No puedo odiarte.

Capítulo 56. Berenice.

Holding “Northinvest” se dedicaba originalmente a la construcción y la banca. Era una práctica muy habitual en el siglo pasado. La empresa constrictora vendía pisos y después el banco vendía las hipotecas. Las cosas les iban bien, las ganancias crecían y llegó el momento de ampliación de la estructura de la vieja empresa y el complacer el ego de la familia.  El viejo Celan quería mayor rendimiento del dinero, que ganaba, y recibir más peso empresarial en el país. Por eso decidió crear la tercera empresa que debería dedicarse a las inversiones por todo el mundo.

Para este proyecto muy ambicioso necesitaba más dinero, mucho más que él tenía, por eso las acciones de la empresa vieja salieron a la bolsa. El padre de Gor consiguió el dinero, pero perdió el control total de lo que era suyo, aunque conservó el paquete grande, dividido en tres partes: dieciocho por ciento para él, otros para su mujer e igual para su hermano. Así la prestigiosa constructora renació como una sociedad de responsabilidad limitada (LLC), trayendo más ganancias, empezando a invertir en los nuevos proyectos por todo el mundo.

En unas palabras, una constructora nacional y relativamente pequeña “Construcciones North” se convirtió en un Holding de inversión multinacional “Northinvest”, que ahora tenía alrededor de cuarenta oficinas en América, Europa y los llamados mercados de desafío, pero no pertenecía particularmente a la familia Celan del todo.

 Cuando George Celan, después de la muerte de su padre, cogió las riendas del mando de Holding, estalla la crisis bancaria, entonces él dividió el holding en tres unidades empresariales, para mejor funcionamiento directivo. "Systems One", el antiguó banco, ahora era la parte más grande y significativa de la empresa, “Construcciones North” seguía siendo una constructora del país, pero con menos peso en el mundo y “Plus invest” directamente involucrada en la búsqueda de proyectos de inversión con fines de lucro.

Recopilando un montón de la información, entendí que “Construcciones North” era más vulnerable para atacar y su perdida haría más daño a Gor, por que era una cuna del todo, un símbolo para su empresa.

Yo y Máximo nos dimos cuenta rápidamente, que no teníamos la fuerza suficiente, para acercarnos a “Norhtinvest” en su totalidad, por eso decidimos destruir “Construcciones North”y conseguir un paquete de acciones bastante grande para entrar en el consejo de accionistas.

Por lo tanto, teníamos que intentar quitar todos los contratos buenos, debilitando así a “Northinvest” en general y dar un golpe fuerte, para bajar las cotisaciones. “Korsa”, una empresa dirigida por Kovalsky, sería el principal competidor, hasta el momento de la absorción de parte de “Norhtinvest”. Después yo reclamaría mis derechos como jefa. Por eso tenía que conseguir un acuerdo con Kovalsky y hablar del precio de su servicio.

Por eso, a pesar de que Eva y yo charlamos casi toda la noche, me desperté a las siete de la mañana. Rápidamente me duché y me vestí con un estricto traje de pantalón negro, fue a la cocina a preparar café y hojear las notas de Máximo sobre cómo podría presionar en una conversación a Kovalsky. Por la mañana mi confianza y determinación se volvieron.

- Me pregunto, ¿Tú en general duermes? ¡Son las siete de la mañana! - preguntó Eva, frotándose los ojos soñolientos.

- Para ser honesta, no recuerdo cuando dormí más de cinco horas al día, - sonreí.

- Estás loca. Nunca querría ser una mujer de negocios.

- Yo tampoco, pero pasó lo que pasó. Es por su culpa cambié mi vida. Gracias a él, me vi obligada a convertirme en lo que soy ahora, - respondí secamente.

- No, podrías negarte. Era problema de Fran, no tuyo. Tenías un contrato. ¿Por qué no te divorciaste después de la muerte de la marquesa? – objetó mi amiga.

- No lo entenderás. No pude negarme. Annabelle contaba conmigo y Fran tampoco podía manejar el negocio. No está preparado para los negocios.

- ¿Y tú? ¿Estás preparada para los negocios?

- Resulta que sí. - Sonreí con tristeza.

- Está bien, no voy a discutir. - Dijo Eva y se fue al dormitorio a seguir durmiendo.

Tomé el café y llamé a mi chofer. Ya me estaba esperando abajo.

Al acercarnos a la casa de Kovalsky, Tomi, mi chofer, presionó el timbre, explicó a los guardias quién y por qué quería ver al dueño. Se nos permitió pasar sin problemas y un hombre apareció en la entrada de la casa y la ayudó a salir del auto.

– Buenos días, Sra. Della Altavilla, el Sr. Kovalsky la espera en su oficina, – dijo el secretario y me acompañó por el largo pasillo.

Tan pronto como entré en el despacho, inmediatamente sentí frío. Era un frío penetrante, como en una morgue. Incluso, la cara arrugada de Kovalsky en la cabeza calva y sin cuello, que parecía de una tortuga, también me pareció fría. Él no se levantó de la mesa ni me tendió la mano a modo de saludo.

– Perdóneme, señora Della Altavilla, que no pueda estrecharle la mano. – Dijo con la misma voz fría el anciano. – La vejez y la enfermedad no me permiten hacer esto. Tome asiento.

Miré a las manos de Kovalsky. No se movían, estaban como muertas, se postraban sobre la mesa, frías, blancas, con nudosas venas azules. De repente me pasó por la cabeza que estos manos muy tenaces siempre sujetaban a todos por el cuello. Me sentí invadida por un terrible deseo de irme y no volver jamás aquí, pero me tomé asiento y en voz alta dije:

– No importa, estoy muy contenta de verle en persona.

– Usted es una mujer muy hermosa, Berenice, – dijo de repente Kovalsky. – Me gustaría aclarar qué es exactamente lo que le interesa en “Northinvest”.

– Gracias por el cumplido, – respondí, sentándome más cómodamente en la silla. – Quiero tener una participación controladora.

– Es imposible, los viejos harpías nunca sueltan sus acciones y el joven Celan no piensa hacer nuevas ampliaciones.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.