CAPÍTULO XII

- Si te portas mal, ya sabes, al "hoyo".
Sé una buena niña y no te pasará nada.¡¿Entendido?!

- Síii - con voz temblorosa

- Nada de morder - no podía moverme, sólo asentir con la cabeza si me preguntaban algo pero sólo si ellos lo permitían y... no decir nada más de la cuenta, solo lo ensayado.
Tenía tanto miedo de hablar sobre lo que hacían que... un claro ejemplo fue Dalila, ellos la masacraron prácticamente y desde entonces no dijo nada más.

Dalila tenía 5 años, después de estar en la escuela que no era eso sino clases que ellos impartían en unos asquerosos cuartos donde todo estaba sino era roto, sucio, y lo peor es que quedaba lejos y si no te aprendías la lección te ibas directo al "HO-YO", no tenías que conocer otro lugar más que el hoyo sino era un golpe por contestar mal era ese horrible lugar.
Todo el que llegara aquí tenía que conocer por las buenas ese lugar o... por las malas.

Desde lo que pasó con Dalila que gracias a ellos no pudo caminar por meses muchos meses fue que ya no llegaban más niños aquí, fue lo mejor que pudo pasar pero también el infierno por el que nosotros pagamos más seguido las consecuencias, de algo que muchas veces no hacíamos y pues otras sí, éramos niños qué podían esperar.

Cuando llegó la srta. Richman creí que todo había terminado pero ellos fingieron todo tan bien, lo planearon y cuando verificaron si era cierto lo que pasó no había nada más que un simple "accidente" de niños.
El que se cayera del columpio al que se subió estuvo de por sí mal pero dos veces ese mismo día en el resbalón fue de por sí la mayor tragedia que pudimos presenciar todos los que nos encontrábamos allí.

Éramos no más de 15 niños, 14 para ser exacta, así que el número par fue de la suerte para ellos. Éramos comandados por la legión de los legendarios, ellos lo llamaron así, no sé si porque muy estúpidos o porque tenían razón cuando lo de "legendarios" estaba bien porque quedarían en la historia. 
Siempre quisieron marcar diferencia en la historia de este lugar así que todo lo que hicieron era por esa causa, eso era lo que decían.
Hasta cuando no estaban todo iba mal. Si no eran ellos era ella, no era su madre ni su tía ni nada cercano a ellos pero cómo llegó a manejarlos, lo hizo tan bien que para ser un hijo de p*rra no era necesario que corriera por la misma sangre.

No tuvieron inconvenientes de tener que mendigar un poco de dinero al Estado que todo, hasta lo más mínimo estaba financiado y cubierto por el Programa en el que estábamos incluidos.

Así que la operación de Dalila estaba cubierta en su totalidad y su recuperación también, estuvo al fin en paz por días en el hospital hasta que el médico dijo que serían semanas para un chequeo, no sé si esto fue porque tenía una leve sospecha pero como siempre todo lo tenían cubierto y fingir era lo SUYO, dos semanas estuvo a cargo del equipo de profesionales del hospital para una muy buena recuperación pero sino fue hasta que fue con la excusa de que se sentía deprimida, triste y sola por no ver a sus amigüitos desde siempre debía regresar a "casa".
Sí claro, como si esto se pudiera llamar "casa", esto era el mismísimo infierno, ellos se encargaron de que fuera así.

Llegué aquí con solamente 3 años.
Lo que por fuera parecía ser una casa hogar muy linda, con colores bonitos y letras bonitas y todo bien pintado en la oficina, por dentro era realmente el peor lugar en el que puede caer alguien sobre todo tan pequeño, porque creo que en fin una persona más grande puede defender pero cuando es un niño o nos toman de mentirosos, nuestra imaginación es tan grande y fantaseamos o... lo oímos o vimos en otro lado.

Crecí y tengo 4 años y medio, no recuerdo cuándo fue la última vez que recibí un regalo no falta mucho para que cumpla 5. Sé que no recibiré ningún regalo más que los dibujos de mis amigüitos o "hermanitos" como querían que nos dijéramos por vivir en la misma casa.

... 
Recuerdo las palabras tras su foto, eres mi niña, nunca lo olvides... Así ellos dijeran que era suya nunca lo sería realmente porque ya le pertenecía a alguien, a mi madre.
La abuela, así como llamaba a la señora que me cuidó por un corto tiempo me enseñó aun cuando era muy pequeña para entender todo lo que decía pero aprendí y muy bien.

Días antes de morir la "abuela", Marta, recibí un regalo, a mi Sam, dijo que era de mamá y le preguntó si le podía poner otro nombre cuando lo tuviera y respondió que sí. Este fue uno de los regalos, últimos regalos de ella. 
Nunca la conocí solo el día que nací pero quién se acuerda de eso.
Murió pocos días de tenerme por un pequeño sangrado que se complicó, bueno, eso dijo Marta. 
Sé que era muy pequeña pero recuerdo muchas cosas de todo lo que me enseñó.

Y me trajeron aquí...

Cuando llegué Lina me dio un pequeñito obsequio, mi pulsera que no me la quito por nada del mundo, trataron de hacerlo pero no se los dejé y por eso me gané un paliza, por decir que NO y más por gritarles.

Los niños que nos encontrábamos en esa casa hogar íbamos de los 2 años a 10 años, los niños mayores a eso eran llevados a otra casa hogar, incluso los de 7 en adelante.

Lucas llegó poco tiempo después de mí pero fue adoptado por una familia ucraniana, eso dijo Lina cuando una tarde llegó de sorpresa y se lo pregunté.

Por suerte nos encontró almorzando y no dudó en ingresar y saludar a todos. Tenía un regalo para nosotros, todos nos pusimos contentos sin saber qué era, aún si fuera un simple beso y abrazo eso nos marcaba por días y éramos tan felices que después de meses de vernos no sé o de hecho no supimos más qué fue de ella... Ya no vino más y... en fin, así como nuestros sueños e ilusiones cobraron vida y luz por primera vez desde que la conocimos de la misma manera se fueron con su repentina ida sin retorno. No nos avisó a dónde se fue, siempre lo hacía aún si tenía que hacer algún viaje de apoyo social, caridad o familiar... nunca nos llamamos caridad no sólo porque no los dijera sino por la forma que nos trataba, con tanto cariño, dulzura y ternura, algo que nunca tuvimos lo teníamos hasta decir basta y de sobra con ella.