No puedo odiarte.

Capitulo 69. Berenice.

Llegué a casa de los padres de Eva, cuando apenas empezaba a amanecer. Para no despertarlos a ellos ni a los sirvientes, me detuve el coche en la puerta y comencé a mirar las fotografías que logré tomar de los documentos del maletín de Gor. Algunos estaban mal enfocados por las prisas, pero pude averiguar que el proveedor principal del material era una firma de gran prestigio, en que no podría desconfiar y había varias pequeñas empresas privadas, que también suministraban materiales. ¿Quién podría ser el corrupto?

Toda esta información no me dio nada más que la clara sensación de que mi posterior colaboración con Kovalsky podría llevarme a un final no planeado, así que marqué el teléfono de Máximo.

— Hola Máximo, ¿te desperté? - pregunté.

— No, que va, — respondió mi maestro, sonriendo. - Parece que has confundido el reloj. ¿Pasó algo inesperado?

- Sí, tengo unas noticias que me gustaría consultarlas contigo.

- Está bien, te estoy escuchando. - respondió seriamente.

- Estoy muy preocupada por Kovalsky y con su incomprensible actividad. ¿Tú confías en él?

- Querida, no siempre confío ni siquiera en mí mismo, - se rio. - ¿Qué pasó?

- ¿Sabías que Kovalsky, mucho antes de nuestro acuerdo, colocó una "bomba" con materiales de mala calidad debajo de ese edificio destruido y no sólo debajo de él? – pregunté directamente.

- No precisamente. - respondió mi amigo pensativamente. - Sabía que estaba haciendo algo para arruinar la vida de Celan, pero para mí también fue una sorpresa lo que pasó. Aun que no voy a mentir me alegré por eso.

- Yo también pensé que los rumores sobre el próximo juicio y la indemnización millonaria causarían mayor pánico. Pero esto no sucedió, las cotizaciones bajaron solo doce por ciento.

- Dijiste, ¿que había más edificios en riesgo?

- Si, me afirmó Kovalsky. Tiene una lista de ellos, pero quiere cambiarla por la entrega de “Construcciones North”. ¡A esto en mis planas no entraba!

- Bueno, ¡Como abre la boca! Kovalsky unos quince años atrás hizo algo parecido a uno de sus competidores, dos personas murieron.  El padre de Celan lo incriminó, haciendo una investigación aparte, pero él logró salir impune y echar la culpa a Celan.

- Entonces, Kovalsky desde hace mucho tiempo siente aversión por la familia Celan. ¿Esperaba sabotear “Construcciones North” destruyendo los edificios que habían construido? Por supuesto, no soy un constructor, pero creo que debido a los malos materiales las casas pueden colapsar, pero no cuando uno quiere.

- Es posible destruir un muro de carga si se golpea en varios lugares al mismo tiempo. Esto también se puede conseguir aumentando la carga, por ejemplo, en el tejado o en los soportes. - respondió mi amigo.

- Pero la policía no encontró nada sospechoso, sólo la mala calidad del cemento y los bloques. ¿Y cómo logró Kovalsky echarle la culpa al padre Gor?

- Para salvar la empresa de la quiebra, Celan la compró por un dólar y con esto duplicó la capitalización de “Construcciones North”, se realizó un nuevo examen y resultó que el techo del edificio no estaba limpio de nieve y tras otra nevada simplemente se dobló. Si la obra de construcción se hubiera realizado con todas las normas esto no hubiera sucedido. Todos decidieron que el accidente estaba premeditado y empezaron a buscar el culpable. Celan insistía, que culpa era de “Korsa”, que trabajó allí de subcontrata, pero no tenía suficientes pruebas. No hubo culpa evidente de Kovalsky, pero a Celan costó mucho recuperar su buen nombre. - Dijo Máximo.

- Espera, recordé que Kovalsky me dijo ayer, que estaban esperando específicamente a que la gente saliera del local. ¿Entonces él influyó en esta destrucción? – exclamé. - Exacto, eso es lo que me preocupa. También podría tenderme una trampa. Al fin y al cabo, estamos patrocinando sus actividades y seremos los beneficiarios del pánico, si se derrumba otro edificio.

- No te preocupes, solo patrocinamos la construcción de un centro comercial y un estacionamiento subterráneo. Somos contratistas, no constructores. - respondió mi amigo. - ¿Qué otra cosa?

- Uno de sus guardias me reconoció. Ahora él sabe que Nice Hudson y Berenice Della Altavilla son la misma persona. - Dije, recordando la espantosa sonrisa de Rick.

- ¿Estás segura de eso?

- Sí.

- Es malo, pero no fatal, mientras Kovalsky esté de nuestro lado. ¿Qué otra cosa?

- Ayer me reuní con Liam Storn, suegro de George Celan. Me ofreció, como a la competencia, su paquete de acciones, el dieciocho por ciento. Le dije que los compraría por mil millones, aunque él pidió cinco. Creo que estará de acuerdo, porque realmente quiere vengarse de Celan por divorciarse de su hija. - dije mis pensamientos.

- ¡Esa es mi chica! - exclamó Máximo. - Si puedes recomprar sus acciones, tendrás casi una participación mayoritaria en “Northinvest”. Es lo que querías. ¿Cómo conseguiste que Celan se divorciara?

- Me acosté con él.

- Entonces, sigue haciéndolo, - se rio mi amigo, - lo estás haciendo bastante bien.

- No. No volverá a suceder. - Respondí seriamente.

- En vano, quitar la cabeza del enemigo, es casi ganar la batalla. Recuerda a Sansón y Dalila. -  dijo alegremente.

- No, en este caso Sansón soy yo. - Suspiré.

- Entonces, recuerda mis palabras, cariño. Si quieres arreglar todo lo que has planeado, tendrás que pagarle el doble - dijo Máximo con seriedad.

- Por cierto, si la conversación girase en torno al dinero. - Intenté cambiar la conversación del tema de mi relación con Gor, que me resultaba desagradable, y pregunté. - No tengo mil millones. ¿Podrías prestarme la cantidad que falta?

- ¡¿Como no?! Las empresas de Della Altavilla valen mucho más, cualquier banco te concederá un préstamo.

- No quisiera implicar en esto el negocio familiar. Esta es mi venganza, no de la familia Della Altavilla. - Respondí. - Conoces el precio real de “Nortinvest” y las perspectivas de crecimiento.




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