lado sin decir nada me tranquiliza saber que mi hermana está bien y que a ella no le paso nada malo al ir luego de un rato me dice que ira a descansar y asiento. La veo entrar a su duplex antes de entrar al mío.

¿Qué se supone que haremos ahora? Cada día las cosas empeoran y terminamos involucrando a más gente...

Solo me queda ir a casa y esperar a que mañana sea un día mejor pero era obvio que a partir de aquí las cosas solo irían poniéndose mucho peor.




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