Capítulo 21. Nice.

"Hoy es la mañana más maravillosa de mi vida. Gor ha vuelto", — pensé, quitando las tazas de té vacías de la mesa.  Mis manos ya no temblaban, mi corazón no latía como loco, pero un extraño calor palpitante permanecía en mi estómago, causando agradable sensación.

Gor me besó. Suavemente. Ávidamente. Era un beso de verdad, no como Rick me babeó una vez. Yo simplemente me disolví en ese beso. Hubo un destello en mi pecho. Cientos de petardos explotaron en mi cabeza y no podía apartarme de él, porque parecía, que el mundo desaparecería ahora y me quedaría sola, aun sin saber, como era su beso.

Eva tenía razón. Me enamoré por primera vez en mi vida. No me importaba, que Gor fuera un vagabundo, porque sabía que eso sería temporal. Consiguió un trabajo y eso ya era un paso adelante. También llamé al doctor Pérez y le pregunté sobre el caso de pérdida de memoria. Él me prometió ayudar y ver a mi protegido. “Él vivirá conmigo. Le ayudaré a recordar su pasada y apoyaré en todo. Todo estará bien". — pensé por mi ingenuidad, haciendo planes para un futuro, que aún no existía.

Aún no había nada, solo cuatro citas y dos besos. Pero el primer amor es un sentimiento tan poderoso, que apaga por completo la parte del cerebro responsable del pensamiento racional. Por eso corrí a la tienda y gasté el ultimo dinero que me quedaba en pescado. Quería cocinar algo especial para Gor.

Traté de concentrarme en los estudios para el examen, pero sin darme cuenta, cada momento volvía a recordar nuestro primer beso, miraba el reloj, me levantaba, me iba a la cocina, en una palabra, no estaba yo hoy para nada. Soñaba y esperaba su llegada como una tonta, sin saber exactamente qué esperaba de él. Pero sentía que algo avanzaba rápidamente en nuestra relación.

Gor llegó, como prometió a las nueve en punto. Me abrazó y de nuevo me besó. Pero había algo nuevo en él, desconocido, aunque muy agradable. Ese nuevo aire de él junto con un beso me mareó aún más.

De repente me despertó el miedo, una sensación extraña, como si yo ahora mismo estuviera al borde del precipicio. Me aparté de él por un momento, lo llevé a la cocina, donde presenté mi comida favorita, que preparaba la madre de Eva y hoy por primera vez me atreví a copiarla.

Toda la noche observé con amor cada movimiento del hombre, cómo comía, cómo bebía agua, cómo se levantaba, cómo se acercaba a mí, cómo se retorcía un mechón de mi cabello rojo alrededor de su dedo, cómo me miraba. Estaba feliz. Ese hombre necesitaba mi ayuda, mi cariño, mi amor y yo estaba dispuesta dárselo todo gratuitamente.

Pero él no se sabe porque otra vez se negó a recordar su pasado, aunque accedió ir a médico, cuando esté libre de trabajo. Pero de repente preguntó lo que no entendí.

- ¿Qué podrías hacer tu por mí?

- ¿Quieres un té?

- No, - se enfadó de repente. – No quiero te, quiero a ti.

Todas las chicas románticas sueñan con un amor grande y brillante, puro y sobrenatural. Les parece, que, si alguien no lo logra, es porque no aman tanto, como ellas. ¿Por qué pensáis, que todos los cuentos de hadas acaban en un convite de boda?  ¡Porque todo será diferente, a partir de este momento! Yo de eso ni lo pensaba, estaba feliz en mis fantasías dibujando como vamos a vivir juntos, pero era completamente distinto de lo que pensaba él.

- No quiero dormir solo en un colchón de aire, porque quiero amarte como a una mujer. Quiero sentirte entre mis brazos. - dijo Gor enojado.

Me congelé con tazas para el té en las manos y me sonrojé.

- Yo también, pero…

Yo no era una chica completamente tonta. Sabía lo suficiente sobre la relación entre un hombre y una mujer ... en teoría, por las clases de biología, las películas románticas y cuentos de Eva. Yo entendí muy bien lo que estaba pasando. Lo que Gor quería estaba escrito en su rostro y no solo en su rostro, para ser absolutamente precisos. ¿Él quería mi amor?

Pero yo aun no estaba tan segura, de lo que realmente quería yo. Tenía miedo. No es fácil decidir, que tu primer hombre será un vagabundo. ¿Qué pensará Eva cuando sepa eso?

— ¡Ven aquí! — Gor estaba casi gruñendo. – O, me voy.

Eso parecía a un chantaje, pero en ese momento yo no lo vi así y realmente tenía miedo de perderlo. “¿Lo quiero? ¿De verdad quiero que él será mi primer hombre? ¿O lo dejo ir?” - Me pregunté por última vez y tomé la decisión. Si él quiere mi amor, lo daré. – “Lo quiero. ¡Y que todo el mundo se vaya al infierno! Yo quiero a este hombre desde el primer día que lo conocí y no me importa quién es.” Hice un paso hacia él sin importar nada, sin miedo, sin resentimiento.

Me levantó en sus brazos y me llevo a la cama. Entre los besos y caricias no podía pensar, simplemente disfrutaba del proceso escuchando mi corazón con los ojos cerrados, pero cuando él desabotonó los botones de mi bata y desnudó mi pecho, intenté a cubrirme con las manos por vergüenza.

— No me tengas miedo. — me acarició el pecho desnudo.

— No estoy asustada, pero… – susurré temblando de emoción, excitación y miedo.

 Sus besos se volvieron más insistentes e impacientes, su barba incipiente raspaba dolorosamente mi piel y sus manos apretaban fuertemente mis manos, pero me gustaba, o parecía gustarme. De hecho, realmente no entendía lo que estaba pasando. Por primera vez permití que un hombre me tocara en lugares íntimos. Pero cuando abrí los ojos y me topé con su mirada medio loca, me asusté. Parece que la teoría y la práctica eran cosas completamente diferentes.

No había ni una palabra en teoría sobre el aliento ronco y ardiente, sobre las muñecas sujetas como con un tornillo de acero, sobre la barba espinosa y sobre el hecho de que el cuerpo masculino eta tan duro y pesado, y esta cosa era tan grande. Pero yo como una mariposa con confianza fue al fuego para quemarme.

¿¡Soñé con eso!? ¿¡Quería eso?! No lo sabía con toda la seguridad, pero estaba completamente entregada a él. Sea como sea, aunque por mi cabeza pasó un pensamiento razonable: “Necesito decirle que soy virgen”. Yo no quería que mi primera noche fuera tan ... tan aterradora.