No puedo odiarte.

Capítulo 12. Nice.

Desde pequeña no permitía que se me acercara la gente y guardaba celosamente mi espacio personal. Quizás, porque todas las personas, a las que amaba y en las que confiaba, me abandonaron. Primero, mis padres murieron en un accidente aéreo, dejándome en un orfanato, luego mi abuela, quien me encontró y reemplazó a mi mamá y papá, se enfermó y me dejó sola. Esas eran unas pedidas más importantes, pero en mi vida había otras, aunque no tan graves. Desde entonces, decidí que era mejor no apegarse demasiado a nadie, para que luego no sufrir una pérdida inesperada.

La única excepción fue mi amistad con Eva, pero incluso con ella, mantuve una distancia mínima, creyendo que mi amiga después de acabar la universidad empezará una brillante carrera periodística y no tendrá mucho tiempo para nuestra relación amistosa, o tarde o temprano se casaría con algún chico y se olvidaría de mí.

Entonces, no entendí, ¿por qué dejé que Gor se me acercara tanto? Los últimos días yo sentí una pesadez desagradable en mi alma y dolor en la parte posterior de mi cabeza. ¿Un completo extraño irrumpió en mi mundo, tocó mi corazón, entró en su cabeza? ¿Cómo era posible? Todo eso me resultaba muy extraño y no me resultaba fácil de explicar. Al principio culpé a Rick, porque si no fuera por su insistente idea de que era su novia, si no quería arrastrarme a su guarida y probablemente violarme, si no se hubiera peleado con Gor, entonces tal vez no hubiera conocido a nadie.

Pero cuando admití honestamente, que la razón principal de mi nerviosismo, era el mismo Gor, me di cuenta, de que él era muy interesante para mí. Con cada minuto, me convencía cada vez más, de que no era un mendigo en absoluto, sino probablemente una persona desafortunada, que había perdido la memoria y ahora no sabía, cómo regresar a casa.

No tenía ninguna duda, de que un hombre, como Gor, debería tener un hogar y posiblemente una familia. Pero no le gustó mi idea, buscar ayuda en policía, en absoluto. Eso sería muy incomprensible, si yo misma no choqué con la soberbia y frialdad de los agentes de la ley. Cuantas veces iba a poner denuncia, pero nada progresó hasta el incidente con Gor.

Al principio, quería sacarlo de mi cabeza, olvidar por completo todo lo que pasó y seguir viviendo mi tranquila vida. Pero algo dentro de mí insistía, en que debería ayudar a Gor a encontrar el camino a casa. ¿Cómo iba a hacerlo? La respuesta a esa pregunta entro en mi cabeza, cuando por la noche escuché un timbre en mi puerta.

"Bueno, ¿a quién, diábolo, ha sido traído tan temprano? ¡Qué mala suerte! Por una vez, decidí dormir un poco". - Pensé y me arrastré fuera de debajo de las sábanas.

Me puse la bata y me dirigí a la puerta.

- ¿Quién está ahí?

- ¡Abra, es policía! - Escuché la voz alegre de mi amiga.

- ¡Ay, ya estoy temblando! - Abrí la puerta.

Eva estaba de pie en la puerta en un estado completamente deprimente. Ella sostenía una botella de tequila en sus manos.

-Adelante, policía, - dije y me hice a un lado, dándole a Eva la oportunidad de entrar al apartamento y no caerse.

Ella irrumpió en el pasillo, empujó una botella a mis manos.

- Tómalo.

- Vamos. - Cogí la botella por el peligro de que Eva la tira al suelo.

Mi amiga lentamente, apoyándose en la pared, se quitó los zapatos, se alisó el flequillo despeinado y me miró lastimeramente:

- Perdóname, pero no pude ir a casa así. ¿Me das algo de comer?

- ¿Te llegará los huevos revueltos?

- Si, pero haz más grande, tengo tanta hambre, que comería un elefante.

La ayudé a llegar a la cocina, la senté con cuidado en una silla y comencé a prepararle el desayuno, aunque más bien fuera la cena.

- Bueno, ¿qué te pasó? - Pregunté, colocando los huevos revueltos frente a ella.

- ¿Tienes pan?

- Si.

Saqué un paquete con el pan, me senté a la mesa, apoyé la mejilla en el puño y observé cómo mi amiga eliminaba mi suministro de huevos para una semana. Fue en ese momento que tuve una gran idea de cómo ayudar a Gor.

 Mi amiga era bastante popular en las redes sociales, y si escribiera sobre Gor en Internet, tal vez alguien lo reconocería, o le ayudaría a descubrir quién era en realidad.

Pero ahora mismo Eva no estaba con un buen ánimo, por eso decidí no cargarla con problemas de Gor por ahora, sino escucharla con paciencia y descubrir lo que llevó a mi amiga a tal estado.

— Lo siento, amiga. Hubo un giro completamente inesperado en mi vida. Realmente en mi vida personal, no todo es tan sencillo, como me gustaría. Así que necesito aliviar el estrés con urgencia. – Dijo ella y pidió. — Trae los vasos y Tequila.

 Miré a mi amiga con sorpresa. Ella siempre ha tenido un comportamiento ligeramente excéntrico, pero esta noche su ajetreo, simplemente le desbordaba.

— ¿Qué pasó? — Preguntó con cuidado.

— ¿Recuerdes, que te dije que voy a entrevistar un empresario más brillante de nuestro tiempo, Alex Mortiz? — Dijo Eva.

— ¿Y qué?

— Sabes, desde el principio era todo normal, pero ese semental, tiene una atracción animal y continué la entrevista en su lujosa cama italiana. Recibí información completa sobre todo lo que me interesaba, incluso más. — Eva guardó silencio durante un buen rato. — Por primera vez en mi vida conocí a un hombre de verdad y resultó ser demasiado duro para mí. — mi amiga sacudió trágicamente su largo flequillo. — Se traga un alevín tan pequeño, como yo, de una sola bocanada.

— Espera, ¿tenías algo con él? — pregunté, porque no entendí.

— ¡Por supuesto, que tenía todo con él! ¡Y me gustó mucho! ¡Él era asombroso!

— Entonces no puedo entender tu sufrimiento y menos tu aparición por aquí, cuando tenías que estar entre sus manos. – dije, completamente confundida.

— Yo misma no puedo entender. Dame vaso y tequila. – pidió de nuevo.

-Creo que para ti ya llego. ¿Mejor te preparo una infusión de tila? – sugerí y me levanté para poner la infusión.




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